Inmóvil, majestuoso y con trazos que se agigantan. Así puede verse la escultura del Cristo de La Habana en las imágenes que ha compartido la página de Facebook Naturaleza Secreta.
En las instantáneas se puede ver esta obra, que fue firmada por Jilma Madera y que desde 1958 se alza en el pueblo de Casablanca, desde diferentes ángulos y alturas.
La emblemática escultura, que fue situada en la bahía de La Habana dos semanas antes de la llegada al poder de Fidel Castro, fue declarada Monumento Nacional en 2017 por sus "excepcionales valores artísticos".
Este reconocimiento también representó un "hito del paisaje de la bahía" habanera. El Consejo Nacional de Patrimonio Cultural también valoró la calidad del proceso de restauración concluido a principios de 2013 tras más de un año de trabajos.
El monumento mide veinte metros y para su creación se emplearon más de 300 toneladas de mármol de Carrara.
La imagen, compuesta por 67 piezas, representa a Jesús de Nazaret en pie, con una mano en alto en gesto de bendecir y la otra sobre el pecho; se emplazó en la colina de "La Cabaña", en el poblado de Casablanca, el 24 de diciembre de 1958, quince días antes de la llegada al poder de Fidel Castro al triunfo de la revolución cubana.
La estatua sufrió daños por descargas eléctricas en varias ocasiones entre las décadas de los sesenta y ochenta, lo que obligó a instalar un pararrayos para protegerla.
En la actualidad a sus pies se encuentra un parque desde el cual se aprecia una amplia vista de la bahía y la ciudad.
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