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Miami, 30 sep (EFE).- Pablo Ibar afronta desde este lunes el que será su cuarto juicio como acusado de un triple asesinato cometido en Florida en 1994, por el que lleva preso más de la mitad de su vida y del que siempre se ha declarado inocente.
A sus 46 años, de los cuales 24 encarcelado y de ellos 16 en el corredor de la muerte, Ibar, que tiene nacionalidad estadounidense y española, asume este nuevo juicio, que estará presidido por el juez Dennis Bailey, como una oportunidad para que "la verdad se imponga", según relata a Efe Joe Nascimento, uno de los abogados defensores.
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"Está preocupado, pero confía en que si la verdad reluce, podrá por fin volver a casa", dice su abogado en vísperas de la cita en los tribunales de Fort Lauderdale, la ciudad situada a 48 kilómetros de Miami, donde nació Pablo Ibar el 1 de abril de 1972.
La vida de la familia de Ibar, hijo de madre cubana, ya fallecida, y de padre vasco, cambió cuando fue acusado junto a su amigo Seth Peñalver, de origen mexicano, de las muertes de Casimir Sucharski, Sharon Anderson y Marie Rogers.
Los tres fueron asesinados en junio de 1994 en la casa del primero, dueño de un club nocturno, en Miramar (Florida) por dos personas que entraron a robar, según captó una cámara oculta.
Ibar fue sometido hasta ahora a tres juicios, de los cuales uno terminó sin que el jurado pudiera emitir un veredicto unánime, otro fue declarado nulo y un tercero, en el año 2000, concluyó con una condena a muerte que 16 años después fue anulada por la Corte Suprema de Florida, que ordenó que fuera juzgado de nuevo.
Este cuarto juicio se iniciará este lunes con el proceso de selección del jurado, que puede durar por lo menos un mes o "quizás más", según Nascimento.
La vista del juicio, como tal, no se espera que comience hasta noviembre. Una delegación de senadores españoles se propone asistir a las audiencias en apoyo de Ibar.
Nascimento considera que la selección de quienes deben determinar si Ibar es culpable o no de las acusaciones que se le imputan es "una de las partes más importantes" del proceso judicial.
"Es una tarea muy difícil encontrar a doce personas justas e imparciales", dice Nascimento, uno de los integrantes del equipo defensor de Ibar, que está encabezado por Benjamin Waxman.
Ibar, según el abogado, va a participar "activamente" en todo este proceso de selección.
La esposa del acusado, Tanya Quiñones, que dijo a Efe este sábado que van a "luchar como nunca antes" para que el jurado reconozca la inocencia de su esposo, confirmó que el lunes Pablo Ibar estará en el tribunal.
Tanto Ibar como Peñalver habían tenido problemas con la policía antes de 1994 por drogas. El español, si bien ha reconocido que anduvo en malos pasos cuando era joven, ha negado en todo momento haber participado en los asesinatos de Sucharski, Anderson y Rogers.
Uno de los testimonios que más daño le hizo a Ibar en el juicio del año 2000 es el de Gary Foy, un vecino de Sucharski, que reconoció al español mediante fotografías que le mostró la policía como una de las dos personas que al día siguiente de los asesinatos vio salir de la casa del empresario y en su automóvil.
En las audiencias previas la defensa trató sin éxito de que el juez dejase fuera del nuevo proceso el testimonio de Foy, con el argumento de que el reconocimiento estuvo "contaminado".
En realidad, habiendo transcurrido tantos años, es difícil que haya algún elemento nuevo para presentar en este nuevo proceso y las pruebas del anterior juicio fueron, según la Corte Suprema de Florida, "escasas" y "débiles".
La Fiscalía "no tiene hoy nada que no tuviera en el año 2000", dijo recientemente Andrés Krakenberg, portavoz de la Asociación contra la Pena de Muerte, entidad española que lucha para que se haga justicia con Ibar.
Nascimento explicó a Efe que precisamente porque no hay nada que haya cambiado, la defensa no va a pedir por ahora la libertad bajo fianza para Ibar, pues hace dos años el juez se la denegó.
Hasta el último momento del juicio la Fiscalía puede proponer a la defensa llegar a un acuerdo para que Ibar quede libre.
Sin embargo, la acusación ha anunciado ya que volverá a pedir la pena de muerte y ha tratado incluso de retrasar el inicio del juicio hasta 2019.
El juez Bailey, que en un primer momento aceptó postergar el inicio, indicó después que quiere "acabar el juicio cuanto antes".
Cándido Ibar, padre de Pablo y hermano del fallecido púgil José Manuel Ibar "Urtain", dijo estos días a los medios que, aunque sabe que su hijo es inocente, no se hace "ilusiones" con el nuevo juicio.
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