QUITO, 10 oct (Reuters) - Al menos un indígena murió durante las protestas en contra de las medidas de austeridad del presidente de Ecuador, Lenín Moreno, lo que alimentaba el jueves un clima de tensión y complicaba el intento de diálogo del Gobierno con los manifestantes.
Las protestas estallaron la semana pasada cuando Moreno puso fin a los subsidios al diésel y la gasolina extra, que han estado vigentes por décadas, en el marco de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 4.200 millones de dólares, con el que buscan reducir un abultado déficit fiscal.
Miles de indígenas, que han llegado a Quito desde zonas andinas del país, condenaban la muerte de su compañero desde un centro cultural y llamaban "asesino" al gobierno de Moreno.
"Lágrimas de ira tenemos, pero si hemos aprendido de nuestras mamas y taytas que a los muertos de la lucha se los honra multiplicándonos (...) Por eso compañeros y compañeras a radicalizar las acciones", dijo un comunicado la CONAIE.
El féretro recorrió algunas cuadras en el centro de la capital, en medio de cientos de indígenas que coreaban "¡asesinos, asesinos!" hasta llegar al lugar donde se encuentran concentrados para una ceremonia religiosa.
Algunos de los ocho policías que fueron retenidos la mañana del jueves por los indígenas cargaron el féretro a su entrada, según testigos de Reuters.
Más temprano, los indígenas exigieron a los canales de televisión locales, que se encontraban realizando la cobertura, a transmitir en vivo la masiva concentración. Además, dijeron que garantizarían los derechos humanos de los policías.
La Defensoría del Pueblo dijo en un comunicado que, además del indígena, otras cuatro personas murieron durante las protestas.
El secretario de la Presidencia, Agusto Briones, demandó la liberación de los uniformados y de unos 27 periodistas de distintos medios, que según el Gobierno, no se les permitía salir del centro cultural.
"A nombre del Gobierno demandamos que cualquier proceso de diálogo se haga en el marco de la paz y para ello la liberación de policías y periodistas es una condición fundamental", insistió, al reiterar la disposición del Gobierno a dialogar.
CRÍTICAS AL DIÁLOGO
Moreno, quien trasladó su gobierno a Guayaquil, ha dicho que no renunciará ni dará marcha atrás en la medida, pero anunció en la víspera los primeros acercamientos con el movimiento indígena bajo el acompañamiento de Naciones Unidas, que expresó su preocupación y lamentó los hechos de violencia en las protestas.
El Gobierno ha dicho que presentarán a los indígenas una oferta al sector agrícola para como parte del acercamiento que iniciaron la noche del martes.
"El diálogo que plantea Lenín Moreno es una fantochada", aclaró la CONAIE, al informar que sostendrá el bloque de carreteras y la toma de edificios públicos.
El mandatario declaró en estado de excepción en todo el país y posteriormente un toque de queda nocturno en un intento por apaciguar las protestas, las más fuertes en más de una década y que han incluido saqueos, daños a bienes públicos y bloqueo de carreteras, lo que ha complicado el suministro de alimentos y combustibles.
Más de 800 personas han sido detenidas en las protestas, según el Gobierno.
"No estábamos acostumbrados a una represión de esta naturaleza" dijo el Defensor del Pueblo, Freddy Carrión a Reuters, al señalar que la violencia se ha dado desde la fuerza pública y los manifestantes.
Las protestas también impactaron en el sector petrolero. El Ministro de Energía, Carlos Pérez, dijo a una radio local que las pérdidas alcanzan los 520.000 barriles de crudo, incluida una porción de las petroleras privadas.
Moreno ha dicho que detrás de los disturbios están intentos de desestabilización de su gobierno por parte del expresidente Rafael Correa y del mandatario venezolano Nicolás Maduro, quienes han negado las acusaciones.
Reporte de Ivan Alvarado, Alberto Fajardo, Daniel Tapia, Alexandra Valencia y Mitra Taj Quito, Editado por Juana Casas y Rodrigo Charme.
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