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La primera visita de los Reyes de España a Cuba sufrió el segundo sobresalto en menos de 24 horas, cuando la mañana de este jueves Felipe VI visitó a Raúl Castro, cumplimentando una petición del gobierno cubano.
El encuentro no se informó a la prensa y fue el ministro español en funciones de Asuntos Exteriores, José Borrell, quien se encargó de comunicarlo a los reporteros encargados de la cobertura de las visita real.
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La noche de este miércoles, Miguel Díaz-Canel pronunció un discurso imprevisto en la cena ofrecida por los Reyes, que se celebró en el antiguo Palacio de los Capitanes Generales de España en Cuba, donde el monarca aseguró que la democracia es el mejor camino para la isla y reiteró que la antigua metrópoli quiere acompañar esos cambios.
Borrell calificó el encuentro del Rey Felipe VI y Raúl Castro como un "gesto de amistad y deferencia", y dijo que se habló "de todo y sin cortapisas", teniendo en cuenta que se trató de una reunión privada.
Agregó que la reunión fue una muestra de "aprecio y reconocimiento de la importancia de la visita". El diario oficial Granma y la Agencia Cubana de Noticias (ACN) publicaron sendas fotos del encuentro en un salón, presidido por las banderas de Cuba y España; por la parte cubana asistió además el canciller Bruno Rodríguez Parrilla.
La celebración del encuentro fue solicitada por Cuba a última hora de la noche, tras la cena real ofrecida a sus anfitriones cubanos. El embajador español en Cuba, Juan Fernández Trigo, acompañó al Rey y a Borrell en el encuentro informal, realizado antes de que los monarcas españoles tomaran el avión rumbo a la ciudad de Santiago de Cuba para cumplir la última etapa de su visita a la isla.
Aunque no han trascendido más detalles del encuentro, toda la prensa extranjera que atiende la visita de los reyes sobresalió que esta ocurriera de forma imprevista y fuera de programa. Felipe VI acudió a la cita sin la Reina Letizia.
Con Cuba hemos hablado de todo, de manera “cortés y constructiva”, precisó Borrell, que recordó que la isla “no es el único país del mundo con partido único”, en una matización que confirma los delicados contrapesos de una visita, largamente reclamada por el Partido Comunista de Cuba.
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