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En momentos en que la industria cubana del turismo no goza de sus mejores días y la llegada de visitantes no se corresponde con los estimados para el año que concluye, una tendencia en auge a nivel internacional parece llegar a la isla: el bleisure, que consiste en la combinación de viajes de negocios con relax.
Informes especializados de la industria turística coinciden al afirmar que la mayoría de los ejecutivos y funcionarios que viajan en funciones profesionales, añaden a sus agendas algunos días para dedicarse al descanso o la diversión. Y como tendencia creciente, los destinos más importantes del mundo se adaptan rápidamente y crean ofertas para ese tipo de viajero.
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Un criterio al que se presta atención en Cuba, el del CEO de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer, confirma la necesidad de crear productos de bleisure -acrónimo de los términos del inglés business y leisure- en turismo urbano. Se trata, entonces, de poner la creatividad en función de un cliente que combina dos categorías de la industria -negocio y descanso- y que en una misma jornada puede cambiar de uno a otro perfil varias veces.
Por su parte, el asesor del grupo Cubanacán, Ramón Pomes, afirma que Cuba está preparada para asumir las oportunidades que brinda el bleisure.
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