“Gris y con pespuntes negros”: así es la situación de los productos de aseo en Cuba

Lo normal en esos días, cuando llega jabón, pasta o detergente, es hacer la cola varias veces porque la venta es racionada: solo cinco artículos por persona.

Cola para comprar jabón © CiberCuba
Cola para comprar jabón Foto © CiberCuba

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Este artículo es de hace 4 años

El desespero inunda el ambiente. Una multitud rodea el mercado de productos industriales. Alina se prepara para estar de pie unas cuantas horas y tal vez aguantar algún que otro empujón. No importa qué día es: entró jabón de lavar y de baño y todos se movilizan. Nada de pasta de dientes ni detergente de fregar. Las embarazadas, los ancianos y los impedidos físicos se ponen delante para exigir el derecho a comprar primero. La atmósfera desespera.

Lo normal en esos días, cuando llega jabón, pasta o detergente, es hacer la cola varias veces porque la venta es racionada: solo cinco artículos por persona. “Pero como ahora la cosa está gris y con pespuntes negros, dan solo dos y uno tiene que marcar hasta cinco veces. No todo el mundo viene aquí buscando qué revender, sino que muchos lo hacemos para adquirir a mejor precio los productos”, me aclara esta enfermera mientras sujeta con fuerza su bolso para no perderlo dentro de la multitud que rodea el mercado.


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La administradora de una de esas instalaciones que expenden mercancías en moneda nacional en Marianao, Sonia Rodríguez, explica que en los últimos tiempos han estado recibiendo uno o dos envíos mensuales y todo lo que entra se acaba el mismo día. “Muchos de los clientes que se trasladan hasta aquí son de otro municipio. Se enteran de que vino algo de aseo y ‘vuelan’ para acá”, explica la directiva.

Colas para comprar jabón / Foto: CiberCuba

Si bien el Ministerio de Comercio Interior (Mincin) ha reconocido que hasta marzo no se satisfará la demanda de los productos de aseo por no disponerse del total de cantidades que la respalden, así como que los “niveles adecuados” de oferta deberán estabilizarse a partir de abril, la opinión popular no entiende que informen que con el financiamiento se han priorizado los alimentos, las medicinas y el combustible, cuando el desabastecimiento se ha extendido también a todas esas áreas.

Parada al final de una larga fila del boulevard de San Rafael en Centro Habana, Beatriz aguarda su turno para comprar detergente en polvo. “El que están vendiendo no es demasiado caro y blanquea; es de los vietnamitas y hacía rato que no había. El problema está en que casi no sacan y cuando lo hacen, la gente se mata por comprarlo.

Cola para comprar detergente / Foto: CiberCuba

“Es por gusto molestarse en casarse con algún producto específico. Antes yo me buscaba siempre una misma marca de detergente; hoy tengo que comprar el primero que aparezca”, expresa la capitalina entrada en los cuarenta.

Las palabras de la manicure Damaris sobre el tema son más críticas: “Con el lío del desabastecimiento, cuando no es Juana es la hermana. Siempre falta algo, pero últimamente falta de todo: leche, huevo, puré de tomate, pollo, café. Si sigo la lista no termino ni mañana. Y mejor ni hablar del aseo, que no tenemos ni cómo lavarnos la ropa ni cómo limpiarnos el c… o limpiarnos la boca”.

A eso se suma, de acuerdo con el ama de casa Annieris, que lo poco que han estado sacando en la red comercial casi siempre lo acaparan los revendedores y la mayoría de la población “tiene que ir a morir adonde están esos estafadores porque tienen todo lo que no hay nunca en las tiendas del Estado. Ya le dije a una amiguita mía que se dedica a viajar a México, que hasta abril iba a hacer el pan vendiendo jabones, pasta dental, suavizante de ropa, aromatizante, etc.

“Tan desesperados estamos que perseguimos los jabones que venden en cinco, seis y siete pesos cubanos y los usamos lo mismo para bañarnos que para lavar, aunque su calidad sea muy mala y a veces tengan peste y una textura desagradable. Hace rato no hay quien les siga la pista porque los venden el día que menos uno se imagina. El detergente líquido, por ejemplo, lo compré a granel por última vez en diciembre y desde entonces no le he visto más el pelo”, asegura a las afueras de un mercado en Boyeros, La Habana.

El cuentapropista Ramón, de 51 años, afirma que “nos mata la desinformación. Como ocurre siempre en Cuba, justifican el problema cuando tenemos la soga al cuello. Todo el desorden y la preocupación de la gente se debe en gran medida al mal trabajo del Mincin.

“Nadie tiene que pararse en el televisor a decirnos que la distribución de productos básicos es precaria, para eso solo hay que salir a la calle y visitar tres o cuatro establecimientos comerciales. Lo que deben es comunicarnos cómo se solucionará una situación que se repite una y otra vez. Ya perdí la cuenta del tiempo que llevamos sin contar de forma estable con los productos de primera necesidad”, resalta el agente de Telecomunicaciones.

La ingeniera Dianet, quien lleva a todas partes una libretica con los teléfonos de los principales mercados y tiendas de la ciudad, asevera que se cansa de llamar a esos lugares “por gusto porque están en blanco”, mientras las autoridades gubernamentales “se llenan la boca de decir que el plan previsto se cumplió, pero es que ese plan es ficticio, se basa en una cifra inventada y no en la demanda real nacional de un producto determinado.

“Por eso seguimos sin poder adquirir la crema dental y nos tenemos que conformar con el gel dentífrico, cuando aparece, o comprar los tubos en divisa en la tienda o en los merolicos, que salen muy caros; ni damos con el cloro o cualquier tipo de detergente y cuando logramos cazarlos hay que comprar en grandes cantidades y casi nunca uno tiene dinero para tanto”, lamenta la trabajadora estatal.

Asimismo, la farmacéutica Inés advierte que no es de extrañarse que haya tantos padecimientos asociados a la falta de limpieza, como la escabiosis (sarna) y la pediculosis (piojos). “Mi tía viene pronto de Miami y le pedí que me trajera todo lo que pudiera de aseo porque no abunda ni siquiera algo tan elemental como la colonia o el papel sanitario”, afirma la joven licenciada.

No pocos coinciden en que la venta de aseo en moneda nacional, retirada de las bodegas hace casi un año y puesta de manera regulada en los mercados, debería realizarse a través de la canasta básica. De esa forma, consideran, se garantizaría al menos que cada hogar tuviera cómo mantener la higiene.

Por otro lado, a tenor con el gobierno de la isla, “se hacen esfuerzos” para que las cadenas en divisa reciban mayor cantidad de mercancía a través de la empresa mixta Unilever Suchel S.A., una de las primeras en instalarse en la Zona Especial de Desarrollo Mariel y destinada a la fabricación de productos de marcas como Sedal, Rexona, OMO, Lux y Close-Up.

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