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La basura se traga Santa Clara

Mientras las montañas de desperdicios crecen en varios puntos citadinos, la dirección del partido y el gobierno ha decidido dilatar la frecuencia de la recogida, y hacerlo además con carretones tirados por caballos.

Bolsas de basura tiradas en Santa Clara © CiberCuba
Bolsas de basura tiradas en Santa Clara Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 4 años

Por mucho que los cubanos no quieran ver en las dificultades económicas del presente una vuelta a los difíciles años del período especial, las circunstancias guardan una semejanza pasmosa con los momentos de crisis vividos durante los años 90 del pasado siglo.

Por si no bastaran ya las interminables colas, la escasez de alimentos y transporte, otros servicios básicos comienzan a colapsar. Tal es el caso de recogida y tratamiento de residuos sólidos en ciudades como Santa Clara, donde ahora mismo se aprecia una situación caótica, derivada de la escasez de combustible para recoger de manera sistemática la basura.

Basura en las calles de Santa Clara / CiberCuba

Mientras las montañas de desperdicios crecen en varios puntos citadinos, la dirección del partido y el gobierno ha decidido dilatar la frecuencia de la recogida, y hacerlo además con carretones tirados por caballos.

Recogida de basura en Santa Clara con carretones de caballo / CiberCuba

“El combustible que estamos utilizando para recoger los residuos de las distintas zonas y barrios, es necesario suplirlo con tracción animal, y ya estamos buscando los carretones, explicó a la emisora local CMHW, Jorge Luis Tartabul, director provincial de Servicios Comunales.

Según sus propias palabras, se avizora un cuadro aún más complejo. Hoy solo en el centro de la ciudad y las avenidas principales de Santa Clara se está recogiendo la basura de manera diaria. Fuera del centro histórico se está haciendo cada 4 o 5 días, y en los barrios periféricos la frecuencia se aleja pues hay zonas a las cuales los carros recolectores llegan cada 8 o 9 días.

Sin embargo, las previsiones ofrecidas por Tartabul son mucho más inquietantes, pues no solo se dilatarán esas frecuencias, sino que además se emplearán carretas de tracción animal para gestionar la transportación de los residuos. Una alternativa que no es nueva, fue puesta en marcha durante el período especial, y demostró ser un pobre paliativo, pues si bien el sistema funcionaba servía para higienizar un municipio pequeño, no era suficiente para sanear una de las ciudades más pobladas de la isla.

Basura acumulada en Santa Clara / CiberCuba

Hatillo, Yabú, Manajanabo, Antón Díaz, Reparto Universitario, y otras tantas áreas de la ciudad se verán afectadas con el recorte de combustible en los servicios comunales. Históricamente algunos de esos barrios han figurado entre los de peor situación en la urbe, y junto a otros como El Condado y Dovarganes, han mostrado una situación crítica en cuanto a la recolección de desechos sólidos.

Muchos santaclereños se hacen a esta hora la pregunta de los 10 Millones: Si antes, teniendo disponibilidad de combustible no se lograba mantener limpia la urbe, ¿cómo será ahora, cuando dependeremos de carretones de caballos?

Jorge Luis Tartabul no tuvo respuesta coherente para esa pregunta ante los micrófonos de la radio santaclareña CMHW, solo dio la voz de mando, como si bastara con decirlo para que se pudiera conseguir: “Estamos obligados a hacerlo, y hacerlo con rapidez pues tenemos una situación higiénica realmente complicada, y ya ahorita tenemos arriba el aniversario 330 de la ciudad”, puntualizó el directivo.

Asimismo, comunicó que se le pondrá mano dura a los infractores que saquen la basura de sus casas en días que no correspondan, o la viertan en sitios inadecuados. “Todo el mundo debe estar consciente del día que más o menos le toca, y entonces sacar los residuos”, dijo, y luego continuó: “Ya las multas no serán de 10 o 15 pesos sino de 100, 200 o más”.

A no ser en algunos de los principales parques de Santa Clara, esta ciudad no tiene instalados cestos recolectores en casi ningún otro sitio. En toda la geografía citadina solo existen 39 “camas ampirol”, recolectores metálicos de gran volumen que durante varias semanas y hasta meses no son sustituidos.

Más allá de generar enfermedades y atraer roedores, esta situación se complejiza desde el momento mismo en que hoy muchas personas, y hasta familias enteras, sobreviven hurgando en la basura y reciclando aquellos recipientes y objetos que consideren dignos de ser reutilizados.

Recientemente el vertedero municipal de la ciudad de Santa Clara ha sido terreno de disputa entre muchos de esos ciudadanos (conocidos despectivamente como “leones” o “buzos”), que pugnan entre si por controlar y adueñarse de todo “objeto de valor”. El gobierno debió tomar cartas en el asunto y llevó a cabo una batida contra los buzos, dificultándoles la entrada al vertedero de la ciudad.

Pero hoy, mientras la basura amenaza con tragarse a Santa Clara los más beneficiados serán recolectores, que ven multiplicarse los vertederos en distintos puntos de la urbe.

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