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Agricultores de la base campesina Benito Oliveros de la localidad de Nibujón, en Baracoa, Guantánamo, tienen bloqueada sus cuentas bancarias desde el año 2018 por la Empresa Agroforestal y Coco del territorio, según informa a CiberCuba un allegado de los afectados.
La decisión ha provocado "malestar y miseria" en la zona porque "muchos campesinos entregaron su producción al Estado sin recibir nada a cambio. No pudieron cobrar porque les bloquearon las cuentas", añade a este portal.
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La base Benito Oliveros depende de la Empresa Agroforestal de Baracoa y suministra cocos y viandas al Estado. La entidad del Gobierno vendió machetes y limas a los campesinos y estos pagaron por esos insumos, entre todos, un total de 4.000 pesos, a un funcionario del Estado llamado Paco, a quien las autoridades locales nombraron a dedo como presidente de la base.
"No lo eligieron los campesinos. Paco es parte del sistema. A él lo puso el Estado".
El problema es que Paco desapareció con el dinero y el Estado, en lugar de buscarlo, ha bloqueado las cuentas de todos los campesinos de la base Benito Oliveros.
"La versión oficial dice que Paco cobró los insumos a los campesinos y se quedó con el dinero. En represalia, la empresa estatal tiene las cuentas bloqueadas. Está toda la base afectada", añade el allegado a los campesinos que se ha puesto en contacto con CiberCuba.
Desde el año pasado las víctimas de la estafa no han podido cobrar lo entregado en 2018, según este denunciante que prefiere mantenerse en el anonimaro. "Están pagando justos por pecadores", lamenta esta persona.
En 2017 el diario Granma publicó que la Empresa Agroforestal de Baracoa tenía comprometido con los campesinos de San Luis, Jamal, Guandao, Güirito, Mabujabo, Yara, Majayara, Santa María y Nibujón la siembra de 4.279 hectáreas de coco para este año 2019.
Hay que recordar que en el año 2016, el huracán Mattew destrozó los cocoteros baracoenses. Más del 90% de las plantaciones fueron derribadas por el viento. Con la congelación de sus cuentas, los campesinos de Nibujón encadenan tres años de contratiempos.
Tras el paso del Mattew, hubo que empezar prácticamente de cero. El Estado concedió créditos a los agricultores que estos debían recibir en el plazo de 5 años y amortizar en 10, más un año de gracia.
De momento, no han llegado a un acuerdo para solucionar el pago de la deuda en Nibujón. Las cuentas de los campesinos siguen bloqueadas.
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