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Si algo no le ha faltado en los últimos tiempos a Ivan Rakitic, son posibles destinos. El internacional ha sido uno de los centros futbolísticos mediáticos en tiempos de pandemia, y a medida que pasan los días crece la sensación de que sus relaciones con el FC Barcelona (otrora inmejorables) han recibido golpes irreversibles.
Subcampeón del mundo en 2018 con la casaca ajedrezada de Croacia, Rakitic sabe que el club catalán desespera por venderlo en el afán de sacar rendimiento económico a un jugador completamente amortizado cuya etapa como titular, seis años después de recalar en el Camp Nou, ya tocó fondo.
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El centrocampista no contó para Ernesto Valverde en su etapa final con el equipo, y tampoco dispone de plaza segura en las alineaciones de Quique Setién. Sin embargo, no ha tenido interés por responder a los llamados que recibió de Italia y Francia, convencido de que su porvenir solo puede determinarlo él mismo.
“Yo decidiré mi futuro, no soy un saco de patatas”, le dijo a la prensa, y sus declaraciones cayeron como un cubo de agua fría en las oficinas azulgranas.
El problema es que únicamente parece motivado por salir hacia Sevilla, ciudad donde jugó años atrás y en la cual tiene esposa y casa. Por eso rechazó las ofertas de la Juventus –en un canje que incluía a Bernardeschi-, y tampoco le importó demasiado lo que proponía el PSG en una operación que tenía como objetivo final el regreso de Neymar al Barça.
Su nombre apareció igualmente en las conversaciones con el Inter para atraer a Lautaro Martínez, e inclusive el Atlético de Madrid ha hecho saber las ilusiones que le despierta desembarcar al croata en el Wanda Metropolitano. Pero, repito, a Rakitic solo le seduce la idea de volver a Nervión.
Lo que ocurre es que difícilmente el Sevilla acceda a pagar los 20 millones de euros que exige el Barcelona, y en tal caso la solitaria opción sería el canje. ¿Qué le interesa a los catalanes en el cuadro andaluz? Pues solo los centrales Jules Koundé y Diego Carlos.
Así, todo apunta a que Rakitic –pese a tener claro que allí gozará de poco juego- exprimirá a tope su estancia en la Ciudad Condal, a la espera de una salida beneficiosa a nivel económico. Su contrato no expira hasta junio de 2021, y el club carece de recursos legales para la aceleración de su partida.
Sentémonos entonces a ver cómo se resuelve esta novela.
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