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LA PAZ, 11 nov (Reuters) - Una senadora opositora podría asumir la presidencia de Bolivia tras la renuncia de Evo Morales, quien abandonó el poder presionado por la oposición y las Fuerzas Armadas dejando un vacío institucional el lunes en el país andino.
Tras una noche de violentos enfrentamientos en La Paz -sede del Gobierno-, que dejaron edificios incendiados y saqueos, la segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores, Jeanine Añez, sostuvo que está dispuesta a asumir temporalmente el Gobierno, como indica la normativa sobre la línea de sucesión.
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"Voy a asumir el reto solamente para estar lo necesario para llamar a elecciones transparentes, para que los bolivianos tengan la certidumbre de que su voto va a ser respetado", dijo Añez en una entrevista con el canal de televisión Red Uno, en la que no aclaró cuándo podría producirse su asunción.
Al llegar al aeropuerto de El Alto, cerca de La Paz, Añez fue llevada por un helicóptero de la Fuerza Aérea a una academia militar, desde donde sería trasladada al Congreso, dijo a periodistas el senador Arturo Murillo.
El Parlamento debe aceptar formalmente la renuncia de Morales, por lo que el opositor Carlos Mesa -quien resultó segundo en los comicios de octubre- pidió el lunes a la policía y a los manifestantes que están en las calles que permitan el arribo de los legisladores.
Según la normativa boliviana, en ausencia del presidente y el vicepresidente -quien renunció junto con Morales-, el jefe del Senado se haría cargo provisionalmente de conducir el país y, de no poder, debería hacerlo el titular de la Cámara de Diputados. Pero el domingo ambos dimitieron, como también el vicepresidente del Senado.
La crisis se aceleró en la mañana de ese día con un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) que señaló que las elecciones del 20 de octubre deberían ser anuladas para dar paso a nuevos comicios, luego de haber encontrado "graves irregularidades" que cuestionaron la victoria de Morales.
Tras hacer un llamado a nuevas elecciones que no fue escuchado, Morales dijo el domingo que renunciaba para reducir la violencia que se ha apoderado de la nación andina y denunció un "golpe de Estado" en su contra.
Las tensiones en todo el país, que han estado presentes durante semanas, aumentaron durante la noche del domingo y la madrugada del lunes con el vacío de poder luego de la renuncia del mandatario y muchos aliados políticos del Gobierno.
En varias ciudades del país, multitudes celebraron la renuncia de Morales, quien intentó buscar un cuarto período al mando del país en una elección que estuvo plagada de acusaciones de fraude.
Pero al caer la noche, hubo saqueos de negocios, destrucción e incendios de propiedades, principalmente en las ciudades de La Paz y El Alto. La prominente figura de oposición y académico Waldo Albarracín publicó en su Twitter que su casa había sido incendiada por seguidores de Morales.
Por su parte, otro video ampliamente compartido parecía mostrar a la gente dentro de una propiedad de Morales realizando graffitis en las paredes.
"Obviamente tengo miedo de lo que pasará, todo es un desorden en la ciudad, hay peleas entre vecinos", dijo a Reuters Patricia Paredes, una secretaria de 35 años que trabaja en un organismo público.
La situación generó preocupación y críticas en todo el continente, donde muchos líderes consideraron que hubo un golpe de Estado contra Morales.
Los gobiernos de México, Venezuela y el presidente electo de Argentina, entre otros, respaldaron al líder indígena. En tanto, Rusia acusó a la oposición boliviana de desatar una ola de violencia en el país.
El presidente ultraderechista de Brasil, Jair Bolsonaro, dejó entrever satisfacción en su cuenta de Twitter: "Gran día", tuiteó el domingo el mandatario.
(Reporte de Daniel Ramos, escrito por Hernán Nessi y Nicolás Misculin. Editado en español por Gabriela Donoso, Javier Leira y Marion Giraldo)
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