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La Seguridad del Estado de Cuba volvió a interrogar y amenazar al periodista independiente Yoe Suárez, esta vez yendo incluso un poco más lejos, al insinuar que, dadas sus condiciones, podría ser partícipe en algún momento de hechos violentos.
“Te pueden pedir que pongas una bomba”, cuenta Suárez que le dijo un oficial en medio del “intercambio”, sustentándose en las relaciones que mantiene el joven reportero con publicaciones independientes satanizadas por el régimen como Diario de Cuba.
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Una importante organización, el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), que ha destacado con anterioridad la falta de libertad de expresión en el archipiélago, denunció el actual hostigamiento de las autoridades hacia el reportero, a través de su cuenta de Twitter.
Según relató a Cibercuba el periodista, quien ya tiene prohibido cualquier viaje fuera del país por tiempo indefinido, el nuevo intercambio se extendió durante una hora en una unidad policial del municipio Playa, La Habana, donde él reside.
El oficial que lo entrevistó y que andaba en compañía de otro, se identificó como René e insistió en la idea de que podían “salvar” a Suárez, haciendo una suerte de corrección en su rumbo ideológico.
Asimismo, comentó que la propuesta de “salvar” a la juventud cubana no iba solo dirigida a Suárez, sino que se trata de varios “encuentros” que el Ministerio del Interior está desarrollando con varios jóvenes en el país para volver a traer ese “batallón” con “nosotros”.
En otro momento, volvieron a hacer amenazas de forma velada contra el periodista y su familia, exponiendo que estos “diálogos” representaban una primera fase, pero que vendrían otras.
Entonces recalcaron que su trabajo periodístico podría tener repercusiones en su familia, porque no iban a permitir que se continuara haciendo el juego a los enemigos de la revolución.
Los oficiales sugirieron que Suárez corría riesgo de comprometerse en hechos violentos contra el país, debido al compromiso por el financiamiento que proponen los medios independientes, asociados comúnmente al gobierno de Estados Unidos.
Suárez repuso que sus funciones eran meramente periodísticas, pero que, si alguien le pedía poner explosivos, lo primero que haría sería denunciarlo, ya que sus principios morales se oponen a la violencia.
De igual forma, les pidió a los oficiales que no lo citaran de nuevo en medio de la crisis sanitaria por el coronavirus porque el debía cuidar de su familia y ellos debían hacer lo mismo. Los oficiales le contestaron que lo tendrían en cuenta y lo informarían a sus superiores para programar el próximo interrogatorio.
El periodista explicó que claramente en estos “encuentros” hay una intención de intimidar o coaccionar.
En febrero de 2020, Suárez también había sido citado a la estación policial de Siboney, Playa, donde fue recibido por un oficial que se identificó como el Capitán Enrique.
Este le comunicó a Suárez que “por orden de la jefatura” no podría salir del país, incluyéndolo así en la lista de los “regulados” por las autoridades del régimen. De igual modo, señaló que su trabajo podría tener consecuencias en la vida de su esposa y su hijo, que aún no cumple los dos años.
“Se interesó por cuánto yo ganaba. Le contesté que no figuro en ninguna nómina de un medio en particular, sino que trabajo como colaborador y me pagan como tal. Quiere decir que mis ganancias dependen de cuánto material produzca cada mes, que podría ser cero”, dijo el reportero esa vez.
“Empezó a decirme que estaba bien al tanto de lo que ocurría en mi casa. Sabe que ando construyendo en estos momentos y con quiénes vivo”, añadió.
“¿Tú sabes que tienes salvación? Tu problema no es ideológico, es de resentimiento”, le comentó el oficial casi en modo terapéutico.
Yoe Suárez, de 29 años, ha estado varias veces detenido anteriormente. Su trabajo ha sido incluso reconocido por la parte institucional cubana, que le ha otorgado menciones y premios en reconocidos certámenes nacionales, antes de lanzarse a colaborar con publicaciones independientes y extranjeras.
Ha publicado varios libros de No Ficción y de Narrativa. En 2016, quedó como finalista de la Beca Michael Jacobs para periodistas de viajes, que otorga la prestigiosa Fundación Gabo en Colombia.
El sábado se conoció igualmente que el régimen cubano impuso una multa de 3000 pesos (más de cien dólares) a la periodista independiente Camila Acosta, por el contenido de sus publicaciones en la red social Facebook.
Las autoridades expusieron que las mismas violan el Inciso i, del Decreto Ley 370 del Código Penal de Cuba, que se refiere a “difundir, a través de las redes públicas de transmisión de datos, información contraria al interés social, la moral, las buenas costumbres y la integridad de las personas”.
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