Flora Fong llevó a Beijing 20 piezas de su serie “El Caribe Ming: imagen, caligrafía, verso” acompañadas de poemas relacionados con los cinco milenios de la escritura de la nación asiática, además de imágenes y conceptos para llamar la atención sobre el comportamiento y el impacto en la flora y fauna de fenómenos como los ciclones, cada vez más devastadores para Cuba y el resto de El Caribe.
En El gran archipiélago, una de las piezas de su muestra, resalta la forma de cocodrilo de la isla de Cuba, rodeada de puentes, montañas, árboles y la sombra de muchas personas. La pintura de Flora Fong emplea la gestualidad, las transparencias y las líneas de la simbología china, como se aprecia en la ilustración que acompaña este texto, con palmas que parecen letras chinas.
En los predios de la monumental biblioteca de Beijing se exhiben estas piezas, creaciones de una de las creadoras más reconocidas del arte contemporáneo de Cuba, aquí empeñada en exaltar los lazos culturales entre los dos países, pues su pintura se ha convertido en símbolo de la unión de las culturas caribeña y asiática.
Los trabajos exhibidos abordan aspectos de diversas dinastías pero sobre todo la Ming, que representa un acercamiento y un contrapunto con la esencia de la caligrafía, y el encuentro con el mundo occidental.
Fong llegó a China acompañada de su hijo Li Domínguez Fong, quien representó a Cuba con nueve obras en la sexta edición del proyecto Sharing the Beauty expuesto en Beijing del 16 al 20 de este mes, con la participación de talentos de la plástica procedentes de Uruguay, México y Costa Rica. La muestra está organizada por el Grupo de Arte y Entretenimiento de China y el Ministerio de Cultura y Turismo, en conjunto con las embajadas de los países participantes.
El abuelo de Li y padre de Flora emigró a Cuba a comienzos del siglo pasado y formó familia con una mujer cubana. Una de las hijas de ese matrimonio es Flora Fong, nacida en Camagüey en 1949.
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