“Mi esposo me llamó como a las seis de la mañana desde la prisión diciéndome que hoy darían la noticia y al poquito rato oí que salía por la televisión que el Consejo de Estado había aprobado el indulto.
“Sentí que el corazón se me quería salir. Es que hemos tratado varias veces de hacer que él salga por buena conducta y no lo hemos logrado. Pero tuvimos más esperanza últimamente porque se decía que había una lista rondando y que él estaba en ella porque lo juzgaron por un delito menor. Solo nos queda rezar para que esté entre los elegidos”, dice Rosa eufórica del otro lado del teléfono.
En un diálogo con CiberCuba, la habanera de 39 años asegura que “lo desesperante es que han pasado horas desde que los reclusos se enteraron viendo el televisor de que la medida sería efectiva y aún ni ellos mismos saben quiénes serán los indultados. Por supuesto, eso ha despertado un enorme revuelo en las prisiones, sobre todo en las de mínima seguridad.
“Hay muchos prisioneros que no se han detenido a pensar en si sus casos cumplen los requisitos dictados para liberarlos o no. Todos tienen la esperanza de que les toque el perdón. La incertidumbre ahora mismo es demasiado grande”, señala también con un tono de preocupación.
Al disgusto que provoca el que ni los mismos prisioneros sepan a estas alturas quienes serán los indultados, se suma el hecho de que el verdadero móvil de la excarcelación podría ser la difícil situación económica que atraviesa el país.
Si bien la nota oficial publicada este viernes por los medios oficiales de la isla afirma que el Consejo de Estado acordó indultar a 2 604 sancionados con el propósito de favorecer la reinserción social de las personas privadas de libertad, “teniendo en cuenta solicitudes de familiares y en cumplimiento de la política establecida por el gobierno cubano desde hace varios años”, la principal razón ha estado en la falta de comida.
De acuerdo con Isabel, una profesora retirada cuya hija se encuentra encarcelada por un delito económico, “para nadie es un secreto que la comida de los presos no se la comen ni los perros, pero ha empeorado en los últimos meses.
“Más de una persona nos comentó que tendrían que sacar a un grupo grande de presos porque no había con qué alimentarlos. Yo espero que a mi niña le toque porque ya casi ha cumplido toda su condena y su hijo de cinco años está bastante enfermo”, agrega la señora de 63 años.
Por otro lado, una abogada penal, que pidió permanecer en el anonimato, explica que “sabíamos que esto venía, al menos desde hace alrededor de 10 semanas. Lo malo es que inicialmente se hizo una lista de 10 000 posibles indultados y al final serán poco más de la quinta parte de esa cifra.
“De una u otra forma, lo lógico sería que la decisión se concretara inmediatamente ya que el indulto no exonera a los prisioneros de pagar la responsabilidad física, es decir, los daños materiales ocasionados por sus respectivos delitos. La población penal cubana es de las más grandes del mundo y representa un gasto enorme para el Estado”, plantea.
A pesar de que la isla no actualiza regularmente sus cifras oficiales, un informe del Instituto de Investigación de Política Criminal ubica a Cuba como el sexto país de América Latina con mayor índice de presos (unos 510 por cada 100 000 habitantes).
A tenor con lo anunciado, para ofrecer el más reciente indulto se evaluó el buen comportamiento de los condenados durante el cumplimiento de la pena, el tiempo extinguido de la sanción y las características y resultados de los hechos por los que fueron sancionados.
En el mismo se incluyeron particularmente mujeres, jóvenes y adultos mayores, y en todos los casos los seleccionados han cumplido como mínimo un tercio de la sanción impuesta.
No serán beneficiados aquellos que cumplían condenas por asesinato, violación, pederastia con violencia, homicidio, corrupción de menores, hurto, sacrificio ilegal de ganado mayor, sustracción de combustible, así como por conductas relacionadas con las drogas, la intimidación de personas, robo con violencia y hechos de corrupción.
La medida tampoco tendrá en cuenta a los reclusos reincidentes que anteriormente fueron beneficiados con un indulto y reingresaron a prisión tras cometer un nuevo delito.
En 2016, el gobierno cubano aprobó la puesta en libertad de 787 reclusos, como respuesta al llamado del Papa Francisco a los jefes de Estado en el año de la Misericordia. Un año antes se presentó el perdón a 3 522 presos por la visita del Santo Padre.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: