Un tribunal de la ciudad alemana de Chemnitz condenó a nueve años y seis meses de cárcel al refugiado de origen sirio acusado de matar a cuchilladas a un ciudadano cubano con nacionalidad alemana en 2018, informó el diario La Vanguardia.
Alaa Sheikhi, de 24 años, quien se desempeñaba como peluquero, enfrentaba cargos por "homicidio", "intento de homicidio" y "lesiones físicas graves". Sin embargo, este nunca confesó su culpabilidad y sus huellas no se hallaron en el arma asesina.
Los eventos ocurrieron cerca de las 3 de la madrugada del 26 de agosto del pasado año, en Chemnitz, estado de Sajonia. Daniel Hillig, un carpintero cubano de 35 años de edad, se encontraba en un bar del área cuando, supuestamente, fue apuñalado 25 veces por Sheikhi. El motivo de la pelea aún no se conoce con exactitud.
Al parecer, en la noche del crimen, cuatro hombres entraron en una discusión que escaló a una confrontación física. Entre los partícipes se hallaban la víctima, un amigo suyo, Dimitri M -un germano ruso que resultó gravemente herido-, el acusado y otro refugiado. Este último, identificado como Farah A., un iraquí de 22 años, huyó y se encuentra desaparecido desde entonces.
Tampoco hubo testimonios sólidos de los acontecimientos. Dimitri M. solo pudo describir a un sujeto vestido de blanco que asestó varias puñaladas al isleño, cuando este se encontraba en el suelo.
La sentencia llega casi cuatros días antes de cumplirse el primer aniversario del asesinato de Hillig y de todos los sucesos que acarreó. La muerte del cubano provocó una oleada de disturbios xenófobos, protagonizados por casi 800 elementos de la ultraderecha alemana y neonazis. Entre las acciones, que acapararon la atención de disímiles medios internacionales, estuvo el incendio de un restaurante judío y otros tres locales gastronómicos extranjeros.
Según explicó en su momento, Sonja Penzel, portavoz de la policía de Chemnitz, las protestas partieron de una convocatoria lanzada a través de las redes sociales.
Alaa Sheikh llegó a Alemania en el 2015, junto con otros refugiados de la guerra en Medio Oriente, a quienes la canciller Angela Merkel abrió las fronteras por motivos humanitarios. El proceso judicial contra el joven fue tan polémico que tuvo que ser trasladado a Dresde "por seguridad".
“Éste no ha sido para nosotros de ninguna manera un proceso normal”, explicó durante la última audiencia Frank Wilhelm Drücke, el abogado de Sheikh. Mientras que Ricarda Lang, otra de las representantes legales del refugiado sirio, acusó a la Fiscalía de buscar una sentencia inculpatoria “para que Chemnitz recupere la tranquilidad”.
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