La Iglesia Católica inauguró esta semana el hogar de ancianos Monseñor Adolfo Rodríguez que acogerá a 95 personas de forma permanente y a 20 otras durante el día, en Camagüey, Cuba.
El centro tiene una superficie de 6 000 m² que cuenta con áreas exteriores como parques y zonas destinadas a la rehabilitación física, informó el periódico oficialista Adelante.
La instalación tiene además tres pisos, elevadores, consultas de enfermería, farmacia, lavandería, peluquería y barbería. Incluye 45 habitaciones para los ancianos y la residencia para las religiosas que se encargarán de atender el local.
La construcción del hogar de ancianos comenzó en mayo de 2006 y ahora abre bajo la supervisión de la congregación de las Camilianas, que hacen oficial su entrada al país después de nueve meses de su llegada a la provincia de Camagüey.
“Nuestra misión aquí es lograr que los ancianos se sientan en su hogar, que se presencie de amor y de misericordia. Fieles a la misión de San Camilo de Lelis de asistir a los enfermos como hace una madre con los enfermos”, dijo en la apertura del lugar la hermana Celia, Superior General de la Hermanas Camilianas.
Giorgio Lingua, embajador del Vaticano en Cuba, hizo llegar a la audiencia un mensaje de afecto y bendición del Papa y señaló que las Camilianas realizarán en el lugar “no solo una obra social sino una obra de amor. Espacios como este deberían ser el pulmón del barrio, porque hacen tanto bien atender y visitar a los ancianos”.
Los fieles de la religión católica en Cuba fueron víctimas del acoso y la persecución durante décadas, por parte del gobierno de Fidel Castro a partir de 1959.
Gran número de católicos se vieron obligados a abandonar el país debido a las tensiones entre la iglesia y el Estado, que solo comenzaron a disminuir luego de la intervención del sumo pontífice Juan Pablo II en la década del noventa.
A inicios de este año, se concluyó la construcción de un templo católico levantado con fondos donados por feligreses estadounidenses en el municipio de Sandino, Pinar del Río.
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