Vídeos relacionados:
Un tornado de fútbol le vino encima a los catalanes este martes en suelo inglés. Nada frenó al Liverpool. Tampoco nadie opuso resistencia.
El Barcelona volvió a ser la sombra de su sombra lejos del Camp Nou y perdió una eliminatoria que medio mundo daba como sentenciada.
Lo más leído hoy:
Ni los medios ingleses pagaban una libra esterlina por la remontada. El público repletó Anfield, pero cada una de las miles de almas que colmaron ese templo del fútbol sabía que la faena tenía ribetes utópicos y que revertir el 0-3 de España era casi un imposible.
Pero, a veces, los sueños se hacen realidad y más cuando se juega ante un Barcelona que luce diferente lejos de su casa. Pierde ritmo, fuerza, grandeza. El equipo culé cambia su rostro y muestra una imagen débil, borrosa, triste.
Cuando todo parecía listo para que el equipo de Ernesto Valverde cumpliera su promesa de inicio de temporada, los naipes cayeron y las promesas quedaron en meros objetivos incumplidos.
Sin dos de sus estrellas, Mohamed Salah y Roberto Firmino, los ingleses remontaron la eliminatoria con dobletes del belga Divock Origi (7 y 79) y del holandés Georginio Wijnaldum (54 y 56). Así, el Liverpool se clasificó a la final de la Liga de Campeones, tras ridiculizar 4-0 al Barcelona en Anfield.
Los jugadores del Liverpool y su técnico mantuvieron la cabeza erguida y entendieron que no todo estaba perdido. Una mentalidad que este 7 de mayo le brindó grandes resultados. Un resultado que puso al conjunto inglés en Madrid, en el Wanda Metropolitano, el próximo 1 de junio.
La Champions sigue siendo la asignatura pendiente de una franquicia que domina en su país, pero que cede en los grandes momentos a nivel de Europa. Una raya más para un Barcelona que deberá esperar otro año para saldar cuentas con la Champions, su enemigo más grande, su peor pesadilla.
Archivado en: