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Autoridades del Aeropuerto Internacional de Miami han dado a conocer a medios de prensa que este sábado 12 de enero, a la 1 de la tarde, la Terminal G de ese aeropuerto cerrará hasta el domingo o el lunes.
El propósito es destinar inspectores de la Administración de Seguridad del Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) a otros puestos de control con más tráfico de viajeros, y evitar así la congestión asociada a esas terminales en un fin de semana.
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Los vuelos programados para salir desde la Terminal G se reubicarán en las Terminales F y H.
Desde sus redes sociales advierten a quienes tengan programado un viaje que deben acercarse al aeropuerto como mínimo dos horas antes, en caso de vuelos nacionales, y tres, para los internacionales.
Más de tres semanas después del cierre parcial del Gobierno de Estados Unidos por la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas en lo relativo a la financiación del muro de Trump, ha comenzado a aumentar la cifra de trabajadores federales de la TSA que se niegan a trabajar en los puntos de control de pasajeros, si no les pagan.
A medida que la situación se deteriora, algunos expertos han comenzado a advertir que podría aumentar el riesgo de corrupción en las fronteras, prisiones y aeropuertos.
El sindicato de empleados de la TSA ha afirmado que una pérdida creciente de personal durante el cierre del Gobierno podría crear un "riesgo masivo de seguridad" para los viajeros.
Medios de prensa destacan que los empleados de la TSA recibieron su último cheque de pago el pasado 28 de diciembre.
Según trabajadores de esa área, el cierre del personal ya ha obligado a algunos trabajadores a buscar nuevos empleos o a realizar trabajos adicionales. La presión se redobla en el caso de empleados cuyas familias no tengan otra fuente de ingresos.
Es probable que los funcionarios de la TSA reciban un pago retroactivo cuando el gobierno reabra, pero eso no ayuda ante gastos y preocupaciones inmediatas, insisten.
Están clasificados como "servicio esencial" y por ese motivo deben continuar trabajando durante el cierre sin recibir ningún pago. Quienes se ausenten pueden enfrentar medidas disciplinarias.
Varias áreas del gobierno federal cerraron el pasado 22 de diciembre después de que legisladores y el presidente chocaron por la exigencia de Trump de construir un muro en la frontera con México. Unos 800 mil trabajadores federales están desde entonces con permisos o trabajando sin paga.
El mandatario pide que cualquier financiamiento para mantener las operaciones del gobierno incluyan 5.600 millones de dólares para comenzar con la construcción del muro, que tiene un costo de 23 mil millones de dólares.
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