El principal puerto espacial de la NASA, el Centro Espacial Kennedy (KSC), también se prepara para la próxima llegada del huracán Dorian al país, y sus empleados han comenzado a mover algunos equipos clave a un lugar seguro.
Los más de 8.000 empleados del Centro en Cabo Cañaveral, en Florida, operan bajo un estado interno denominado HURCON IV, que quiere decir que el área espera vientos de nivel superiores a las 75 millas por hora en los próximos tres días, aunque los pronósticos estiman que el fenómeno golpeará el estado con vientos superiores a las 140 millas por hora.
“Tenemos una gran confianza en las instalaciones aquí. Hemos resistido una serie de tormentas y llamadas cercanas”, dijo Derrol Nail, representante de comunicaciones en KSC de la NASA, a The Verge.
El experto explicó que la mayoría de los empleados no estarán en el lugar, solo 100 personas se quedarán el fin de semana y el lunes para monitorear la tormenta en el Centro de Control de Lanzamiento de KSC, donde los equipos de ingeniería suelen hacer lo mismo con los lanzamientos desde el Cabo.
“Aquí es donde lanzamos cohetes, así que sabes que es una instalación resistente. Está clasificado para un huracán de categoría 5”, añadió.
Según Nail, tras los daños causados por Andrew en Florida, KSC decidió que cualquier edificio que se construyera después debía soportar vientos de entre 130 y 135 millas por hora.
Otros inmuebles más antiguos también están preparados para vientos huracanados, como el Edificio de Ensamblaje de Vehículos (VAB), donde se almacena la nave espacial más grande del centro, el cual podría soportar ráfagas de viento de 125 millas por hora.
“Es una jaula de acero sólida con revestimiento de aluminio. Hay 8,000 toneladas de acero dentro de este edificio, así que sí, puede soportar mucho”, comentó.
Este viernes el centro comenzó a mover la plataforma de lanzamiento móvil dentro del VAB para superar la tormenta. La plataforma es una estructura de torre de 400 pies de altura y 650 millones, desde donde se prevé lanzar en el futuro el cohete monstruo llamado Sistema de Lanzamiento Espacial, que la NASA está desarrollando.
Debido a su gran peso, la única forma en que puede ser trasladado es encima de un transportador de rastreadores muy lento, la misma plataforma que llevaba el transbordador espacial y los cohetes Saturno V desde el VAB hasta la plataforma de lanzamiento, en un proceso que demora unas ocho horas.
Otras plataformas de lanzamiento poseen estructuras fijas y torres que obligatoriamente deberán ponerle cara a la tormenta. Es el caso de la 39A, que en este momento está alquilada por SpaceX, cuya gran torre oscura soporta los lanzamientos de Falcon 9 y Falcon Heavy de la compañía.
“Es una estructura muy resistente. Puedes imaginar que si puede manejar 5.6 millones de libras de empuje del cohete Falcon Heavy, debería ser capaz de manejar un huracán”, dijo el técnico.
El huracán Irma, que asoló Florida en 2017, provocó el cierre del Centro Espacial durante una semana, aunque sin provocarle daños significativos a sus instalaciones.
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