Emprendedores cubanos con cuentas bancarias fiscales en dos monedas pierden decenas de CUC al trasferir dinero entre ellas

Quienes poseen una cuenta en CUC en la cual reciben dinero por el ejercicio de la actividad, deben informarla también al fisco y transferir dicho monto a la principal creada en CUP, rigiéndose por la tasa de cambio con que la CADECA compra la divisa a la población o sea: 24 CUP por cada CUC

Cafetería privada en la Calzada del Cerro © CiberCuba
Cafetería privada en la Calzada del Cerro Foto © CiberCuba

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Este artículo es de hace 5 años

Los cuentapropistas obligados a operar sus negocios mediante cuentas bancarias fiscales en las dos monedas oficiales cubanas, pierden decenas de pesos convertibles (CUC) al transferir dinero de una a otra, debido a diferencias entre las tasas de cambio que exigen la Administración Tributaria y el banco.

La legislación tributaria –Resolución No.904 de 2018 del Ministerio de Finanzas y Precios (MFP) – dispone que: la declaración de los ingresos y el pago de los impuestos se hace en pesos cubanos CUP y la cuenta principal del negocio es en esa moneda.


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Igualmente estipula que quienes poseen una cuenta en CUC en la cual reciben dinero por el ejercicio de la actividad, deben informarla también al fisco y transferir dicho monto a la principal creada en CUP, rigiéndose por la tasa de cambio con que la CADECA compra la divisa a la población o sea: 24 CUP por cada CUC.

Sin embargo, en las transferencias el banco utiliza esa tasa de cambio cuando el dinero sale de la cuenta en CUC para la de CUP, pero –y aquí es donde pierden los cuentapropistas– si necesitan convertir esos ingresos en divisas nuevamente, entonces cada CUC les cuesta 25 CUP: pierden un peso cubano por cada convertible.

Dicho así no parece mucho, pero si soy arrendador en divisas y tengo en mi depósito 1.000 CUC que varios clientes colocaron allí en el mes; al transferirlos a la cuenta fiscal en pesos cubanos se convierten en 24.000 CUP, pero si debo retornarlos a la cuenta en divisas porque necesito pagar servicios en esa moneda, entonces solo regresan 960 CUC, en ese cambio pierdo 40 CUC.

Si se trata de un restaurante que tiene en su cuenta en CUC 3.000, que al transferirlos se convierten 72.000 CUP, cuando vuelven a la cuenta inicial se reducen a 2.880 CUC, lo que representa 120 pesos convertibles menos.

Pero esta no es la única pérdida que sufren los cuentapropistas de los seis oficios obligadas a manejar sus negocios mediante cuentas fiscales, cuya incómoda operatoria se normó sin tener en cuenta las molestias y obstáculos asociados al cumplimiento de esta responsabilidad tributaria. Las actividades en cuestión son: cafeterías, restaurantes, bares, arrendadores de viviendas y habitaciones, transportistas y servicios de construcción, reparación y mantenimiento de inmuebles.

Estos emprendedores dejan de obtener ingresos, además, cuando no abren el negocio porque van a las sucursales bancarias a pagar los impuestos –que deben aportar mediante la cuenta fiscal– o a depositar en ella el porcentaje establecido por ley, que muchas veces debe ser extraído en el mismo momento en que es colocado, para poder operar el negocio.

A esto se suma que si el banco está distante deben incurrir en gastos de transporte, sin contar que pueden tener que enfrentar largas colas o regresar a la sucursal en varias ocasiones por errores o equivocaciones, entre otras dificultades.

Ante estas realidades la cuenta fiscal para muchos cuentapropistas, en lugar de una herramienta que le ayuda a “transparentar las operaciones económicas de su actividad”, según afirman los funcionarios del MFP, no pasa de ser otro molesto y complicado trámite burocrático que solo sirve para que el fisco los controle más y para hacerlos perder dinero constantemente.

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