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Lisdybi García Aguilar, una migrante cubana, estuvo recluida durante tres semanas en la estación Siglo XXI, en el estado mexicano de Chiapas. Como el resto de indocumentados, la joven de 26 años tuvo que padecer de hacinamiento severo, escasez de agua y alimentos, y atención médica limitada. Su única diferencia, es haber tenido -en aquel entonces- 4 meses de embarazo.
La isleña fue detenido el 5 de abril por autoridades mexicanas cuando estaba camino a una oficina del Instituto Nacional de Migración (INM) en Tapachula, para buscar una visa que le pedían en la frontera con Estados Unidos.
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Sin embargo, Lisdybi fue sacada del taxi e interrogada por los policías, quienes les revisaron sus papales. Inmediatamente, fue trasladada al centro migratorio, donde le confiscaron su teléfono y otras pertenencias.
"Me dijeron que era para 'regularizar' mi estado, que todo estaría bien y que esto no era una prisión, era un área de alojamiento", relató a Reuters."Era una prisión; una prisión en todos los sentidos del término".
La cubana había alertado a los trabajadores del recinto que su embarazo era de alto riesgo, producto de una “endometriosis”. Incluso, llegó a ser ignorada durante un episodio de desmayos y dolores abdominales agudos. Cuando, finalmente, fue llevada a la clínica -según Lisdybi- la enferma le dio a tomar una píldora sin explicar lo que contenía.
El 13 de abril la joven solicitó asilo en México con un funcionario de la Agencia de Refugiados de las Naciones Unidas, ACNUR.
Las condiciones dentro de la estación migratoria Siglo XXI, han sido materia de constantes denuncias. El centro está equipado para albergar a los indocumentados mientras esperan sus visas de tránsito o la regularización de su situación legal. Este proceso debe durar un máximo de 15 días. No obstante, en la actualidad los extranjeros pueden estar recluidos casi un mes.
Grupos de derechos de los migrantes han asegurado que la edificación está sobresaturado, reteniendo al doble de su capacidad normal (970 personas). Testigos aseguran que los extranjeros duermen en colchones delgados, sobre el piso en los pasillos o en baños, debido a la falta de espacio.
La cubana Yildiz Gómez, de 22 años, intentó suicidarse al tragar un frasco de píldoras que se usan para tratar infecciones de oído después de ser devuelta a la instalación. El pasado 8 de mayo, después de 47 días de detención la joven renunció a una solución legal. Junto con una docenas de otros reclusos se dió a la fuga en el territorio mexicano.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien hizo de la reducción de migrantes ilegal una de sus principales promesas durante la campaña electoral en 2016, amenazó recientemente con aranceles a todos los productos mexicanos si el país latinoamericano no hacía más por frenar el paso de los centroamericanos.
En respuesta, México ha incrementado las detenciones. Durante los primeros cinco meses de este año, se triplicó la cantidad de migrantes arrestadis, alcanzando los 23,679 en mayo.
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