Santiago de Cuba inició el cambio de las arcaicas hornillas entregadas por la llamada Revolución Energética hace casi tres lustros, por los módulos de hornillas de inducción. La iniciativa pretende aliviar la actual crisis energética por la que atraviesa el país, pues es conocido que estas hornillas con cubierta de cerámica y utensilios de cocción ferromagnético, consumen menor cantidad de energía y resultan más duraderas.
Esta medida impulsada por la Empresa de Servicios Técnicos, Personales y del Hogar (ESTPH), por el momento se centra principalmente en los casos que abarquen asistencia social; la población en general se mantiene sujeta a la disponibilidad de los módulos en los diferentes talleres de reparación, además de incluir como requisito inherente, la entrega de la hornilla tradicional y esta debe estar funcionando.
Mirtha, vecina del Reparto Vista Hermosa, cuenta que posee la vieja hornilla, pero la resistencia no funciona, “tengo mi hornilla como nueva, pero estos descarados no me dejan cambiarla porque la resistencia no sirve, tengo que meterme una cola y buscar 50 pesos para ponerle una nueva, además de buscar 450 pesos más para poder pagar la hornilla de inducción. Ahora tengo que fajarme con tremenda cola para ponerle la resistencia a la hornilla y ya lo deje dicho en el taller, que mi cocina de inducción tenía que estar ahí esperando por mí, porque ellos son los que atrasan todos y no entiendo si se acaban”, increpó la señora.
Entretanto, muchos alegan que las nuevas cocinas traen consigo limitantes, y es que tener que adquirir nuevos utensilios, ya que el equipo solo acepta ollas y sartenes con fondo ferromagnético, no es una opción para la mayoría de los cubanos de a pie, sumándole a ello sus altos costos y la escasez de los mismos en la red de tiendas del país.
Así lo refiere Tamara, quien se niega a cambiar su antigua cocina, “la hornilla vieja tiene como ventaja que se le puede poner cualquier caldero, en cambio las que están dando, hay que ponerle lo que lleva y ahora mismo en todo Santiago no hay nada para ellas, excepto unos sartenes que valen 25 CUC. Lo peor es la olla de presión que no la sacan desde hace años y cuando la sacaron valía más de 40 CUC las más pequeñas y creo que así no da la cuenta”.
Otros como Víctor reprochan que estas nuevas cocinas de inducción, no son para cualquier tipo de sistema eléctrico y suelen sobrecargar los cables y tomacorrientes de la vivienda, “yo tenía una hornilla de esas y la tuve que vender, porque se llevaba los cables de la casa y los tomacorrientes los derretía, porque esas hornillas son exclusivas y por lo general en Santiago de Cuba el cableado de las casas es malo y siempre hay problemas de bajo voltaje, lo que hace que sea imposible cocinar con ellas, yo vendí la mía por miedo a que se me fuera hacer un corte eléctrico en la casa y me fuera a coger candela, por mí, la pueden regalar que no la quiero, mejor que se pongan a cambiar el cableado de las casas”, sugirió.
Para los que se deciden a cambiar la hornilla, de acuerdo a una vecina de calle 5 en Vista Hermosa, existen dos listas en las cuales hay que anotarse, “si no estas apuntado, te apuntas en la lista y te dan un ticket y vas para la otra cola para que te vuelvan a apuntar en la oficina”, dijo ante CiberCuba la señora.
Sin embargo, se conoció a través de uno de los mecánicos del taller Servicios Técnicos y Equipos del Programa de Ahorro Energético de la localidad Altamira, que hasta el momento solo se han cambiado cerca de los cien módulos en esa barriada santiaguera, “en esta localidad se han cambiado como 100 cocinas y así en los otros talleres de la provincia y la gente está echando fuego por la boca, imagínese que Altamira tiene más de 20 mil habitantes.
Ahora están esperando la otra vuelta, pero no han llegado todavía las cocinas de inducción. Mientras tanto, estamos haciendo las listas y tuvimos que poner otro requisito y es que la gente traiga también la libreta, además de la hornilla vieja y el carnet de identidad, porque estaban cambiando dos y tres hornillas en una sola casa y eso no puede ser”, indicó el mecánico bajo la condición de anonimato.
Por otro lado, este cambio de módulos de cocción, no fue anunciado por medios oficiales tomando a muchos por sorpresa, lo cual, a criterio de algunos favorece el desvió y la corrupción.
“Nunca avisaron del cambio de las hornillas, la gente se ha ido enterando en la calle o con el vecino y eso hace que no haber nadie pendiente, en los mismos talleres ya los equipos tengan nombre y apellido, por eso se están acabando tan rápido. Estamos a la espera de la segunda vuelta y la gente esta amaneciendo en frente de los talleres para poderse anotar en las listas, pero según dicen ya están cobrando por adelantarte el número de la lista y es como siempre en este país de corruptos”, sentenció Carlos Valera vecino de Calle 17 en el reparto Veguita de Galo.
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