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A través de las redes sociales, jóvenes cubanos están denunciando el aumento esta semana de actos de acoso y agresiones por parte de efectivos del Ministerio del Interior, presuntamente motivadas por la vigilancia sobre el movimiento Clandestinos.
Una fuente, que por razones de seguridad prefirió no revelar su identidad, informó a Cibercuba que varios de sus contactos le enviaron a través de Whatsapp, imágenes y testimonios de tales acciones, ejecutadas particularmente en las provincias de Santiago de Cuba y Matanzas.
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En algunos casos, las autoridades vigilan los teléfonos de jóvenes conectados en zonas públicas con cobertura WiFi, un recurso al que deben acudir muchos cubanos en la Isla.
Según la fuente, las imágenes se multiplican por toda la isla, muchas veces con la observación de agentes infiltrados en redes de Whatsapp, pues es la forma que tienen para estar al tanto de la clandestinidad que se ha desatado.
Desde una de estas áreas de conexión inalámbrica en Santiago de Cuba, un usuario en Facebook trasmitió un video donde explica que un oficial de la Seguridad del Estado visitó su casa para amenazarlo por otro material publicado el 3 de enero, en el que llamaba a los jóvenes cubanos a “despertar” y “tomar partido”.
“Las redes sociales son libres. Y yo pongo lo que quiera”, afirmó en la transmisión del pasado jueves el cubano Andy Prada en Facebook. “A mí nadie me va a impedir que haga una directa”, agregó entonces.
Entretanto, el régimen cubano ha revivido la trillada fórmula de los actos públicos de repudio, en centros de trabajo e incluso, en escuelas primarias, esta vez para rechazar las acciones de Clandestinos, que se iniciaron el primero de enero cuando integrantes del movimiento pintaron de rojo bustos de José Martí, y publicaron fotos y videos de estos actos en su página de Facebook.
Desde sus inicios, las actividades del grupo han ganado seguidores y detractores, a la vez que han tomado otras iniciativas, como escribir mensajes en muros y paredes cuestionando al gobierno de Miguel Díaz-Canel y denunciando la situación de crisis del país.
Una página de apoyo al movimiento fue creada en Facebook bajo el nombre de Todos somos Clandestinos, mientras que incluso los niños han sido obligados a participar en concentraciones de “desagravio” a la figura del Apóstol.
La misma fuente que habló con Cibercuba relató un hecho sobre la madre de Panter Rodríguez Baró, uno de los detenidos en La Habana bajo acusaciones de integrar el referido movimiento opositor.
Según refirió, la señora estaba conectada hace unos días hablando con otra persona, cuando se le acercó una mujer vestida de civil y le pidió que dejara de comunicarse para hablar del “jueguito de la clandestinidad”.
“Es un método al que están recurriendo, poner gente en los parques a vigilar y meter miedo”, reveló la fuente, a la par que aseguró tener vínculos con seguidores del polémico grupo, cuyas actividades se han caracterizado por desarrollarse a la sombra del anonimato.
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