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Mientras cientos de familias villaclareñas se quejan por la pésima calidad del arroz asignado en buena parte de las bodegas de la provincia, el panorama no puede ser más crítico en los mercados de venta liberada. No se ha logrado la permanencia del alimento, pues horas después de abastecer las unidades comerciales el grano desaparece, dejándole su lugar al descontento.
Si bien los directivos del comercio en Villa Clara aducen que en el primer trimestre de 2019 se ha vendido más arroz que en igual período del año precedente, ese argumento viene a ser cuando menos desconcertante, para quienes ahora mismo claman por uno de los grandes ausentes del momento.
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“¡Que fatal soy yo, chico! Tal parece que estamos jugando a los escondidos. Nunca coincide con que yo venga y haya arroz”, vocifera molesta una mujer que da un manotazo sobre el mostrador del mercado La Victoria, popularmente conocido como La Ferrolana, en la ciudad de Santa Clara.
El dependiente, flemático, trata de calmarla: “Qué más quisiera yo, mi vida, tú no sabes cuánta gente ha pasado hoy por aquí. Ven mañana a ver si sacan. Tienes que cazarle la pelea porque el que está entrando se vende al momentico”, asegura el joven, que no solo le habla a ella, sino a todos los demás clientes que se amontonan alrededor suyo, en el establecimiento recientemente reparado.
“Hoy fui a los seis mercados y me dijeron que mañana debe entrar, pero ya tú sabes cómo es eso, de sálvese quien pueda”, asegura un abuelo de aspecto cansado, que hace suya una de las explicaciones más repetidas por estos días entre los villaclareños: “están cogiendo el arroz para engordar los puercos y es por eso que no alcanza”.
Si bien nadie ha confirmado que esta sea una de las razones del real desabastecimiento, solo algo así daría sentido a las declaraciones de quienes suministran el producto. En febrero pasado, cuando comenzó la escasez de arroz, algunos funcionarios negaron categóricamente que se tratara de problemas de suministros.
Antonio Benítez, director de la empresa mayorista de alimentos en Villa Clara explicó que se disponía de un aseguramiento de arroz para el primer trimestre, tanto para el consumo social como para la venta liberada. Según él “no se trata de una situación de desabastecimiento sino de sobrecumplimiento de las ventas”.
“En el mes de enero de 2018, dejamos de vender más de 220 toneladas de arroz, y en este año, a pesar del incremento del plan, se vendieron 105 toneladas por encima de lo planificado. Eso significa que hay más demanda que oferta. Pero no podemos sobre-ejecutar los planes, porque el plan es uno solo. Y si vendemos más en enero, febrero y marzo, ¿qué nos va a quedar para los meses restantes?”, argumentó el directivo ante los micrófonos de la emisora santaclareña CMHW.
Similar a lo sucedido en las navidades de 2018, cuando la directora de Comercio en Villa Clara, negó la escasez de alimentos, pero a la vez defendió una regulación de las ventas “para que no faltaran los productos”, el director de la empresa mayorista solicitó cordura por parte de dependientes y consumidores.
“Quisiera decirle al pueblo villaclareño que no se desespere, que mercancía hay, y productos liberados hay, lo que insisto en que no puede haber acaparamiento, para que el pueblo pueda satisfacer sus necesidades principales”.
No obstante, resulta difícil mantener la calma en momentos de tensión alimentaria. A pesar de las repetidas denuncias, y la declarada escasez de alimento animal que ahora mismo se aprecia en el país, quizás los cerdos no sean quienes se están comiendo el arroz que a los villaclareños les falta.
Es lógico un sobreconsumo de ese grano en momentos de carestía generalizada. Ante la consabida escasez de carne de cerdo, pollo, huevos, aceite, viandas, harina de trigo, maíz y chícharos, es natural que los cubanos prioricen al arroz, alimento principal de la mesa familiar.
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