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El Gobierno cubano estima que antes de 2050 el mar podría tragarse los poblados espirituanos de Tunas de Zaza y Médano (2.350 habitantes y 840 casas).
Éste es supuestamente el motivo por el que un informe de la Delegación Provincial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) en Sancti Spíritus destaca como prioritario buscar alternativas para "reubicar" a todos los habitantes de los dos poblados, ubicados en la costa sur de la Isla. Sin embargo, más del 70% de la población no quiere mudarse.
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Desde el Gobierno aseguran que el mar se está metiendo por debajo de las casas, está dañando los cimientos y en algún momento se caerán. "Todo va a desaparecer”, dice Madelén de Armas, jefa de Ordenamiento Territorial en la Dirección Provincial de Planificación Física.
Los vecinos viven rodeados por una parte por el mar y por la otra, por las lagunetas del río Zaza. Jorge Rodríguez, un pescador de la zona, asegura al diario local Escambray que "la playa se acabó. El mar ha caminado bastante. El agua ha venido avanzando. Ya se me mete en la casa. La gente tira escombros en el rompeolas para tratar de mantener el espacio, pero entra en dependencia de la marea, de la luna. Tenía un ranchón ahí y se lo llevó el ciclón. Esto está malo, va para atrás".
Armando Ruiz, otro vecino de Tunas de Zaza, tiene 40 años y reconoce que el mar se ha tragado el lugar donde, de niño, jugaba a la pelota o había gallinas. "Esto se ha puesto feo, la transformación es grande", dice.
Él está a favor de que el Gobierno reubique el pueblo de Tunas de Zaza en otra parte. “Hay que irse obligado, con un sur y el oleaje ya no puedo estar en mi cuarto. La marejada es cada día más fuerte y se come al ladrillo. Tuvimos que sacar el baño porque entró el mar. Algún día habrá que irse. Esto no aguanta más”.
Nilsa Pérez, vecina de Médano, dice que le teme más a las olas del mar que a las crecidas del Zaza. “La presa no tiene corriente, no hace fuerza, subes las cosas y no hay problema, pero las olas son misiles. Cuando dicen voy, la marejada se lo lleva todo. Y no tengo cemento para hacer un muro”.
A Nilsa el último ciclón le arrancó de cuajo la cocina y en la cochiquera los puercos casi flotan. “Dicen que se van a llevar el pueblo, pero mientras nos morimos aquí. Quiero arreglar mi casa, en la Vivienda me están haciendo los papeles para reconstruirla”.
El Gobierno no da permisos para reconstruir. Ella lo sabe, pero insiste en que no se quiere marchar. "Yo no me voy, ni mi marido ni mi hijo saben hacer más nada. La mayoría dice que no se va. A la larga quizás nos tengamos que ir, pero más adelante. Aquí vivo tranquila y feliz”.
El pescador William Pérez es de los que no quiere marcharse. Él cree que no habría que cambiar el pueblo de lugar sino dar cemento a los vecinos para que construyan muros a lo largo de la costa. Según explica al diario oficialista, el Malecón de La Habana también se inunda y no por eso van a mudar a todos los vecinos de la zona.
Gelacio Márquez y su esposa también son contrarios a mudarse."Yo no me voy. Cuando vayan a mover el pueblo yo ya me morí", dice.
El presidente del Consejo Popular, Aguenier Baños, está al tanto de la oposición de los vecinos a marcharse pero insiste: "Tendrán que hacerlo".
En los últimos cinco años, los vecinos de Tunas de Zaza y Médano han sido evacuados en diez ocasiones que, según el Gobierno, le ha costado 175.000 pesos cada una.
En principio se barajan dos opciones para reubicar en 2030 a los vecinos en el Guasimal y en Sancti Spíritus. No dan opción a quedarse. Hacer un muro no se contempla como una solución. "Tendrían que hacer una muralla como la china y rodear todo el pueblo porque por atrás también le entra el agua", explica Leonel Díaz Camero, delegado del Citma (Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente) en la provincia.
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