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BUENOS AIRES, 30 nov (Reuters) - La cumbre de las principales economías del mundo comenzará el viernes con una cruzada de sus líderes por evitar los efectos colaterales de una guerra comercial entre Estados Unidos y China que golpeó a los mercados mundiales.
A la espera del tipo de drama geopolítico divisivo que el presidente Donald Trump suele traer al escenario internacional, la reunión anual de dos días será una prueba importante para los miembros del G-20.
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Los líderes se reunieron por primera vez en 2008 para ayudar a rescatar a la economía mundial de la peor crisis financiera en siete décadas, pero el grupo ahora enfrenta dudas sobre su relevancia para lidiar con los problemas económicos actuales.
La cumbre en la capital argentina estará marcada por una amarga disputa comercial entre Estados Unidos y China, las dos economías más grandes del mundo, que han impuesto aranceles mutuos a importaciones por cientos de miles de millones de dólares.
Todos los ojos estarán puestos en un encuentro previsto para el sábado entre Trump y el presidente chino, Xi Jinping, en el que se espera hallen el modo de calmar las aguas y avanzar hacia la resolución de las diferencias que amenazan a la economía global.
En vísperas de la cumbre, las naciones del G-20 trabajaban contrarreloj para llegar a un acuerdo sobre temas clave como el comercio, la inmigración y el cambio climático, que en los últimos años se han resuelto con bastante antelación. Esas divisiones resaltan cómo se fracturó la agrupación.
De hecho, el escepticismo de Trump acerca de que el calentamiento global sea causado por la actividad humana plantea dudas sobre si los países podrán mostrar suficiente consenso como para incluir el tema en el comunicado final de la cumbre.
Otra cuestión ríspida es la escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania, que seguramente estará en la mente de muchos líderes cuando vean al presidente ruso, Vladimir Putin.
Y también hay preguntas sobre cómo manejar la incómoda presencia del príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman. El gobernante de facto llegó en medio de una amplia controversia sobre el asesinato en octubre del periodista crítico Jamal Khashoggi en un consulado de Arabia Saudita en Estambul.
Incertidumbre sobre Trump
La pregunta que muchos se hacen es cómo Trump, conocido por su imprevisibilidad, se comportará en la que se perfila como una de las cumbres más importantes del grupo.
A principios de mes, funcionarios de los países asistentes a una cumbre Asia-Pacífico no pudieron ponerse de acuerdo por primera vez sobre una declaración conjunta, cuando la delegación de Estados Unidos, encabezada por el vicepresidente Mike Pence, se enfrentó con China por el comercio y la seguridad.
En mayo, Trump rechazó una declaración de colegas líderes de las economías industrializadas del G-7 luego de que una tensa reunión terminara en una condena, nuevamente por los aranceles y el comercio. Antes de dirigirse a Buenos Aires el jueves, Trump sostuvo que estaba abierto a un acuerdo comercial con China, pero dijo: "No sé si quiero hacerlo".
Pese a los planes iniciales de no ir a la cumbre, el asesor comercial de línea dura de Trump, Peter Navarro, se incorporó a la delegación de su país a último minuto y se espera que asista a la reunión entre Trump y Xi, dijeron a Reuters un funcionario de Estados Unidos y una fuente familiarizada con la situación.
China, por su parte, espera "resultados positivos" para resolver la disputa comercial con Estados Unidos, dijo el jueves el Ministerio de Comercio.
La desaceleración de la economía mundial empeorará si Trump sigue adelante con los planes para aumentar al 25 por ciento los aranceles a importaciones de China por un valor de 200.000 millones de dólares, dijo a Reuters el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría.
Mientras que la reunión de Trump con Xi está encaminada, el presidente de Estados Unidos canceló el jueves su encuentro previsto con Putin, citando la reciente incautación de buques ucranianos por parte de Rusia.
Un posible punto destacado en la cumbre podría ser la firma de un pacto comercial revisado entre Estados Unidos, México y Canadá, prevista para el viernes. Pero el jueves los negociadores aún discutían el pacto, dijeron funcionarios.
Los tres países cerraron en principio un trato sobre el billón de dólares que comercia el bloque después de un año y medio de conversaciones, que concluyeron con una negociación nocturna una hora antes de la fecha límite del 30 de septiembre.
Trump visitó el viernes por la mañana al mandatario anfitrión Mauricio Macri en la Casa Rosada, con quien estuvo reunido por 45 minutos.
En unas palabras a la prensa antes del encuentro, el presidente argentino agradeció el apoyo en las negociaciones para obtener financiamiento del Fondo Monetario Internacional de parte del estadounidense, con quien se conocen desde hace años porque sus familias hicieron negocios juntas.
"Nos conocemos mucho, vamos a hablar de temas que beneficien a ambos países, comercio, compras de material militar. Nos queda mucho por hablar. Vamos a rememorar un poquito el trabajo que hacíamos en el pasado", dijo Trump antes de la reunión.
(Reporte de Matt Spetalnick y Eliana Raszewski. Con información adicional de Andreas Rinke en Berlín, Jeff Mason, Roberta Rampton y Makini Brice en Washington, Yawen Chen y Ryan Woo en Pekín, y Cassandra Garrison, Daniel Flynn y Pablo Garibian en Buenos Aires. Editado por Nicolás Misculin)
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