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Con motivo del aniversario 500 de La Habana, autoridades de la capital han acordado la reanimación integral del céntrico Barrio Chino, con miras a fortalecer su potencial turístico, recreativo y comercial, informaron esta semana medios nacionales.
El Barrio Chino de La Habana, que llegó a ser uno de los más grandes de América Latina pero está muy deteriorado en la actualidad, atravesará por una rehabilitación urbanística que incluirá el arreglo de su alumbrado público, las aceras, los parques y las calles, recogió la estatal ACN.
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También serán pavimentados sus viales y se eliminarán los cables eléctricos y de comunicación expuestos en las fachadas.
"Se han diseñado proyectos encaminados a la recuperación de la zona, teniendo en cuenta, además, el impacto comercial, recreativo y turístico que ella genera", dijo el presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular, Reynaldo García, en la última reunión del Grupo Gubernamental de Apoyo a la capital.
En el evento, presidido por Miguel Díaz-Canel, García destacó ante la "elevada trascendencia cultural" que tiene para La Habana este barrio, que a principios de siglo concentró a una buena parte de la migración china a Cuba, pero que se ha ido despoblando paulatinamente.
“Las edificaciones que allí se enmarcan, en su mayoría con alto valor patrimonial, urbanístico y ambiental, presentan un elevado deterioro, en especial el fondo habitacional", reconoció.
Las labores de recuperación vendrán acompañadas con acciones para "rescatar las milenarias tradiciones chinas, entre las que se incluyen el exquisito arte culinario, la cerámica y la decoración típica de sus instalaciones, teatros y otros".
"Asimismo, se rehabilitarán relevantes instalaciones dentro del barrio, como el periódico chino Kwong-Wah-Po, las tintorerías y las farmacias con su medicina tradicional", agregó la nota.
Según reseña el medio, fue en 1847 cuando desembarcó en La Habana el primer grupo de emigrantes chinos, la mayoría mediante un contrato de trabajo de ocho años que los sumía prácticamente en la esclavitud y en condiciones infrahumanas.
Treinta años más tarde, según un censo realizado por las autoridades coloniales, la población china en Cuba rozaba las 47.000 personas, muchas de ellas ya libres tras cumplir con sus contratos.
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