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El senado de Alabama aprobó el martes una legislación que prohíbe las interrupciones del embarazo con la única excepción de si peligra la vida de la madre, a la vez que sanciona a los médicos que la practiquen con hasta casi 100 años de cárcel.
Según el diario español El País la nueva ley, que ahora debe ser firmada por la gobernadora, es la más severa de Estados Unidos, pues prohíbe el aborto en casos de violación e incesto.
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Tras varias horas de debate el texto salió adelante con los votos favorables de los 25 legisladores republicanos, mientras que los seis demócratas votaron en contra.
Su objetivo es llegar al Tribunal Supremo y que se modifique la decisión tomada en 1973 en el famoso caso Roe versus Wade, que reconoció el derecho de las mujeres al aborto.
Las fuerzas conservadoras del país están aprovechando la nueva composición del Tribunal Supremo, donde los jueces progresistas están minoría tras la incorporación de dos magistrados elegidos por el presidente Donald Trump.
Dieciséis estados han aprobado o analizan la firma de leyes que prohíben el aborto una vez puedan detectarse por profesional los latidos del corazón del feto.
La noticia, como era de esperar ha generado un intenso debate y no pocas críticas tanto en los foros virtuales como por parte de medios de comunicación y actores políticos, que rechazan una ley que califican de arcaica y contra los derechos de las mujeres a decidir si continúan o no con un embarazo.
También frente al senado donde se votaba la ley se congregaron decenas de personas para reclamar por el derecho al aborto y manifestar su rechazo a la polémica ley.
En este sentido el líder de la minoría en el Senado de Alabama, Booby Singleton, pidió disculpas a las mujeres y se refirió a lo que sería un embarazo para mujeres víctimas de violaciones o incesto.
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