El cierre de las tiendas y las instituciones por la fumigación es "mucho más dañino" para los pinareños que los habituales por inventario, cuadres de caja, cambios de turno, almuerzo y días de la técnica, señala el periódico local Guerrillero.
"Tras la fumigación debe cumplirse el tiempo reglamentario del cerrado hermético del local, y luego esperar a que el humo se disipe… cuando se disipe", dice el periodista Ariel Torres Amador.
Le preocupa "cuando a raíz de campañas y estrategias improvisadas de última hora o recurso, se afecta a la población y la economía, violando horarios y procedimientos establecidos para el correcto funcionamiento de la sociedad".
La fumigación es "imprescindible" para la salud pública, pero debe ser coordinada y organizada de forma tal que no altere el ritmo de vida social ni la eficiencia estatal.
Los cierres de establecimientos en Pinar del Río por fumigación en plena jornada laboral solo demuestran la falta de organización y coordinación entre entidades a nivel municipal y provincial, recogió el citado medio.
"¿Cuánto se deja de recaudar en el tiempo que cada tienda, ya sea de divisas o moneda nacional, permanece cerrada por fumigación? Seguramente sería una cifra nada despreciable".
"El horario laboral debe ser sagrado, y en el caso de los centros que prestan servicios a la población sumamente inviolables. Bajo ningún concepto debe entorpecerse el desempeño de unidades que tributen directamente al desarrollo financiero del territorio y el país", agrega.
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