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Hasta farmacias lejanas y fuera de la ciudad tuvo que ir Isabel a buscar antibióticos para tratar el reforzamiento en los pulmones que le fue diagnosticado. Le orientaron tomar azitromicina y la expresión del médico fue “no hay en estos momentos, pero ve a ver si alguien le resuelve, si no regrese para ver qué le mando a tomar”.
En la farmacia de El Cristo encontró el fármaco y una expresión de la muchacha que le despachó “quedan pocas cajas de azitromicina y la mayoría se le han vendido a la gente de la ciudad de Santiago de Cuba. Sé que no hay allá porque están viniendo a buscar aquí, pero queda poca”.
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Preocupada, Isabel decidió hacer lo no recomendable: buscar recetas, y acaparar. Al día siguiente, ni en El Cristo había el necesitado fármaco, tampoco en ninguna otra farmacia de los poblados ni de la ciudad.
Es habitual, y así aseguran los médicos, que con el aumento del calor se dispare la incidencia de enfermedades respiratorias en la población, especialmente en grupos vulnerables como ancianos, niños y quienes tengan padecimientos como el asma.
También están ligados a tipos de gérmenes, generalmente virus, que proliferan en las etapas de calor, aproximadamente a partir de los meses de mayo y junio, donde aumentan las temperaturas y la humedad.
“Entre las tantas llamadas que hice, conseguí los teléfonos de las farmacias de Palma Soriano. Sólo llamé a una y me dijeron: 'no hay antibióticos en ninguna'. Así me dijeron, me quedé muertecita y fría, y era verdad, llamé a otras y tampoco había”, opina.
Algo similar le sucedió a Roxana, pero ella sí no consiguió azitromicina. “Tuve que usar amoxicilina, que no era lo ideal para mi padecimiento, me lo explicó el médico, y entonces hacer un seguimiento muy de cerca para ver la evolución. Estoy rezando no volver a tener fiebre, si no me ingresan, pues tendría una complicación”, opina.
Recientemente se informó que el año 2018 cerró con 38 medicamentos en faltas, no obstante, las personas han sentido en lo que va de 2019 que ha aumentado la escasez en las farmacias y otras instituciones cubanas.
Medicamentos como el Amicodex y el Meprobamato han salido del cuadro básico de medicamentos, mientras que otros, como los antihipertensivos y los diuréticos, escasean un tiempo pero vuelven a aparecer, a pesar de ser controlados por tarjetón.
Con los hipoglicemiantes orales pasa igual, también con las jeringas para insulina, las tiras reactivo para los glucómetros y el tratamiento del asma bronquial.
Mientras tanto, se hace habitual acaparar medicinas, comprar en el mercado informal y quien sabe qué otras vías más se usen para afrontar una enfermedad.
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