En la noche del sábado 58 cubanos fueron deportados por agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) desde la ciudad de Tapachula, estado mexicano de Chiapas, hacia La Habana.
De acuerdo con una nota publicada por el INM en su cuenta oficial de Twitter, los cubanos tenían una “condición de estancia irregular” en el país latinoamericano.
Las autoridades mexicanas han indicado que el traslado se realizó por “vía aérea”, cumpliendo con ”las normas y procedimientos migratorios vigentes” y en coordinación con el Gobierno de la Isla.
Por el momento, el INM no ha brindado más detalles sobre quiénes son los cubanos expatriados o si estaban vinculados con las revueltas llevadas a cabo en la Estación Migratoria Siglo XXI de Tapachula, que ya ha provocado la deportación de más de un centenar de ciudadanos procedentes de la Isla.
Hasta la fecha, el Gobierno Federal de México ha repatriado a más de 500 cubanos. El pasado jueves representantes de ambas naciones se dieron cita en La Habana para discutir la presente crisis migratoria.
Según informó el embajador de México en Cuba, Miguel Díaz Reynoso, por ahora está previsto que continúen los retornos de indocumentados cubanos, pero siempre bajo lo pactado en el Memorando de Entendimiento y sobre todo, “con respeto a los derechos humanos”.
Cuba y México firmaron un acuerdo en 2008 y un memorando en 2015 con el fin de garantizar un flujo migratorio “legal, ordenado y seguro entre ambos países”, así como “combatir y prevenir la trata de personas y otros delitos asociados a la migración”.
La presencia de inmigrantes cubanos en territorio mexicano en tránsito hacia Estados Unidos se ha disparado en los últimos meses. Se calculan entre 6,000 y 8,000 isleaños que permanecen en ciudades fronterizas a la espera de poder cruzar hacia el territorio norteamericano. Más de 10,000 han logrado presentar su solicitud de asilo ante las autoridades de la Aduana y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) desde julio del 2018.
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