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Emma es una joven cubana que lleva más de 50 días en el Puente Internacional Progreso esperando su turno para que las autoridades migratorias de Estados Unidos la llamen.
"Todos los demás puentes están llenos. Este es el que menos personas tiene”, dijo a los periodistas de Border Report.
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Llegó el 28 de mayo y ya tiene el número 7 en la lista, pero antes Emma estuvo en un puente en Nuevo Laredo durante dos meses y no logró siquiera obtener un número. Después se fue al puente de Matamoros y llegó a ser el 1374.
La joven, natural de Camagüey, viaja junto a su esposo Leostan Valdez, de 25 años. Ella trabajaba en un hotel y asegura que se fue de Cuba porque el Gobierno es muy corrupto.
Los cubanos que se encuentran en el Puente Internacional Progreso cuentan que muchos centroamericanos cruzan el puente corriendo pero que ellos han preferido esperar.
“Queremos cruzar de la manera correcta. Tenemos muchos familiares en Cuba que también quieren emigrar y si cruzamos ilegalmente, no tendrán ninguna oportunidad”, explica.
Cuando la pareja llegó a ese puente había más de 100 cubanos. Ahora solo quedan 9. No obstante, varias personas consultadas por el citado medio dijeron que “una vez que se llame al grupo de Emma, si se les llama, a nadie más se les permitirá ocupar su lugar”.
El Gobierno de Donald Trump ha restringido considerablemente el número de solicitudes de asilo. El nuevo sistema implementado en los puentes internacionales de México solo permite pasar de dos a cinco migrantes por día, lo que ha causado un atraso masivo.
Según los migrantes, hay mucha corrupción y discriminación por parte de los funcionarios de inmigración mexicanos que supervisan el sistema. "Se otorga un trato preferencial a quienes pueden pagar más", destacan.
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