Madre cubana denuncia hambre, pobreza extrema y falta de medicamentos para su hija enferma

“Yo me matara ahora mismo para que le dieran una chequera a mi hija, para que coma lo que debe", indica una madre cubana desesperada

Madre cubana junto a su hija © YouTube/screenshot
Madre cubana junto a su hija Foto © YouTube/screenshot

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Este artículo es de hace 4 años

Una madre cubana residente en Songo la Maya, en Santiago de Cuba, denunció la extrema pobreza en que vive junto a sus cinco hijos y a su marido discapacitado.

Rosa Gómez Montoya afirmó a Cubanet que en Cuba hay gente que vive no en el Tercer Mundo, sino en el quinto, y dio argumentos para demostrar que el suyo es uno de esos casos de pobreza extrema en la Isla.


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"Cuando no tengas nada que darle a la niña, dale un jarro de agua y sal y acuéstala a dormir", dice la mujer que le decía su madre, ya fallecida, que la ayudaba económicamente y que era un soporte emocional para ella.

"Tú no puedes ir ni a putear en este país porque si das el culo, te meten presa", precisa.

Gómez Montoya explica que vive sola con su marido -enfermo desde el año 2003- y con sus hijos. Uno de ellos es una niña que padeció la Meningoencefalitis a los 9 años, enfermedad que le ha dejado secuelas y la necesidad de tomar medicamentos, que muchas veces no puede tomar porque no los hay, o porque no tiene dinero para comprarlos.

“Quisiera hasta morirme pero pienso en ella”, dice la mujer en tono desesperado.

“Yo me matara ahora mismo para que le dieran una chequera a mi hija, para que coma lo que debe. Que me echen cadena perpetua, pero este Estado que le dé lo que debe tener esta niña”, subraya la madre, que dice que ha intentado por varias vías denunciar su caso.

La desesperada madre explica que los trabajadores sociales le recomendaron hace años que dejara su trabajo como custodio en la Cooperativa "Salvador Rosales" para que cuidara a su esposo y que se acogiera a una chequera por atenderlo.

Sin embargo, precisa que eso fue lo peor que pudo hacer porque la chequera es de 200 pesos. Dejó un trabajo en el que ganaba 315 pesos y alguna divisa que le daban por una chequera que no les da para vivir, y que según explica, es incompatible con buscarse un trabajo, porque perdería la chequera.

Rosa Gómez dice que tiene en Estados Unidos un hermano, Juan Bautista Gómez, del que no sabe nada desde que se fue por el Mariel, en el año 80.

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