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Washington, 10 abr (EFE).- El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, inicia este jueves una gira por Latinoamérica con el doble objetivo de aumentar la presión sobre el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y reforzar su alianza con otros países para hacer frente a los Gobiernos de Cuba y Nicaragua.
El viaje del jefe de la diplomacia estadounidense se produce en un momento de gran importancia para la crisis venezolana, puesto que el líder opositor Juan Guaidó sigue reclamando la Presidencia, aunque Maduro continúa reteniendo el poder y el apoyo clave de las Fuerzas Armadas.
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En declaraciones a la prensa, un alto funcionario del Departamento de Estado consideró que Latinoamérica vive un "momento crítico" con respecto a Venezuela, Nicaragua y Cuba, tres países en donde EE.UU. quiere promover "la vuelta a la democracia" y a los que ha bautizado como la "troika de la tiranía".
En su gira, que concluye el próximo lunes, Pompeo tiene previsto visitar Chile, Paraguay, Perú y la ciudad colombiana de Cúcuta, fronteriza con Venezuela y donde EE.UU. mantiene almacenes con alimentos y suministros médicos para los refugiados y migrantes venezolanos.
En Cúcuta, el titular de Exteriores visitará esos almacenes y se reunirá con algunas de las organizaciones que ayudan a los venezolanos que huyen de su país, explicó el citado funcionario.
Esa fuente no descartó que Pompeo aproveche su "breve parada" en Cúcuta, prevista para el próximo domingo, para reunirse con alguno de los representantes de Guaidó, quien se declaró presidente interino de Venezuela en enero y ha logrado el apoyo de 54 naciones, entre ellas Estados Unidos.
No obstante, ese funcionario explicó que el objetivo "principal" de la visita a Cúcuta es "llamar la atención sobre lo que está ocurriendo" en esa localidad, uno de los principales puntos de salida de los refugiados y migrantes venezolanos.
Según datos publicados en febrero pasado por la ONU, actualmente hay 3,4 millones de venezolanos refugiados y migrantes en el mundo, de los que 2,7 millones se encuentran en Latinoamérica.
La agenda oficial de Pompeo comenzará el viernes 12 con una reunión con el presidente de Chile, Sebastián Piñera, y el canciller Roberto Ampuero, con los que conversará sobre iniciativas para reforzar la "fuerte relación económica bilateral" y para mejorar la cooperación en temas de ciencia y tecnología.
Esa visita a Santiago de Chile se producirá solo tres días antes de que, en esa misma ciudad, se celebre una reunión de cancilleres del Grupo de Lima para abordar la crisis venezolana.
Después de Chile, Pompeo viajará a Paraguay, en la que será la primera visita de un secretario de Estado de EE.UU. a ese país en 53 años, desde que en 1965 lo visitara Dean Rusk, titular de Exteriores bajo la presidencia de Lyndon Johnson, durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1959).
En Paraguay, Pompeo abordará con el presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez, y su homólogo de ese país, Luis Castiglioni, el combate a la corrupción y las relaciones con Taiwán, que tiene en Paraguay a su único aliado en Suramérica y que es un socio estratégico de Washington.
Además, en esa cita se profundizará sobre la cooperación de EE.UU. en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico en la Triple Frontera, que comparten Argentina, Paraguay y Brasil.
El tema de Venezuela también estará sobre la mesa debido a que Paraguay decidió romper relaciones diplomáticas con Venezuela y cerrar su embajada en esa nación poco después de que Maduro volviera a ser investido presidente el 10 de enero, fruto de unas elecciones cuestionadas por la comunidad internacional.
Ese mismo día, Pompeo hablará también sobre Venezuela con el presidente del Perú, Martín Vizcarra, y el ministro de Relaciones Exteriores peruano, Néstor Popolizio.
En concreto, los tres líderes conversarán sobre el apoyo del Perú a los refugiados venezolanos, su liderazgo en el Grupo de Lima y otros asuntos bilaterales, como la lucha contra el narcotráfico, la minería ilegal y el tráfico de personas.
Pompeo finalizará su viaje a Perú con una cena con los líderes empresariales de EE.UU. en ese país.
El Gobierno de Donald Trump fue el primero en reconocer a Guaidó como presidente interino de Venezuela el pasado 23 de enero y, desde entonces, ha tomado varias medidas para presionar a Maduro, incluidas sanciones a la empresa Petróleos de Venezuela (Pdvsa), principal fuente de divisas para Caracas.
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