La peligrosa moda de los camiones, una de las pocas opciones para viajar de Santiago a La Habana

En Cuba no hay prácticamente aviones y el sistema de guaguas y trenes está colapsado. La mayoría de las personas terminan optando por los camiones privados.

Camión privado en Santiago de Cuba © CiberCuba
Camión privado en Santiago de Cuba Foto © CiberCuba

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Este artículo es de hace 6 años

Loyda escuchó solo las primeras palabras de la vendedora de pasajes en Santiago de Cuba: “no hay capacidad ese día para La Habana…”. Suficiente para que su corazón se helara. Bastante malo era mandar a su hija a la capital a una cita consular, completamente sola, para además tener que hacerlo en uno de esos camiones privados que cubren el trayecto entre ambas provincias, con la fama de ser hoy una de las formas más peligrosas de viajar dentro de la isla.

En Cuba los accidentes son la quinta causa de muerte y la principal en los jóvenes. En la Isla se reporta uno cada 47 minutos, y una de las razones principales es, precisamente, el exceso de velocidad. De ahí que la preocupación de Loyda no careciera de fundamentos, pues ha escuchado que es este el gran mal de los camiones privados.


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El cristal trasero del camión tenía una frase que aludía a la religión. Sin embargo, ni eso la tranquilizaba. Tampoco la evidente experiencia del chofer, quien no disimulaba ni las canas ni la calvicie. “Cuando te toca, todo eso es bobería”.

Pero el viaje era casi de corre corre, así que intentar ir en avión, con la inestabilidad que tiene este servicio, era una locura, “la única opción peor era ir por tramos, haciendo botella, así que solo quedaba una y no era ni la más segura ni la que más me agradaba: los camiones particulares”.

CiberCuba / Viajar de Santiago de Cuba a La Habana

“Siempre he escuchado que son unos locos en la carretera, que van a millón y que hacen lo que les da la gana. Pero te repito el trámite era urgente y no había otra opción que ir en uno de estos camiones”, asegura Loyda, quien recuerda esa vez que tuvo que tomar esa decisión.

Un viaje desde Santiago de Cuba a La Habana, en uno de estos camiones, cuesta aproximadamente 15 CUC (360 ó 375 pesos según se considere el CUC a 24 ó 25 pesos).

“Si no es la más económica, sí es la que te saca del apuro y la que siempre está ahí, disponible, no como los aviones, más desaparecidos que la carne de res, o como el tren, que no por gusto sabe cuándo sales, pero jamás en qué semana llegas a tu destino” asegura Javier, usuario esporádico de estos servicios quien añade que “en el verano sé de personas que llegaron a pagar hasta 30 CUC”.

CiberCuba / Camión privado

Sin embargo, algunos hablan de que han aumentado la cantidad de personas que usan los servicios de los camiones privados que cubren el trayecto de La Habana-Santiago de Cuba, lo que no habla necesariamente de preferencia.

Al contrario, otros señalan que no se ha incrementado la preferencia por este medio, sino más bien que la mayor inestabilidad y menos credibilidad en las vías estatales para viajar, como son los aviones o trenes, han obligado a las personas a buscar alternativas no siempre más seguras o confiables para resolver sus necesidades. Sencillamente no hay de otra.

Cuando de reinar se trata…

A Lisset, una camagüeyana que estudia en la universidad de Santiago de Cuba, esto de los camiones que dan viajes a La Habana es un ejemplo de que algunas personas, por dinero, hacen lo que les da la gana, “o como dice mi novio, aplican la Ley de José Testículo… yo solo los he usado una vez, pero fue suficiente para darme cuenta de que ellos realmente mandan. Eso de que el cliente tiene la razón no se aplica, aquí eres solo una vaca que ellos transportan”.

Los camiones privados han encontrado la rendija que ha dejado el sistema estatal de transporte de pasajeros entre provincias y han sacado su provecho. Cosa que está bien sin dudas, sin embargo, hacen de sus clientes víctimas de sus propias “leyes”.

CiberCuba / Camión privado

“Yo, por ejemplo, cuando tuve que ir a Camagüey fue por una urgencia, de otra manera no los usara, porque ellos no venden tramos. O sea, o compras el pasaje completo, desde Santiago de Cuba hasta La Habana, y te bajas en el destino intermedio, o no subes… tuve que pagar el viaje completo, aunque me bajé a mitad de camino. No es justo, y no debía ser… pero no hay competencia ni en el propio sector particula, mucho menos en el estatal, tampoco nadie les hace cumplir al menos cierto principios”, asegura Lisset.

Sin embargo, la práctica apunta a que cada uno tiene su propio sistema. Según Javier, “me he montado en algunos que solo parten cuando se llenan, y también los he visto que salen detrás de la Yutong Habana – Santiago, poco después de las seis de la mañana, y va recogiendo personas por el camino”.

No obstante, como toda cultura “underground” que se transmite por la experiencia y no necesita spot televisivo, muchos de los que usan estos servicios saben de estos detalles. Lo que molesta a muchos, y que hace peligroso los viajes entre Santiago de Cuba y La Habana, son las velocidades que alcanzan los vehículos.

“La primera vez que me monté en uno de estos no sabía nada. Tuve la suerte de usar uno con aire acondicionado y todo, y televisor que funcionaba, cosa que me sorprendió pues a veces en las propias Yutong ni te los encienden, pero en estos sí. Tenían puesto reguetón, del tipo bien puerco y vulgar, sin embargo, alguien habló con el chofer para que pusiera unos muñes pues había niños y él accedió.

CiberCuba / Camión privado

“Otra cosa que igual me sorprendió, pues en la propia Yutong me ha pasado, fue que los choferes, a pesar de prestarle un servicio al pueblo, hacen lo que les da la gana. Pero lo malo es la velocidad, ellos van como quieren, pues mientras más rápido cubre el trayecto, más rápido regresan, y por tanto más dinero, y eso los lleva al exceso de velocidad no pocas veces”, relata Gisela.

La propia señora, que confiesa su predilección por los camiones, dice que una vez antes de subir y ocupar su asiento habló con el chofer y le dijo “tengo el móvil con dinero y hasta bono, ya copié la matrícula, si excedes la velocidad, llamo a la policía y te denuncio”.

Añade que el muchacho, bastante joven, se sonrió y le dijo “no se preocupe, cumpliré el itinerario, llegaré a la hora que debe ser y a la velocidad que debe ser también. Tengo hijos en casa a los que quiero regresar”. Y fue así. “Yo quisiera ver qué chofer de Yutong te habla así, si tremendo negocio tienen ellos en las guaguas del estado cuando hacen todas las paradas que quieren y montan y cobran todo lo que les da la gana”, acota.

A Javier le pasó algo bastante increíble. En su móvil Samsung Galaxy S5 tiene instalada la aplicación OSMAND.

“Miré por la ventana y me pareció insólito que el camión dejara atrás a las guaguas Yutong, pero lo extraño es que íbamos a tanta velocidad que era casi como si las guaguas estuvieran detenidas. Abrí el OSMAND y según lo que registraba el GPS, íbamos a 120 kilómetros por hora casi todo el tiempo en la autopista, con picos de hasta 150 kilómetros por hora. Por eso quien sube a uno de estos camiones casi ora llegar sano y salvo", dijo.

"En las autopistas la velocidad, según las señales del tránsito, la velocidad que se debe llevar es de 100 kilómetros por horas, sin comentar el mal estado de la vía, y ellos iban por encima”.

CiberCuba / Camión privado

Pero la verdad es que cada día son muchas las personas que optan por esta forma de transportación. Posiblemente ninguna por placer, más bien por necesidad y por falta de otra manera mejor, y la vida demuestra que, sin ellos, prácticamente colapsaría el movimiento interprovincial. No es raro suponer, entonces, que sobornos, policías que se hacen los de la vista gorda y un largo etcétera, estén a la orden del día.

CiberCuba /Policía cubano

“La capacidad de los camiones varía de un modelo a otro, también por los asientos que tienen, algunos muy cómodos, otros más de “palo”, y también los propios choferes la modifican pues meten más gente a la fuerza”, explica Carmen.

CiberCuba / Camión privado

“Otra cosa mala, y no es que sea mala pues al final es su negocio, es privado y deben hacerlo rentable, pues ellos sí que no pueden operar bajo pérdidas, es que no inician el viaje hasta que tienen todas las capacidades vendidas, eso es malo para uno pues entonces llegas a coger el camión a una hora y perfectamente puede salir a las cinco horas, pero eso se entiende, las pérdidas a ellos el estado no se las compensa”, detalla.

“Ahora, son geniales y debían aprender de ellos el sistema estatal de transportación. El machacante es mecánico y tienen a bordo cualquier cantidad de herramientas.

Nos rompimos en un lugar y enseguida todo el mundo, el chofer, el copiloto y el machacante se transformaron con overoles, sacaron piezas, herramientas… y en menos de 30 minutos resolvieron el problema que había en el motor. Que dicho sea de paso, ninguno de estos camiones tienen sus motores originales. Dicen las malas lenguas que muchos tienen motores de guagua Yutong, pero eso es solo un chisme”, explica Javier.

CiberCuba / Arreglan camión roto en Cuba

Hay dos realidades que de tan fuerte que gritan son ineludibles: la primera es que hoy los camiones privados son la solución de muchos que necesitan moverse entre provincia y no satisfacen sus necesidades con las ineficientes ofertas estatales. La segunda, y no menos importante, es que muchos de los accidentes masivos que ocurren en las carreteras, en mal estado muchas de ellas, involucran a esta forma de transportación, algo que no deja de preocupar a quien acude a ellos.

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