“Cuba ha ocultado las recomendaciones de ONU sobre igualdad racial”

La reacción del Gobierno cubano ha sido intentar disminuir el activismo social y político en el ámbito de la discriminación racial, pretendiendo culpar a quienes nos ocupamos desde la sociedad civil de este tema de ser parte de la subversión promovida por Estados Unidos

Juan Antonio Madrazo Luna, Coordinador Nacional del Comité Ciudadano por la Integración Racial © Cortesía del entrevistado
Juan Antonio Madrazo Luna, Coordinador Nacional del Comité Ciudadano por la Integración Racial Foto © Cortesía del entrevistado

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Este artículo es de hace 5 años

Juan Antonio Madrazo Luna (La Habana, 1968) es el Coordinador Nacional del Comité Ciudadano por la Integración Racial (CIR) y ha viajado a Europa para exponer la situación de los cubanos negros en el castrismo y presentar ante la Unión Europea, gobiernos e instituciones un Informe sobre la Administración de Justicia en Cuba, que ha sido realizado en cooperación con el Instituto de la Raza, Igualdad y Derechos Humanos.

El objetivo principal del CIR es abrir un espacio en la sociedad cubana para el debate público sobre la discriminación racial, pero la respuesta que ha encontrado Madrazo Luna en el Gobierno de la isla es la represión, con detenciones por horas, y el impedimento de la realización de actos y reuniones, aún cuando se vayan a celebrar en viviendas privadas.


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¿A qué obedece tu viaje a Europa?

En Ginebra, me reuniré con el Relator de Naciones Unidas (ONU) sobre la Discriminación Racial para informarle de los incumplimientos del Gobierno cubano a sus observaciones y recomendaciones a un informe enviado por las autoridades de la isla, que hasta ahora y desde agosto de 2018 ha hecho caso omiso al criterio de ONU y –como es habitual– ha silenciado ante la opinión pública cubana este proceso y ha mantenido al margen de dicho documento incluso a las instituciones estatales que se ocupan de la discriminación racial en Cuba.

La reacción del Gobierno cubano ha sido intentar disminuir el activismo social y político en el ámbito de la discriminación racial, pretendiendo culpar a quienes nos ocupamos desde la sociedad civil de este tema de ser parte de la subversión promovida por Estados Unidos y demonizándonos ante el resto de los cubanos. pero no ha conseguido sus objetivos porque en los últimos tiempos ha crecido el activismo social, de Derechos Humanos y político, como es nuestro caso, contra las prácticas discriminatorias del Estado y la sociedad.

Uno de los paradigmas de la revolución cubana fue la igualdad racial y su propaganda presentó a la isla como el paraíso de los negros. ¿Cuál es tu valoración sobre la situación de los negros en Cuba?

El Partido Comunista de Cuba (PCC) y el Estado mantienen una posición conservadora frente a la discriminación racial y nuestras denuncias, junto a las de la sociedad civil, sobre el tema, intentando ubicar este fenómeno en lo que llama el diferendo Cuba-Estados Unidos.

Pero eso no ha conseguido acallar nuestra voz ni la de otros actores civiles y ha posibilitado que instituciones oficiales como Casa de las Américas y la Universidad de La Habana se hayan ocupado del tema y hayan elaborado sus propios documentos sobre discriminación racial en Cuba, que tampoco son de conocimiento público.

Por ejemplo, la investigadora Mayra Espino Prieto, del Instituto de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas, ha elaborado un informe sobre el crecimiento de la desigualdad y la pobreza en Cuba y cómo ha afectado a la población negra y mestiza. Este informe permanece silenciado por orden de las autoridades que sigue ignorando fenómenos de reafirmación racial en los cinturones pobres de ciudades como La Habana y Santiago de Cuba, por ejemplo.

El PCC ha intentado desvirtuar el tema a través de la Comisión José Antonio Aponte, de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) que ha sido la encargada de promocionar la agenda comunista en el ámbito de la discriminación racial y los problemas que afectan a los negros en Cuba, como la notable y constante emigración de oriente a occidente, es decir, de las zonas más pobres a las menos pobres, en este caso desde Santiago de Cuba, Guantánamo, Granma y Tunas hacia La Habana.

Aquí quiero hacer una acotación. Los blancos también sufren la pobreza, tenemos el caso de Sancti Spiritus y el Escambray, donde apenas hay población negra, pero su población también sufre pobreza y marginación.

Y fíjate hasta que punto al Partido comunista (de Cuba) no le interesa abordar estos temas, que en 2017 el CIR presentó un informe sobre los Derechos Humanos de la población afrodescendiente en Cuba ante la opinión pública cubana y en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y este informe no provocó una reunión o discusión con el Gobierno sobre el tema, sino un incremento de la represión contra nosotros, que luego recrudeció cuando presentamos el informe “Sombras” ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, justo cuando el régimen presentaba el suyo.

¿Pero qué ha ocurrido? Que el Gobierno se ha visto obligado a admitir –tímidamente– y siempre en foros cerrados la existencia de discriminación racial y esto no ha sido solo fruto de nuestro trabajo, sino de la solidaridad de la sociedad civil y del posicionamiento de instituciones académicas estatales como Casa de las Américas y la Universidad de La Habana, que han venido trabajando silenciosamente el tema de la discriminación racial.

Pero a Ginebra no iré solo a denunciar la situación de los negros en Cuba –los más pobres y marginados–, sino que mi viaje tiene también el objetivo de copresentar el Informe sobre Administración de Justicia en Cuba para que la ONU, los políticos y ciudadanos europeos conozcan cómo funciona la Justicia en la isla.

Para este objetivo hemos contado con la importante colaboración del Instituto de Raza, Igualdad y Derechos Humanos, con sede en Costa Rica, ayuda que nos ha permitido visibilizar mejor las arbitrariedades jurídicas del Gobierno cubano en su intento de desmovilizar el activismo ciudadanos y cómo agrede a la sociedad civil.

¿Podrías citar un ejemplo concreto de discriminación racial en Cuba?

Varios. La escasa presencia de negros y mestizos en la administración central del Estado, el Buró Político del PCC, la televisión cubana y como trabajadores del turismo o en actividades vinculadas al turismo. Si revisas la lista de propietarios o gerentes de pequeños hoteles y restaurantes privados verás que los negros somos también minoría.

Hace poco, se produjo un mitin de repudio en la Universidad de Villa Clara (centro de Cuba) contra un artista miembro la Red Barrial Interracial (oficialista), que denunció la discriminación racial. El Decano interrumpió el discurso y el conferenciante fue apresado y conducido a una unidad policial.

Ni siquiera en un foro organizado por ellos permiten expresarse con libertad a los miembros de una red que funciona en la órbita del oficialismo. Y así han empezado a vigilar a artistas e intelectuales negros que, aún siendo un fenómeno minoritario, comienzan a promover el debate de estos temas.

Pero fíjate si nuestra situación es grave que un informe del oficial Instituto Cubano de Antropología reveló que los negros también estamos discriminados en la administración central del Estado, en el emergente movimiento cooperativo estatal o en la modalidad de economía solidaria, ambos promovidos por el régimen. Ese informe es Secreto de Estado, lo secuestraron y no es posible consultarlo por el público ni por nvestigadores.

Los mayores índices de pobreza corresponden a regiones y provincias con mayor población afrodescendiente y el tema de las Remesas familiares y Recargas telefónicas que son recibidas en menor proporción por negros cubanos, en parte porque durante años funcionó el chantaje emocional del castrismo de que Cuba era el paraíso para nosotros y Estados Unidos el infierno. Circunstancia que retrasó la emigración de negros y mestizos hasta los episodios de Mariel (1980, 125 mil cubanos escapan por vía marítima) y Los balseros (1994, 45 mil cubanos escapan por vía marítima).

Y fíjate si ese fenómeno ha funcionado, que el castrismo consiguió –durante mucho tiempo– invisibilizar a las burguesía y clase media negras y mestizas de antes de 1959, pintando una República sin negros, salvo en los roles de pobres y discriminados; que los había, pero los negros que vivían bien dejaron de existir en el discurso oficial.

¿Cuál fue el impacto que tuvo en los negros cubanos la visita de Obama?

En la población negra caló muchísimo. Los negros cubanos sintieron que Obama también les pertenecía, y en los blancos pobres también caló porque ambos sintieron que la actitud de Obama obligaba al régimen a reformarse y abrir el camino a un horizonte que podría traer más prosperidad y libertad para Cuba.

Y de inmediato vieron cómo el régimen, atemorizado, lanzó sus andanadas contra Obama, nada más terminar su discurso en el Gran Teatro de La Habana. La visita de Obama, soy testigo, tuvo mucho impacto en los negros, mestizos y pobres cubanos y asustó al castrismo que llevaba años sin permitir que el escenario cubano fuera protagonizado por un negro, como parte de su política de invisibilización de los afrodescendientes.

Ahora mismo, Cuba tiene dos vicepresidentes negros, Valdés Mesa e Inés Chapman. ¿Crees que en un tránsito hacia la democracia actuarían como aparatchik comunistas o como negros?

Tiene tres. Beatriz Jhonson Urrutia, es vicepresidenta del Consejo de Estado y Presidenta del Poder Popular en Santiago de Cuba.

Pero no creo que ellos actuarían como negros porque su presencia pública obedece a una operación de maquillaje del régimen, impulsada por nuestro trabajo, por la presión de la sociedad civil y por los propios informes de instituciones oficiales. Y lamento tener esta visión, pero es que ellos tres ni siquiera han reaccionado –Lazo (Esteban) tampoco a la discriminación racial que ocurre desde hace años en Cuba y han estado de espaldas a los movimientos sociales de afrodescendientes en Brasil, Costa Rica y Colombia, por ejemplo.

Salvador, la Chapman, la Jhonson y Lazo obedecen al esquema totalitario y siguen pensando que hablar de racismo en Cuba es un plan de Estados Unidos que amenaza la seguridad nacional.

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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