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Primer "sex shop" en Cuba aborda tabúes y alienta pedidos para su legalización

De los aproximadamente 500 objetos fálicos que se crearon, casi todos han sido vendidos o regalados a amigos y críticos de arte, destacando el éxito de una línea que es más barata que los juguetes importados.

Juguetes sexuales © REUTERS/Alexandre Meneghini
Juguetes sexuales Foto © REUTERS/Alexandre Meneghini

Este artículo es de hace 4 años

LA HABANA, 25 jun (Reuters) - Una instalación artística en La Habana que exhibe artículos como vibradores hechos a mano ha arrojado una nueva luz sobre los tabúes sexuales derivados de una cultura machista en Cuba y décadas de aislamiento, dando un nuevo impulso al pedido para que el país permita la venta de juguetes sexuales.

Si bien los cubanos se enorgullecen de ser sexualmente liberales, muchos tienen una mentalidad cerrada con respecto a los juguetes sexuales, principalmente los hombres, asumiendo que consoladores o vibradores son sólo para homosexuales y se sienten amenazados por ellos, sostienen artistas.

La distribución de cualquier objeto considerado obsceno está prohibido en la isla y no existen "sex shops", ni licencias disponibles para que trabajadores del incipiente sector privado pueden vender juguetes sexuales. En cambio, los cubanos los importan en sus maletas y los venden en secreto.

Yanahara Mauri, Javier Alejando Bobadilla y Joan Díaz se sorprendieron cuando la recién Bienal de Artes Plásticas de La Habana, organizada por el Estado, aceptó su propuesta para realizar un performance apoyado en un "sex store pop-up" en un espacio público.

En su proyecto, inicialmente ubicado en Fábrica de Arte Cubano, un sitio cultural nocturno, crearon "esculturas fálicas" traslúcidas en una gama de colores de rosa a verde. Algunos objetos contienen juegos de palabras sobre consignas oficiales cubanas como "Hasta la victoria, siempre".

Los artistas dijeron que los objetos podrían ser usados como esculturas de reflexión o para juego sexual. La naturaleza de lo artístico significaba que podían salirse con la suya en un esfuerzo meramente comercial que no pueden.

"Queremos romper los tabúes", dijo Mauri, de 35 años, y quien trabaja temas de sexualidad en la fotografía. "Y actualmente en el mundo entero esto es una cosa normal", dijo.

La expansión de Internet en los últimos años, sin duda, y la afluencia de series y películas extranjeras en Cuba, así como una mayor libertad de viajar para los cubanos ya ha avanzado de alguna manera, rompiendo tabúes sobre juguetes sexuales y despertando interés.

"Hemos visto la demanda en casi el doble en dos años desde que comenzó", dijo Ernesto, de 25 años, quien dirige la tienda virtual "Juguetes para adultos" y declinó revelar su apellido.

Cubanos como él venden cada vez más juguetes sexuales importados abiertamente en mercados en internet, a través de redes sociales o de referencias de boca a boca.

De los aproximadamente 500 objetos fálicos que se crearon, casi todos han sido vendidos o regalados a amigos y críticos de arte, destacando el éxito de una línea que es más barata que los juguetes importados.

"Compramos cuatro (como esculturas) por la curiosidad que despiertan", dijo Wilfredo Santos de 31 años.

Pero establecer una línea comercial de juguetes sexuales y no una exposición artística, necesitaría para el Estado dejar en claro que esto no sería considerado obsceno bajo la Ley, según el abogado cubano Aldo Álvarez.

El tema vuelve a encender las llamadas para que el Estado pueda autorizar oficialmente las ventas de estos productos.

"Al final del día, no estamos dañando a nadie". Por el contrario, estamos dando beneficios a la gente", dijo Ernesto.

Reporte de Sarah Marsh. Escrito por Nelson Acosta, Editado por Juana Casas REUTERS NAB JIC/.

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