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José Roberto Rodríguez: "¿A quién le interesa nuestra música, la cubana, nuestras raíces?" ( ENTREVISTA)

"Eso de ofrecer una puntuación como si fuera una competencia de clavados o gimnasia, es, para mí, poco ético, y más hacerlo públicamente. ¿Cuándo se ha visto eso en un Guzmán?" dice en esta entrevista el director del proyecto Tradicionales de los 50.

José Roberto Rodríguez © Cortesía del entrevistado
José Roberto Rodríguez Foto © Cortesía del entrevistado

Este artículo es de hace 4 años

Atractivo, medio tiempo, canoso, ojos claros, estatura media; tengo ante mí al gestor y director del proyecto Tradicionales de los 50.

Un programa emitido en el Canal Cubavisión de la TVC me condujo a José Roberto Rodríguez, pues las opiniones que sobre ese proyecto allí se vertieron me parecieron muy interesantes.

Por ejemplo, la experimentada cancionera Raquel Hernández, expresó que para ella fue un reto, un motor impulsor que la llevó a interpretar no solo canciones y boleros; Migdalia Hechavarría, otra muy conocida cantante, muestra su complacencia con sus siete años en Tradicionales; Rolando Montero 'el Muso' asegura que no critica ningún género pero defiende la música cubana, la de él; Pablo Santamaría afirma que este proyecto ha rescatado la música cubana, el patrimonio nacional.

Así podemos citar a personalidades de la música cubana como Sergio Farias, Juana Bacallao, Millán Zuásnavar, José Luis Arango, Nany Cruz, Jorge Mulet, Mundito González quienes aseguran que la década del 50 ha sido el colofón de la buena música cubana que hay que defender como parte intrínseca del patrimonio de la cultura nacional.

En lo particular todos coinciden en que, “sin ser músico, José Roberto tuvo una idea fabulosa al crear el grupo en el tiempo exacto para defender el legado de nuestros grandes compositores. Son asombrosos su capacidad de trabajo y la información que posee de la época de oro”.

Tras estas opiniones me lancé en pos del famoso personaje y aquí lo tienen: José Roberto Rodríguez, un hombre que ama lo suyo.

“No esperaba me recibieras con tantos elogios. Sinceramente, no sé qué decir”.

Pues comienza por el principio, quién eres, dónde, cuándo nacisten ¿siempre te gustó la música?

“Nací en Mayajigua, Sancti Spíritus, el 20 de septiembre de 1954. No soy egresado de ninguna escuela de arte sino del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona de La Habana.

“Soy hijo de Evangelina y Roberto, estoy casado hace 26 años con Ángela Brenda; de un anterior matrimonio tengo una hija de 44, Zenia , médico, vive en Miami y de ella tengo dos nietas de 15 y 18 años.

“Si te digo que vengo de una familia musical te mentiría; nadie era músico aunque sí tenían oído, amaban la buena música, algo que yo heredé”.

De pequeño, ¿no estuviste tampoco en ninguna escuela o grupo musical?

“Para nada; mi padre era militar y tenía que ir donde lo enviaran y con él, la familia. Así viví en Topes de Collante, Vueltas, Santa Clara, Aguada de Pasajeros, Isla de la Juventud hasta que en 1995 vinimos definitivamente para la capital”.

Y, por supuesto, en todos estos lugares nuevas escuelas, nuevos compañeros, nuevos profesores.

“Así es, después de trabajar en la Isla en dos IPUEC (preuniversitarios en el campo), me radico en La Habana en el 95 como profesor en la Escuela Secundaria Básica Rubén Martínez Villena del Vedado pero, como imaginarás, el salario no alcanzaba, y como siempre me gustó la música, cogí este rumbo”.

¿Pero así, sin estudios, sin dominar un instrumento, sin saber cantar? Es algo muy particular.

“Nunca estudié música pero la llevo dentro, tengo oído, al igual que lo tenían mis padres. Mira, te hago una pequeña anécdota. Cuando yo tenía diez años ¿sabes que me regalaron? ¿un bate, una pelota, un balón, un tren? ¡no! un radio-tocadiscos, en el cual escuchábamos al Benny, al Trío Matamoros, Barbarito Diez, Orlando Contreras, Blanca Rosa Gil, Esther Borja, Ñico Membiela, Bola de Nieve, las orquestas Aragón y Sublime; aquella constelación que animó los años 50, sin dudas, la época de oro de la música cubana”.

Y ¿cómo saltaste de maestro a músico?

“Estuve dos años impartiendo clases pero a partir de 1997 decido, como te dije, cambiar el rumbo de mi vida. Tenía un amigo en la EGREM que me contactó con el grupo Maité y la Frontera, del cual pasé a ser su representante en conciertos en Casas de la Música, fundamentalmente.

“Con ellos estuve poco tiempo pues comencé a fomentar relaciones con unos amigos mexicanos que querían contratar a músicos y artistas cubanos para realizar giras por el país azteca.

“Esto me proporcionó conocer destacados músicos a lo largo y ancho de la Isla, la mayoría intérpretes de la música tradicional cubana.

“Fue así que en 2001 contacté con la Orquesta Sensación, Pío Leyva, el maestro Guillermo Rubalcaba y Teresa García Caturla, que integran la génesis de mi proyecto Tradicionales de los 50. Empezamos en los hoteles Nacional, el Salón Rojo del Capri, el Copa Room del Riviera, en el Club Habana, el cabaret Continental del hotel Internacional de Varadero así como otros lugares emblemáticos de La Habana Vieja (Café Taberna, la Plaza Vieja para ponerte dos ejemplos), Tropicana”.

¿Cómo fue la acogida?

“Excelente. Esos tres solistas iniciales eran respaldados por la Orquesta Sensación. A posteriori, casi de inmediato, se sumaron Magaly Rivera, Rolo Martínez, Ela Calvo, Hilda de la Hoz, Pedrito Calvo (Van Van), Vania Borges, Héctor Téllez, Orestes Macías, el Muso, Félix Baloy, entre otros; por Tradicionales desfilaron los mejores exponentes de la música cubana.

“Las presentaciones constituían una sensación, algo que no se podía ver en otra parte. El proyecto inicial se siguió ampliando, se alternaban agrupaciones como la Charanga Rubalcaba, las orquestas de Teresa García Caturla, Pío Leyva, Baloy, América, los conjuntos Habana-Casino y Roberto Faz, el septeto Matamoros, César y la Sonora Universal. Como puedes ver una amplia gama de lo mejor de nuestras raíces musicales.

”Pero además invitábamos a figuras y agrupaciones que enriquecían nuestro aval como Buenavista Social Club, Afrocuban All Stars y Cubanismo”.

Observo a José Roberto y me maravillo con su sapiencia, y me maravillo también al solo pensar en un lugar, en un momento donde poder extasiarnos con esa música, ¡nuestra verdadera música!

Actualmente, ¿qué orquesta acompaña el show del cual no hemos hablado todavía por cierto?

“Gloria Matancera, dirigida por el maestro Arístides Díaz Tillo y con la dirección musical de Saúl Viart. Es una orquesta de renombre en la música cubana, fundada en 1927, que se ha convertido en una orquesta estilo jazz band, que logra la sonoridad de las agrupaciones de los años 50”.

Le echo una ojeada a un magnífico folletín que en español e inglés nos relata qué son los Tradicionales de los 50, además de acercarnos a cada uno de sus actuales integrantes, y les traslado uno de sus planteamientos más esclarecedores: 'Tradicionales de los 50 es un proyecto que lleva en sí nuestra idiosincrasia y reúne los exponentes más auténticos y tradicionales de la música cubana de todos los tiempos. Aquí están las estrellas de la canción, el bolero y el son, y otros ritmos tradicionales que lograron crear un nombre y una escuela a niveles internacional y nacional'.

“Ahí se resume nuestra esencia porque la génesis de Tradicionales es rescatar, preservar, difundir la música cubana y ese camino tuvo sus pioneros, como ya te dije, en Pío Leyva, Teresa García Caturla y el maestro Guilermo Rubalcaba, a los que siguieron Rolo Martínez, Ela Calvo, Héctor Téllez, Hildade la Hoz, Xiomara Valdés, Vania Borges, Pedrito Calvo, Orestes Macias, Rolando Montero (el Muso), Roberto Sánchez, María Elena Pena, Arturo Clenton, María Victoria Gil y muchos, pero muchos más.

“Ese postulado lo mantenemos desde nuestro debut el 18 de mayo de 2001 en la Sala 1930 del Hotel Nacional. A los cuatro pioneros que estuvieron presente ese día: Teresa, Rubalcaba, Pío y la Sensación, se fueron sumando músicos y llegaron a ser 18 solistas.

“En la actualidad son 25, con una historia sólida, cimentada, creada, los cuales actúan a diario, los siete días de la semana en la Sociedad Rosalía de Castro, en un maravilloso espectáculo de dos horas de duración que se desarrolla entre 9:30 y 11:30 de la noche”.

¿Por qué se han limitado a tan restringido espacio, aunque sé allí pueden reunirse hasta 500 espectadores dispuestos a gozar las mieles de lo más tradicional de la música cubana?

“Sencillo: hemos solicitado teatros, alquilándolos nosotros por supuesto, y jamás nos han respondido; hemos pretendido hacer giras nacionales y la respuesta ha sido la misma.

“¿Qué hago entonces?... Tenemos que actuar porque esos intérpretes, exponentes de lo más fiel de nuestra música, ¡no tienen trabajo! Así, crudamente, si la mayoría de esos 25 cantantes no lo hacen conmigo, ¿de qué viven?

“Te exceptúo a Migdalia Hechavarría, María de Jesús, Juana Bacallao, el pianista Félix Bernal y Andrés Sánchez, quienes actúan en los shows del Café Concert Gato Tuerto.

“Pero intérpretes de la talla de Mundito González, Raquel Hernández, Sergio Farías, José Valladares, por solo hablar de cuatro, no reciben ningún llamado para cantar en televisión, en teatros o incorporarse a giras nacionales”.

No hay que ser enciclopédico ni tener un coeficiente de inteligencia superior para percibir que los Tradicionales de los 50 son el sustento de este maravilloso grupo de cantantes, cuyo delito es hacer suya nuestra música, defenderla.

Y me pregunto yo, con tanto caudal de calidad y deseos de hacer, ¿por qué no contar con estos intérpretes en el Concurso Adolfo Guzmán que, coincidentemente, cierra sus puertas el próximo domingo?

“Ah, eso es punto y aparte. Primero, los organizadores libraron una convocatoria abierta para cantantes profesionales y aficionados, y por supuesto, profesional que se respeta no se somete a un enjuiciamiento previo a la lid.

“Yo discrepo con la forma en que se gestó pues para jóvenes valores, que sin dudas los hay y muy buenos, está el programa Sonando en Cuba; el Guzmán es otra cosa”.

El rostro de mi entrevistado cambia; veo en sus ojos una sensación de tristeza, inconformidad, añoranza.

Para mí rescatar el Concurso de Composición e Interpretación Adolfo Guzmán puede considerarse un éxito aunque extraño el de los años 70 y 80. Para ti ¿ no es un paso de avance?

“No en la forma que lo hicieron. Yo no le hubiera puesto Adolfo Guzmán; para mí no lo es, pues con ese nombre debe celebrarse el máximo evento de interpretación y composición de la música cubana, perdido hace dos décadas. Y esto no se logró, sobre todo por la parte interpretativa.

“En cuanto a las obras, estas no son actuales, son de 2016 cuando se pensó revitalizar el Guzmán y no se hizo. ¿Tú viste alguna convocatoria abierta para presentar nuevas propuestas en esta ocasión? No.

“Varias propuestas dejan mucho que desear; en otras, el jurado se contradice eliminando números que, tras ser rescatados por el pueblo, son considerados con calidad extrema. Para mí el ganador es Pretexto, cantada por el dúo Saudade, esa es la obra a la que hacía referencia. Reúne son, danzón, trova tradicional, acordes de la ancestral música de Manuel Corona, Sindo Garay, María Teresa Vera, finales del siglo XIX y principios del XX”.

Tras conversar con José Roberto sobre el tema me di a la tarea de leer algunas consideraciones de la prensa especializada y de los miembros del mejor jurado que existe: el pueblo, y en su gran mayoría coinciden con mi entrevistado.

Mi opinión personal es que sí resulta exitoso que a alguien se le haya ocurrido ¡al fin! rescatar un concurso maravilloso, pero de la forma actual, no: copiando esquemas foráneos, copiando el propio formato de Sonando en Cuba; la modernización tan necesaria de la imagen, concuerdo, pero en muchas ocasiones ha estado carente de sentido común.

Esos trajes ampulosos que, a veces las que los visten no los saben llevar, ejemplo la propia Luna Manzanares, excelente intérprete pero que poco ha aportado a la conducción aunque ¿por qué no decirlo? con algunos destellos que le permite su condición de cantante, como cuando este domingo interpretó improvisadamente un dúo magistral.

Pero ahí tendríamos que entrar en otro tema digno del mejor de los comentarios: ¿hay conductores en Cuba de la talla de Consuelito Vidal y Germán Pinelli? ¡Claro que no!

“Es cierto, pero sí tenemos excelentes comunicadores como Rosalía Arnáez, Mario Aguirre, Julio Acanda, Marino Luzardo, Raquelita Mayedo, Edith Massola que seguramente lo hubiesen sabido hacer acorde a su calidad y profesionalismo.

“Luna posee una indiscutible talla como intérprete, no como presentadora, al menos no por el momento”.

Y vuelvo a una pregunta flotando sobre un tema que me intriga: ¿por qué someter a figuras como Raquel Hernández, Niurka Reyes, Mundito González, Vania Borges a pruebas de admisión, figuras más que probadas en el mundo artístico?

“Porque lo han permitido. Se trata de imponer un sistema que fue creado por Paulo FG en Sonando en Cuba, algo que funcionó pues era para buscar nuevos talentos de la canción, pero que en este caso, no se avenía a lo que el concurso tradicional Adolfo Guzmán representa.

“Aquí, sencillamente, copiaron a Sonando en Cuba, fíjate que hasta el jurado en los primeros programas enjuiciaba la interpretación, les caía encima a los detalles de los cantantes y en ocasiones ni se fijaba en la obra; eso de ofrecer una puntuación como si fuera una competencia de clavados o gimnasia, es, para mí, poco ético, y más hacerlo públicamente. ¿Cuándo se ha visto eso en un Guzmán?

“Voy más allá, el ballet, el coro y la orquesta del ICRT, sustituidos por jóvenes que pueden ser muy talentosos pero que no pueden erigirse por encima de los consagrados. Te reitero: esto no es un Guzmán, esto es un Sonando en Cuba, copia de la metodología, copia de la idea, copia del formato.

“No niego el desarrollo pero el formato, tantas luces, tanta escenografía que no aporta, están de más. El Guzmán debe ser anual y como se desarrollaba en los años 70, 80 y el último que ganó la canción interpretada por Niurka Reyes, en el 2000.

“Tú me estás entrevistando a mí, yo te doy mi opinión, que es muy parecida a la de muchísimos más; lee las opiniones en internet y de periodistas especializados.

”Precisamente, gracias al intercambio virtual que nos permiten las redes sociales, uno de los músicos de la para mí mal llamada Banda Gigante (la única era del Benny), Jaile López, escribió que el maestro Adolfo Guzmán fue 'alocado, poético, arriesgado, diferente, polémico' cuando los que peinamos canas sabemos que era un hombre mesurado, sencillo, respetuoso, sobrio.

“Acorde a estas características de su personalidad se realizaron exitosamente las anteriores versiones del concurso que lleva su nombre”.

Tocaste un aspecto para mí importante. Si esto es un Guzmán, ¿dónde están el coro, la orquesta y el ballet del ICRT?

“Mira, RTV comercial, entidad que auspicia este concurso, es una dependencia del ICRT, ¿no?, sin embargo, para mí no lo es pues, sencillamente, hacen lo que estimen pertinente. No utilizar la sabiduría y calidad del coro, el ballet y la orquesta del ICRT, declinando experimentados directores, es un error. Unos muchachos que, te reitero, pueden ser brillantes, no lo discuto, no pueden sustituir en un concurso con este nombre, a sus maestros.

“O… ¿quiénes les imparten clases en el ISA, el Instituto Caturla o en el Conservatorio Amadeo Roldán si no son esos mismos músicos que desdeñan? No puede ser esto una lucha generacional, no con el Guzmán”.

Realmente ha sido un tanto contradictorio este Guzmán, pero creo que de la lucha de contrarios emana el desarrollo, es dialéctica pura, así que espero que todas las opiniones sean tenidas en cuenta para realizar en un futuro un mejor Concurso de Interpretación y Composición que lleve el nombre de tan prestigioso músico cubano. Por ahora, vamos a dejar el Guzmán.

¿Satisfecho con tu desempeño al frente de Tradicionales de los 50?

“Sí. Soy un autodidacta, autor de mi proyecto; he logrado aunar a muchos de los principales cantantes de este país; no somos subvencionados, aportamos a la sociedad. Yo facturo mensualmente a la Empresa Ignacio Piñeiro 280 mil pesos, casi tres millones al año; o sea, nosotros aportamos a la economía de la nación”.

Me comentaste que te han tratado de copiar la idea.

“No. Tratado no, me la han copiado. Vamos a dejarlo ahí porque aquí no vale demandar a nadie. Aquí somos ciegos, mudos y sordos cuando se trata de una demanda. Mi idea original ha sido plagiada con el consentimiento de quienes dirigen empresas y agencias en Cuba.

“Te recuerdo que Tradicionales de los 50, con su logo incluido, está reconocido como marca perteneciente a mi persona por la Cámara de Comercio de la República de Cuba”.

¿Sueños?

“Realizar una gira nacional que todos puedan disfrutar”.

¿Algún disco en mente?

“¿A quién le interesa nuestra música, la cubana, nuestras raíces? ¡A nadie! ¿qué disco va a haber?”

¿Algún proyecto televisivo?

“Imposible, porque los programas televisivos son doblados y nosotros no tenemos disco alguno. Y para hacerlo tendría yo que asumir su producción y eso es imposible.

“Me queda la satisfacción, el orgullo de que, sin ser músico, he logrado un proyecto de gigantes donde se defiende y cultiva el patrimonio musical cubano, donde lo mismo se canta una guaracha que un danzón, un bolero, una rumba o un guaguancó.

”Defender lo nuestro, nuestra música tan rica y exitosa, tan reconocida en el mundo y tan olvidada en Cuba. Nosotros la defendemos, noche tras noche. Ese es el legado de los Tradicionales de los 50”.

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos

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