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Su voz armoniosa, rítmica, dulce y a la vez enérgica se deja oír cada mañana por las ondas de Radio Progreso, una emisora que asegura emitir "para la familia cubana".
En una programación ampliada del muy popular espacio Juventud 200”, la entusiasta Arletty Roque Fuentes asume el reto de sustituir a su consagrada conductora, esa maestra de la locución radial que es Martha Verónica Marcer, por estos días, cuidándose en su casa.
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Resulta difícil ocupar el sitio de esa grande que es la Marcer y segundo, estar en directo desde las ocho de la mañana y las doce del mediodía, de lunes a sábado y los domingos, de diez antes meridiano a las dos de la tarde.
¿Trabajas todos los días?
Pues sí; siempre me ha gustado mi trabajo pero ahora, desde que empezó esta pandemia, me entrego en cuerpo y alma. Es mi forma de colaborar y un tanto ayudar a los que se hallan enfrascados en cualquier función, médicos, paramédicos, enfermeros o cualquier otro tipo de función.
Juventud 2000 es un programa de referencia de la radio cubana, dirigido por Juan Carlos García del Vallín, ¿ha cambiado su contenido por el coronavirus?
Sabes que siempre hemos contado con invitados en el estudio; ahora es imposible por lo que nos basamos mucho en la música, muy buena música, tanto cubana como internacional. El propio García del Vallín selecciona la música.
Se ha hecho una adaptación de las 2 horas y media habituales a 4: incluimos los Super Éxitos de Juventud 2000, Tu novela de amor que, en este momento, transmite Águilas frente al mar, en la que yo tengo un papel, y los espacios noticiosos a cargo de Manuel Martínez Tamayo, que reciben los reportes de nuestros mejores periodistas.
Es un trabajo extenuante pero el programa ha sido aceptado por muchos y puedo decirte que la audiencia se ha elevado. Claro, hay que tener en cuenta que muchos cubanos están en casa y ahora tenemos más oyentes.
¿Te sientes realizada apoyando a quienes están en casa y trabajando en medio del coronavirus?
Claro que sí. Yo aplaudo todas las noches por los que hacen posible la atención a los enfermos, a los que previenen, a los que tienen a su cargo los servicios. Y aplaudo no sólo a los cubanos sino a los que en todas las latitudes del planeta hacen tan bella faena.
Somos ciudadanos del mundo y todos tenemos que luchar para salir de esta pandemia.
Arletty ¿qué te parece si aprovechamos esta coyuntura y le decimos a los lectores de Cibercuba quién eres profesionalmente? ¿Influyó mucho en ti ser la hija del gran Agustín Roque Fuentes?
Soy hija única de Agustín y Margarita aunque tengo dos hermanos por parte de papi y otros 2 por mami. Estoy casada hace 26 años con el productor artístico Enrique Carlos Enríquez, padre de nuestro único hijo, Enrique Carlos de 14 años.
Mi vida está signada por el amor pues mi familia es sinónimo de eso ¡amor! Fue una difícil infancia porque a los 14 meses me operaron de un cáncer de pulmón con pésimo pronóstico. Fui operada en el Pediátrico Centro Habana y puedo afirmarte que el doctor Alfonso y Santa Bárbara me salvaron.
No me imagino la angustia de tus padres.
En efecto, fíjate todas mis fotos de niña, de mis primeros cumpleaños fueron con peluquitas por la quimio. ¡Conmigo no se contaba! Estuve 5 años de tratamiento hasta que me dieron de alta.
Por eso fui una niña en extremo querida y mimada, muy deseada. Mis padres se amaban mucho y adoraban el fruto de su amor. Me curé totalmente; ese fue mi mejor regalo hacia ellos.
Te conozco hace años, ya estás por cumplir los 50, y se que fumas. ¿Quién te entiende?¿Por qué lo haces y tan a menudo? ¿No es contradictorio?
Sencillamente, me gusta. Mi mamá, a sus 81 años, diera la vida porque yo dejara el vicio pero no puedo.
Aquí cabría eso de que para gustos colores y para escoger las flores pero de veras no concibo una mujer tan inteligente y voluntariosa y que no pueda dejar de fumar. Regresemos a la vida de Arletty Roque Fuentes.
Después de vencer al cáncer, nada se interpuso en mis estudios hasta que me gradué en la Universidad de La Habana en Comunicación Social. El doctor Alfonso me llevó del brazo en mis 15 y el día de mi boda. Juré y lo he cumplido que jamás tendría el cabello corto; bastante tiempo estuve sin él.
Muy cierto; jamás he visto a la Roque Fuentes con el pelo cortico. Pero no me has dicho cómo entras en los medios ¿a qué edad?
Los 11 años marcan para mí la entrada en los medios, específicamente en Radio Progreso con esa maestra de maestra que es doña Carmen Solar, en el programa Corresponsal Rapilisto, aunque yo me conozco el ICRT completo.
Desde que di mis primeros pasos, mi padre me llevaba a las grabaciones y programas en vivo. Yo crecí entre grandes de la radio y la televisión como Ramón Veloz, Coralia Fernández, Adolfo Alfonso, la propia Carmen Solar, Sol Pinelli.
Mi papá formaba parte de la programación campesina, tanto de la radio como de la televisión: Canciones de Monte Adentro y Palmas y Cañas, por ejemplo. Además era narrador de las novelas de la entonces Radio Liberación, que forman parte del patrimonio de la radio cubana, como Guaitabó, Leonardo Moncada, Los Villalobos, cuyos guiones pertenecían a plumas de la talla de Enrique Couto, Leovigildo Díaz y Enrique Núñez Rodríguez; entre otros y eran dirigidos en muchas ocasiones por Oscar Luis López. Como ves nombres célebres en la historia radial cubana.
¿Qué fue lo primero que hiciste?
Cuando a los 11 años me vinculo a la radio realizaba programas a diario, sin recibir remuneración alguna. Yo hacía mi vida, estudiaba, bailaba, me divertía, iba al cine pero… ¡lo mío! era trabajar en la radio.
A los 16 empiezo a conducir y a actuar en el programa Radar que salía al aire en Radio Progreso, con una propuesta diaria que compartía con Orlando Fundichely (Suchel), Luis Enrique Flores, Alexis Valdés, Tania del Real. Era un programa juvenil que se transmitía a las 7 de la noche, de lunes a sábado.
Ahí ya formaba parte del elenco dramático de Radio Progreso. Recuerdo mi primera novela: Una fuerza secreta (1987), la cual protagonicé junto a Coralita Veloz y Julio Alberto Casanova, galán de galanes de la radio cubana.
Imagínate yo tan jovencita entre aquellos monstruos. El libreto me temblaba en las manos. Coralita y Casanova eras mis ídolos. Había un respeto que hoy no existe. Hoy los jóvenes vienen con ínfulas de saberlo todo, de saber más de los que llevamos años en este trabajo.
Yo siempre respeté. También trabajé a esas edades en papeles secundarios con Aurora Pita, Miriam Mier, Martha Velazco. Aprendí muchísimo con Caridad Martínez, experimentada directora que siempre le daba oportunidad a los noveles.
Si hubiera sido pelotera hubiera sido cátcher.
¿Y eso?
Simple. Yo recibía cualquier tipo de lanzamiento. Mi respeto, mi disciplina, mi responsabilidad, mi puntualidad a los llamados. Todo lo aprendí de mis padres y de esos grandes de la radio y la televisión.
Además, la radio es muy puntual, con un régimen muy estricto en cuanto a horarios.
En efecto. En la radio tienes una hora y cuarto para grabar un capítulo de una novela. Si te pasas… ¡perdiste! Yo siempre he sido y soy muy responsable con mi trabajo.
Programas más queridos en tu larga trayectoria.
¡Uff! Son tantos que me resulta muy difícil elegir. Por ejemplo, El rojo en la pluma del loro, novela dirigida por Caridad Martínez, escrita por Daniel Chavarría y adaptada por Albertico Luberta. Interpreté a la Vini, bandolera, prostituta, estafadora. Fue una experiencia inigualable.
Radio Progreso se caracteriza por la variedad de sus propuestas: Policíacos, Novela Cubana, Novela de Amor, la Novela Universal, Por nuestros campos y ciudades, Nosotras. Además están los informativos, musicales y campesinos que se mueven en una vorágine caracterizada por la sincronización.
En todo ese panorama ¿cómo te mueves?
Saca tus conclusiones: A la una y cuarto de la tarde hago una damita joven en una novela de época; en otro espacio, un niño; en otro, una argentina, española o mexicana. O sea, con los matices y características de cada forma de hablar de esos países; incluso, dentro de cada nación, hay diferentes formas de hablar. Todo eso hay que dominarlo y gracias a la magia de la radio es muy normal llevarlo a cabo.
Hablas de la radio con pasión ¿en la tele no has tenido tantas oportunidades?
La radio es mi vida. Yo he dejado de hacer televisión por hacer radio. Me encanta la TV, sobre todo en vivo. Reconozco que es un medio superior, es audiovisual, pero la radio es lo mío.
Algunos de los programas televisivos que han contado con tu presencia. Yo te recuerdo muy jovencita en Joven Joven.
En 1986 hice Joven Joven, compartiendo conducción con Raquelita Mayedo y Carlos Otero; en la década del 90 trabajé en Nuestros Hijos y Así era entonces, como actriz.
También a finales de los 80 presentaba los vídeos clips del programa Contacto, en la época de Susana Pérez; Sin Tregua (2006), Bailar es algo más (2008), Mediodía en TV (2008) fueron otros espacios en los que trabajé pero nunca abandoné la radio.
En 1997 desapareces de la pantalla y de las ondas radiales ¿qué pasó?
Estuve en el exterior entre el 97 y el 2005 contratada por el Ministerio de Cultura. Estuve en Europa y Centroamérica trabajando con directores extranjeros que montaban espectáculos cubanos.
Éramos 30 cubanos entre bailarines, artistas de cine, cantantes; ofrecimos shows en Italia, España, Guatemala, Francia. Mi esposo Enrique me acompañó. Viví una experiencia muy bonita cuando me ve un empresario italiano y me invita a recorrer varias ciudades de su país conduciendo su espectáculo.
Yo le dije: No se nada de italiano. A lo que él respondió: Te quiero a ti, aprenderás el italiano por el camino. ¿Y mi marido? Él va a aprender a ser un buen barman. Así estuvimos 7 años en el extranjero.
¿Cómo aprendiste italiano?
El empresario me puso una profesora quien a los 3 meses estaba aprendiendo “cubano”. Mira si lo asimilé rápido.
¿Por qué regresaron?
Yo estaba loca por tener un hijo y tuvimos que venir a hacernos el tratamiento de fertilidad hasta que, gracias a Dios, nació Enriquito, en agosto del 2005.
Nada más pude,volví a la radio y la tele, con programas premiados y con mucha audiencia, en la radio. Por ejemplo gané un premio con el programa Pensando en ti, correspondiente a la encuesta que realiza el espacio televisivo Entre tu y yo, y quién te dice que ¡increíblemente! ese programa ya no estaba al aire. ¿Puedes entenderlo?
¿Qué haces en Radio Progreso, cuando no hay coronavirus; antes y después?
Tengo mi trabajo diario en las mañanas y tardes de Progreso en los dramatizados; luego, soy conductora de espectáculos de las noches habaneras en el Café Miramar, la Casa de la Amistad, en el Complejo 1830. Trabajo mucho en teatros que presentan espectáculos. No me puedo quejar.
Personalidades de la radio que más han influido en ti.
Mi padre que me enseñó a respetarla, Caridad Martínez, Carmen Solarn y Alberto Luberta, entre otros.
¿Y en la televisión cubana?
Reconozco que me han llamado pero la televisión lleva mucho más tiempo, hay que dedicarle mucho más tiempo. No hay, en muchos casos, la disciplina férrea de la radio en cuanto a la puntualidad.
Yo intervengo esporádicamente en Cuando una mujer y Tras la Huella, pero para otros que requieren más tiempo me es imposible. Mi contrato en la radio es lo más importante para mí.
¿Proyectos futuros?
Hace unos años, hice la película Ilona llega con la lluvia, coproducida por Colombia, España, Italia y Cuba, y ahora pienso en planes similares.
¿Eres feliz?
Mucho, mi hijo, mi mamá, mi esposo, mi trabajo. Puedo decir que estoy realizada. ¿El gran ausente? Mi padre, Agustín Rooooooooooooquefuentes ¿recuerdas como pronunciaba su apellido? ¡Cómo lo recuerdo en sus diarias broncas con mami por la pelota, aunque a la inversa! La de ver la pelota era mi madre pues él prefería las novelas.
Sigo enamorada de mi compañero, he viajado mucho, he soñado y sigo haciéndolo; trabajo en lo que me gusta ¿qué más pedir? Sí, soy feliz.
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