La Habana estrena nuevas paradas de autobuses pero continúan los tumultos

A pesar de que los usuarios agradecen el mejoramiento de estos espacios y que la maltrecha capital sea dotada de una mejor cara, llegar pronto a sus destinos, reduciendo la estadía en las paradas, es el principal objetivo de cualquier pasajero

Nuevas casetas en las paradas de la Habana pero misma imagen de tumultos © CiberCuba
Nuevas casetas en las paradas de la Habana pero misma imagen de tumultos Foto © CiberCuba

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Este artículo es de hace 5 años

Desde finales del 2018 se inició un plan de recuperación y remozamiento de las paradas del transporte urbano en La Habana, con el cual se pretende incorporar nuevas casetas y reparar las existentes en aquellas zonas de mayor afluencia de pasajeros, toda vez que solo la cuarta parte de las paradas capitalinas contaban con ciertas condiciones de confort.

El programa contempla la instalación de garitas alusivas al medio milenio de la capital cubana, muchas de las cuales ya han sido habilitadas por completo y algunas reubicadas en el entramado urbano.


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Paradas de autobuses en La Habana / CiberCuba

Sin embargo, y a pesar de lo positivo del cambio, no se ha logrado que estas nuevas estructuras ofrezcan la imagen deseada: la de una red de transporte adecentada y eficiente.

Todo lo contrario. Los coloridos paneles con motivos coloniales son invisibilizados por el tumulto constante. Los nuevos asientos no alcanzan, y al ser insuficiente el techado para proteger a tanta gente de una insolación, los viajeros se orillan a la vera de la vía en espera de su bus.

Los coloridos paneles con motivos coloniales son invisibilizados por el tumulto constante. Los nuevos asientos no alcanzan, y al ser insuficiente el techado para proteger a tanta gente de una insolación, los viajeros se orillan a la vera de la vía en espera de su bus

Dicho de otro modo, La Habana estrena paradas nuevas, pero su sistema de transporte llama al desengaño.

Personas esperando en una parada de autobuses en La Habana / CiberCuba

En enero llegaron al país 90 ómnibus Yutong, a partir de un crédito millonario concedido por la República Popular China, pero a pesar de la anunciada incorporación de vehículos al transporte urbano, los problemas organizativos y la falta de control, no le permiten sentar cabeza a la transportación de pasajeros en la capital de todos los cubanos. Ello por no hablar de otros agravantes como los recortes en el suministro de combustible que, si bien se han postergado aquí, ya son palpables en las demás ciudades del interior de la isla.

Larga espera en las paradas de autobuses en La Habana / CiberCuba

Los más de 600 ómnibus que ahora mismo brindan su servicio en 125 rutas capitalinas son insuficientes para desplazar el 1.4 millones de pasajeros que se mueven a diario. No en vano, cerca del 30 por ciento de ellos lo hacen en medios no estatales, a pesar de que en los últimos meses esos transportistas particulares han sido objeto de bandazos administrativos que lejos de mejorar la situación han tensado el asunto.

Una huelga silenciosa y el retiro de unas 2 300 licencias no dejan lugar a dudas de las tensiones existentes hoy en el sector, y las paradas capitalinas ilustran las consecuencias: el principal afectado del pulseo entre el gobierno y los cuentapropistas ha sido el pueblo.

Ni siquiera la incorporación de vehículos chinos y rusos (los metrotaxis o gacelas) ha significado una mejoría para cada una de las rutas donde ahora mismo circulan. Muchos están convencidos de que, si bien algunas rutas principales se vieron beneficiadas este año, otras por el contrario se han resentido de manera notable.

Crisis del transporte en Cuba / CiberCuba

“Por ejemplo, el P12 tuvo un alivio, pero ¿qué me dices del P6 y el P9? Esto no hay quien lo arregle”, sentencia un señor de avanzada edad residente en La Víbora, quien declara públicamente no poder costearse otro medio de transporte cuando debe viajar a diario.

Tampoco Yuniel puede darse el lujo de pagar 10 dólares para moverse en La Habana, pero hoy debió hacerlo para llegar a tiempo con su madre a una consulta en el Hospital Calixto García. “Si tú vieras cómo estaba la Calzada de 10 de Octubre te da por ponerte a gritar. Pero imagínate tú ¿qué iba a hacer? tenía que estar aquí”, argumenta él.

Otros aseguran que en determinados momentos del día las esperas son de hasta 30 o 40 minutos, mientras que los fines de semana la situación se complejiza mucho más. “Y entonces después vienen hasta tres guaguas juntas, o pasan de largo sin parar, o te paran como tres cuadras antes de la parada, esto es desesperante”, explica el joven.

José Conesa González, director general de Transporte en La Habana, dio a conocer el 22 de febrero pasado a Juventud Rebelde, que su organismo, de conjunto con la empresa de diseño Gom Publicidad, ejecutarían el montaje de paradas alusivas al 500 aniversario de la capital en toda la calle 23 hasta la intersección de 41 y 42 en Playa.

Varias de esas casetas se han instalado, incluyendo la donada por la empresa China Yutong, que ya ha sido emplazada en las inmediaciones de la terminal de Ómnibus Nacionales.

A pesar de que los usuarios agradecen el mejoramiento de estos espacios y que sea dotada la maltrecha capital de una mejor cara, llegar pronto a sus destinos, reduciendo la estadía en las paradas, es el principal objetivo de cualquier pasajero, pero una meta todavía inalcanzable para el transporte habanero.

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