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Antes de terminar el 2018, el Palacio de Computación Provincial de Santiago de Cuba abrió sus puertas con una noticia autocomplaciente que enorgullece a los dirigentes pero que molesta a algunas personas.
Luego de trabajos de remodelación, las aulas del primer piso, las mismas que antes acogían a los usuarios que empleaban los laboratorios, fueron convertidas en unas salas temáticas con el nada sutil título de “Desde Birán a los frentes guerrilleros”.
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“Claro que me molesta, ahora habilitaron arriba varios locales pero son muchos menos y menos máquinas que las que habían antes, y todo por crear una pila de salas dedicadas a Fidel y a la historia. Estoy segura que si viviera Fidel no hubiese permitido eso, convertir las aulas en museo. Y estoy molesta porque mi hijo no tiene computadora en la casa y en el palacio lo mismo hace sus trabajos que va a jugar, y para hablarte claro, es una manera de que esté fuera de la calle, haciendo cosas malas, y me dice que ahora mismo está más difícil jugar, es más apretado, hay menos computadoras”, opina una madre enfurecida.
Las nuevas salas temáticas en cuestión están dedicadas al Primer, Segundo y Tercer frentes guerrilleros y pretenden relatar la historia de la última etapa de lucha insurreccional con un atractivo diseño expositivo que combina infografías, mapas, videos y fotografías. Además, se apoya en dispositivos electrónicos como las tablets, computadoras y televisores.
La primera se enfoca en Birán, lugar donde vivió la familia Castro, y muestra momentos en la vida de esta familia Castro; otra destaca el I Frente Oriental, con imágenes que se dicen son bastante desconocidas, y también mapas de la comandancia creada en La Plata.
Una tercera rememora la historia del II Frente Oriental Frank País, con una vasta información sobre sus momentos fundacionales y las principales acciones combativas. Anexa, y supuestamente muy atractiva para el público, como comenta una guía del lugar, está un pequeño local que relata el surgimiento del amor entre Raúl Castro y la heroína santiaguera Vilma Espín Guillois.
Una quinta sala resalta el legado artístico de Juan Almeida, con la posibilidad de escuchar la música de este hombre, catalogado como prolífero compositor, también se recogen detalles del III Frente Mario Muñoz Monroy.
“Dentro de poco la ciudad completa la convierten en un museo dedicado a la Revolución. Santiago de Cuba no necesita más museos, ni más sitiales de honor donde se rinda tributo a la historia, necesita casas, comida, no tanta historia”, así opina otro santiaguero.
Esta iniciativa de los Joven Club de Computación, en el palacio Provincial, se asegura que no es exactamente un museo, más bien una manera de relacionar las tecnologías de la informática y comunicaciones con la historia, una forma de hacer más atractivo lo que a muchos resulta bien tedioso.
Por estas salas desfilan ahora los alumnos de varias escuelas, “porque algún uso hay que darle, cuando deje de ser novedad a nadie le va a interesar visitar algo que demandó tantos recursos, porque eso sí, está bien hecho, lindo, y posiblemente tiene mejores computadoras que las salas donde las personas se sientan en una PC”, comentó un jubilado.
En el segundo piso se compactan ahora todos los servicios que son habituales en el Palacio: “tiempo de máquina, asesoría, copia de la Mochila, alquiler de locales, así como los diferentes cursos de operador de Micro, Excel, Programación y Electrónica”, comenta un trabajador del lugar, aunque es visible que ahora, todo eso se realiza en menos espacio.
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