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El músico cubano Javier Rodríguez, director del grupo de rock Extraño Corazón, denunció -en un relato que resume casi dos décadas- cómo a su madre le robaron un polski, del que únicamente le dejaron la carrocería. El vehículo entró en un taller de autos del PCC provincial y jamás regresó a su dueña.
Con el explosivo título “18 años de robo, infamia, abuso de los derechos humanos e insensibilidad extrema del Partido Comunista de Cuba”, Rodríguez cumplió a una amenaza que ya había hecho a mediados de noviembre, cuando prometió que contaría con lujo de detalles lo sucedido, si antes no recibía una solución, largamente esperada.
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La historia, sin embargo, no la publicó completa hasta este 16 de enero. Se remonta al año 2002 cuando su madre, con 50 años de edad y siendo sub-directora de Información y Programación de la Radio Provincial de la Habana, entregó su auto en el taller del Comité Provincial del PCC de La Habana para chapistería y pintura. Rodríguez precisa que su madre era “ex-miembro del buró e ideológica del PCC municipal de Plaza de la Revolución”.
El auto se entregó funcionando, con llaves y documentos de circulación. En el 2004, dos años después, finalmente hicieron el trabajo de arreglo al vehículo. Sin embargo, no le entregaron el auto. “2006 verbalmente informan que hubo un robo de piezas del carro y le prohíben a mi madre entrar al taller asignando a un comunista como mediador”, escribe. En ese momento empezaron las “cartas de reclamación a las altas esferas del gobierno cubano y del PCC”.
En el 2008, o sea, 6 años después de la entrada del auto en el taller “logra que realicen una ‘defectación’ del auto donde se comprueba la magnitud del robo y lo poco que quedó del mismo”. Hasta el 2014 la madre de Javier Rodríguez, acompañada de su hijo, no consiguió entrar al taller y descubrir lo que quedaba de su fiat polski: la carrocería tirada en el suelo.
“O sea…se robaron primero una parte entre el 2002 – 2006 y la otra entre el 2008-2014. Si demoramos un poquito más creo que solo hubiéramos encontrado una mancha de aceite en el asfalto", ironiza el músico, que acusa de engaño y encubrimiento a las autoridades.
En septiembre del 2014, la madre del músico se reunió en el Comité Central con Ángel Morejón León, jefe de la Oficina de Administración y Servicio del Comité Central, y nuevamente fue “seducida y engañada al más alto nivel y el compromiso 'siempre verbal' de solucionar el robo y 'armarle' de cero un frankestein con la carrocería que quedó”. En agosto de 2018, una autoridad de las oficinas de la Unidad Nacional de Transporte del Comité Central-PCC le dijo que el auto estaba a más del 60 % y que “redoblarían esfuerzos”.
En mayo del 2019 confirmaron que en 5 años "solo pusieron 4 gomas de uso, un motor oxidado y el 80% de las piezas estaban por buscarlas y pasaban por un complejísimo enredo burocrático para pagarlas". Fue entonces que Javier Rodríguez, a cargo de la situación por la avanzada edad de su madre, intentó llegar al mismísimo Díaz-Canel.
“La carta al Presidente Cubano tiene ese efecto…no hay coraje ni moral para responder ni valor para arrancarse la cabeza entre ellos…es mucho el compromiso partidista… y las palmaditas en los hombros. Pudiendo intervenir y teniendo acceso al Presidente se callaron…como la Presidencia de los Consejos de Estado, cuya página en twitter es una gran mentira”, dice el músico.
“Pero… ¿Quién es la principal responsable y cabeza visible del robo total, encubrimiento y un larguísimo etc. en esta historia? La actual vice-Presidenta de los Consejos de Estado Lázara Mercedes López Acea, ex primera secretaria del Comité Provincial del PCC de La Habana, ella y todos los que contribuyeron a silenciar esta historia para contribuir a su ascenso político”, señala directamente Javier Rodríguez.
“A mi madre le robaron mucho más que un auto”, concluyó el músico en su publicación de este jueves.
El 13 de enero, en otro post, el músico avisó que se había iniciado una cuenta regresiva porque "Hay una sordera en este país de campeonato", "los miserables no van a seguir a la sombra y serán expuestos. Soy un hombre de palabra”, sentenció.
También previó, desde hace meses, algunas reacciones a la historia, si esta llegaba a ser desvelada: "Los más acérrimos detractores del sistema cubano tendrán toda la razón del mundo cuando accedan a la infamia, que les llegará cortesía de los que debieron facilitar la comunicación fuera de las redes sociales. Dirán que mi madre tiene lo que se merece…por ser comunista… y no tengo manera de rebatirlos, por lo que pido sean amables, se abstengan comentarme al respecto".
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