El apagón masivo en Venezuela ha recrudecido la crisis sanitaria que ya padecía ese país, y ha dejado en las últimas horas el dramático testimonio de varios fallecimientos ocurridos como consecuencia de la falta de suministro eléctrico.
La organización no gubernamental Médicos por la Salud ha denunciado que la falta de corriente ha provocado la muerte de al menos 17 personas en hospitales públicos de Caracas y de otras poblaciones del país.
"Lo primero que debemos entender es que esta crisis sucede cuando los hospitales venían con una capacidad operativa disminuida. No es lo mismo una crisis con hospitales que funcionan correctamente", dijo Julio Castro, médico de la ONG, durante una rueda de prensa ofrecida junto al líder de la oposición, Juan Guaidó.
En Venezuela, donde los hospitales ya estaban en crisis por la falta de insumos y fallas en los equipos, en los últimos días han tenido que depender de plantas eléctricas propias para el funcionamiento de áreas como terapia y emergencia.
Médicos consultados por la agencia Reuters indicaron que algunas plantas eléctricas no han funcionado y otras tuvieron fallas técnicas o carecieron de combustible.
La madre de una niña de 8 años que se atiende por hidrocefalia en un hospital de Caracas ha indicado que, desde el inicio del apagón, su hija recibe el tratamiento de forma parcial porque el centro, que ahora depende de una planta eléctrica propia, opera a medias y la prioridad es la terapia intensiva.
A ello se suma la falta de agua en los hospitales y una alimentación escasa. Mientras tanto, el ministro de Salud, Carlos Alvarado, ha indicado en la televisión estatal que el gobierno ha garantizado el combustible y el agua en los hospitales.
"El plan de contingencia ha funcionado, si ha surgido alguna falla ha sido corregida y los pacientes que lo han requerido han sido trasladados", dijo Alvarado.
A un hospital de Caracas, que atiende principalmente niños, se acercó ayer domingo un grupo de médicos de la citada ONG para obtener más detalles sobre la situación del centro, pero algunos policías les impidieron el paso.
Reuters indica que varias madres desde el interior del hospital gritaban que no tenían comida y le pedían a las autoridades que dejaran entrar a los profesionales de Médicos por la Salud, aunque no consiguieron que los dejaran pasar.
La directora del hospital, Natalia Martinho, declaró varias horas después en la televisión estatal que los niños estaban estables, y que “ha sido un logro la forma de respuesta a esta contingencia (...) hemos dado alimentación a los niños y las madres".
Un caso dramático ha sido el de una madre que ha llevado cargada en brazos a la morgue a su hija de 19 años -y apenas 40 kilogramos de peso- que falleció tras no poder ser recibida en ningún centro de urgencias.
Otro caso es el de una joven de 25 años que murió al dejar de funcionar el aparato de respiración que la mantenía con vida en el Hospital Universitario de Caracas.
El pasado sábado se conoció también que tres bebés habían muerto en un hospital de Caracas, y a raíz de ese suceso el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, dijo en su cuenta de Twitter que el régimen de Maduro "asesinaba por acción y omisión".
En la entrada a la morgue de Bello Monte -una urbanización en la afueras de Caracas- un fuerte olor a descomposición impregna el ambiente mientras varias familias esperan para recuperar los restos de sus seres queridos.
Con los apagones, muchos temen que puedan comenzar a generarse epidemias y desde la propia morgue advierten de que ya no podrán recibir más cadáveres.
La grave situación que está viviendo Venezuela en los últimos días se debe a la avería de la principal planta hidroeléctrica del país, en Guri (estado de Bolívar), que suministra el 75% de la electricidad del país.
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