DeGrom, el Cy Young y el paso de los tiempos

La decisión de otorgar el Cy Young a Jacob deGrom deja claro que los criterios de selección han ido cambiando... para bien.

Una temporada soberbia. © New York Mets/Twitter.
Una temporada soberbia. Foto © New York Mets/Twitter.

Vídeos relacionados:

Este artículo es de hace 6 años

Hasta ayer, los premios individuales de la temporada 2018 de Ligas Mayores no habían encendido las fogatas del debate. Algún que otro criterio disidente, pero nada como para activar las sirenas de la alarma.

Total, Ronald Acuña y el fenómeno Ohtani merecían ser recompensados entre los novatos, el mentor Brian Snitker hizo grandes a los Bravos y su homólogo Bob Melvin llevó hasta la postemporada a Oakland. Cierto: aquí cabía romper alguna lanza por la hazaña de Alex Cora desde el dugout de Boston, pero tampoco era una locura distinguir al director de la franquicia más modesta de la MLB.


Lo más leído hoy:


Sin embargo, mucha gente todavía continúa anonadada (o sentada en el agua, como diría Behmaras) desde que se anunció que el ganador del Cy Young en la Liga Nacional había ido a parar a las manos de Jacob deGrom, quien apenas ganó diez partidos y perdió nueve veces durante la campaña. ¿En serio? ¿Una siega de 10-9 puede llevar al galardón más cotizado del pitcheo?

Nadie había ganado tan poco para llegar tan alto. Y lo mejor del caso es que DeGrom no solo se impuso, sino que avasalló: tanto, que únicamente dejó escapar uno de treinta votos de primer lugar. ¿Con 10-9 y al borde de la unanimidad? ¿En serio?

Pues sí. El asunto es que el espigado floridano de los Mets redondeó una de las mejores temporadas de un serpentinero en el mejor béisbol del mundo, resumida en una efectividad de 1.70 después de 217 entradas de faena, con promedio de bases inferior a dos por juego, más de 11 ponches cada 27 outs y un fabuloso FIP* de 1.98.

Lea esos números con detenimiento, mastíquelos y dígame: ¿son o no son de espanto? En un patético equipo que hizo de la derrota su bandera, Jacob deGrom se las ingenió para no perder el rumbo y concluir su top year monticular con estadísticas capaces de mirar de frente a las de Pedro Martínez en 1999, Bob Gibson en 1968 o Dwight Gooden en 1985, por citar tres ejemplos pavorosos.

Si DeGrom no ganó más, obviamente, fue por culpa del pobre respaldo que encontró en unos Mets que anotaron una media de 3.5 veces en las aperturas del derecho de treinta abriles. ¿Acabó ya de masticar las cifras que antes le ofrecí? Pues ahora enfrásquese en estas: en su quinta campaña ligamayorista, DeGrom permitió tres carreras o menos en 31 de sus 32 aperturas; dos o menos en 23 de ellas; y una o ninguna en 18. Y agárrese para que no se caiga del asiento: todas sus derrotas de este curso derivaron de salidas de calidad.

Por supuesto, tales elementos fueron debida y decisivamente valorados por los expertos que participaron en la votación. Un panel menos dado al análisis riguroso o más propenso a respetar las líneas tradicionales se habría inclinado por el estupendo Max Scherzer –que iba en busca de su cuarto Cy Young-, pero la determinación final hizo justicia.

DeGrom no ganó mucho, ciertamente, pero el indicador Victorias-Derrotas no puede ser el foco de la atención para estos menesteres puesto que en él inciden de manera notable el calibre ofensivo del equipo y la calidad del bullpen con que se cuenta. Para muestra, el botón de Nolan Ryan, que cerró su expediente inmortal con la nada impactante cosecha de 324 éxitos y 292 reveses.

Los votantes del premio Cy Young han dado un paso trascendental en el camino de una comprensión más cabal de la pelota. Antes, la labor de DeGrom casi seguro habría sido ignorada en la candidatura frente al peso de propuestas con 17, 20, 22 victorias. Pero, al menos en la MLB, los tiempos cambian.

LANZADOR

G

P

PCL

EL

FIP

WHIP

H9

BB9

SO9

J. deGrom

10

9

1.70

217.0

1.98

0.91

6.3

1.9

11.2

M. Scherzer

18

7

2.53

220.2

2.65

0.91

6.1

2.1

12.2

*FIP es la sigla de Fielding Independent Defense, una estadística avanzada que da cuenta de la efectividad de un pitcher más allá de las ayudas que le ofrecen sus compañeros a la defensa.

COMENTAR

Archivado en:

Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Michel Contreras

Periodista de CiberCuba especializado en béisbol, fútbol y ajedrez.


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.1eye.us

+1 786 3965 689


Siguiente artículo:

No hay más noticias que mostrar, visitar Portada