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Como una cábala, este 24 de febrero se cumplen 24 años de que las fuerzas aéreas de Cuba derribaran en aguas internacionales dos avionetas de la organización Hermanos al Rescate, un hecho que hoy se evoca en redes sociales.
Los lamentables sucesos ocurrieron en 1996 y provocaron la muerte de los cubanoamericanos Carlos Costa, Mario de la Peña y Armando Alejandre Jr., y del cubano Pablo Morales, una responsabilidad por la cual ni el fallecido dictador Fidel Castro ni ninguno de sus sucesores han redido cuentas jamás.
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Se trataba de un grupo de pilotos civiles que sobrevolaba el Estrecho de la Florida en labores de salvamento de balseros cubanos, pero un operativo fulminante del régimen le puso fin a sus propósitos, cuando envió unos aviones MIG-29 para pulverizar en el aire a las avionetas, las cuales viajaban sin armamento alguno.
Con misiles aire-aire impactaron las pequeñas aeronaves tipo Cessma Skymaster, destrozándolas al momento, luego de que estas partieran de Miami con el objetivo de avistar inmigrantes en el mar.
José Basulto, fundador de Hermanos al Rescate, el copiloto Arnaldo Iglesias y el matrimonio de Andrés y Silvia Iriondo, lograron escapar de la zona tras una larga persecución de los aviones cubanos.
El régimen intentó justificar el crimen alegando que las avionetas estaban sobrevolando el espacio aéreo cubano. Sin embargo, el derribo fue condenado por varias organizaciones internacionales como la Unión Europea y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Una exhaustiva investigación de la Organización de Aviación Civil Internacional (OAIC), encargada para dilucidar lo ocurrido ese día, concluyó que las naves N2456S y N5485S fueron derribadas en aguas internacionales, y que las autoridades de Cuba no cumplieron los protocolos de aviso establecidos.
Tampoco intentaron desviar las naves fuera de las zonas de peligro, ni ordenaron a los pilotos que aterrizaran en un aeródromo designado, explica el citado medio.
En consecuencia, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó la resolución 1067 (1996) (13 votos a favor, ninguno en contra y la abstención de Rusia y China) que condenó el uso de armas contra aviones civiles y llamó al régimen de La Habana a cumplir con las leyes internacionales.
Nadie en particular respondió por el incidente, aunque la responsabilidad se le atribuye al General de Ejército Raúl Castro Ruz, que por esas fechas dirigía las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
El propio Castro, por su lado, confesaría que las acciones resultaron de una operación premeditada y que se habían dado instrucciones precisas para abrir fuego contra las avionetas, lo cual quedó registrado en una grabación publicada por El Nuevo Herald en 2006.
También se señala al general de División Rubén Martínez Puente, entonces Jefe de la Defensa Antiaérea y Fuerza Aérea Revolucionaria (DAAFAR) y los coroneles Lorenzo Alberto y Francisco Pérez-Pérez, quienes pilotaron los MIGs que lanzaron los misiles, los tres encausados por un tribunal federal de Florida en 2003.
Otro de los responsabilizados es el espía cubano Gerardo Hernández, integrante de la Red Avispa, acusado de proveer información al régimen que facilitaría el derribo de las avionetas.
Igualmente, se culpa al ex mayor Juan Pablo Roque, quien logró infiltrarse en Hermanos al Rescate y se fugó a Cuba. En 2001, Hernández fue condenado por un tribunal de Estados Unidos a dos cadenas perpetuas por 13 delitos. Al cabo, sería liberado por la administración de Barack Obama en 2014 durante el llamado “deshielo” que restableció los vínculos diplomáticos entre Washington y La Habana.
El gobierno de Obama liberó a Hernández junto a otros dos agentes del régimen, como parte de un proceso de negociaciones, mientras varios cubanos en la comunidad del exilio esperaban que se hiciera justicia por las violaciones perpetradas bajo las órdenes del castrismo. Otros dos integrantes de la llamada Red Avispa ya habían cumplido sus respectivas condenas y regresado a la isla.
"Duele constatar que el crimen después de tantos años permanece impune", dijo en 2017 Sylvia Iriondo, presidenta de Madres y Mujeres contra la Represión (MAR) y sobreviviente del ataque.
Hermanos al Rescate, un escuadrón de aviadores civiles y una organización de ayuda humanitaria, fue creado por José Basulto en 1991, en Florida. Desde sus comienzos, tenía el objetivo de auxiliar a los balseros que trataban de llegar a costas estadounidenses tras escapar de Cuba, y de apoyar el fin de la dictadura en la isla.
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