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En mi larga trayectoria como periodista deportiva tuve la oportunidad inenarrable de compartir con las Espectaculares Morenas del Caribe sus tres triunfos olímpicos: Barcelona 92, Atlanta 96 y Sydney 2000.
Por esa razón, a pesar de no ser el voleibol uno los deportes que cubría para la televisión, cuento entre mis grandes amigas con muchas voleibolistas, entre ellas, nuestra entrevistada de hoy, la doble titular olímpica Yumilka Ruiz.
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“¿Recuerdas Julita aquellos juegos en Atlanta y después en Sydney, las broncas, las risas, los cargamentos de perros calientes y hambergues?” me dice la flaca Yumi antes de empezar a intercambiar preguntas y respuestas.
Y es que la camagüeyana de 40 años, criada por su mamá Mercedes, ya fallecida, y con dos hermanos menores, Yudelkis y Yordan, es tan diáfana, abierta, sincera que el saludo mismo es una remembranza de hechos que nos han unido en la vida.
Eso del “cargamento de perros calientes y hambergues” se debe al apoyo incondicional de los deportistas cubanos con nosotros, los periodistas, en aras de poder ahorrar algo de nuestras dietas, para poder 'pacotillar'. ¡Cosas que no se olvidan y Yumilka en eso, como en todo, era campeona olímpica!
Hecha la explicación, ¿qué les parece si nos adentramos en los inicios de esta gran jugadora?
“Siempre amé el voly; fue mi primer y único deporte. Orlando 'Copacubo', no me preguntes el apellido, fue mi primer entrenador aunque el que me descubrió fue Kike, Enrique Larrazaleta, un increíble buscador de talentos.
“En aquellos tiempos, tenía yo 8 años y estaba en tercer grado, me encontraba en un área especial que funcionaba muy bien (algo que debe rescatarse). Y allí me encontró Kike. Te digo que un curso después, en cuarto grado, ya estaba matriculada en la EIDE Cerro Pelado de Camagüey.”
¿Qué te vio? porque si hoy día eres delgadita, me imagino en aquella época. Quizás su somatotipo daba más para una saltadora de altura por ejemplo.
“Sencillo: yo era muy veloz, muy ágil y, sobre todo, poseía un gran poder de salto. De esa época guardo grandes recuerdos de Cándida Rosa Jiménez Amaro, quien me lo enseñó todo: los elementos técnicos, los secretos del voly, moverme sobre el tabloncillo. Esto fue a partir de los 10 años.”
O sea que cuando llegas al Cerro Pelado, Eugenio George pasó poco trabajo contigo, ¿no?
“Primero entré en la ESPA nacional radicada en Playa, La Habana. Pertenecía a la preselección nacional de cadetes. Llamé la atención por dominar los elementos técnicos, era rápida en mis desplazamientos, saltaba, y a pesar de mi delgadez y baja estatura para el deporte , impresionaba mi técnica.
“Hasta me quisieron dar baja por mi estatura, pero al fin crecí lo suficiente. Mido 1 metro 79 centímetros, que para el voly mundial actual es bajo. Sin embargo, llegué a saltar 3 metros 28 centímetros.”
Tanto tú como otras, como la sin par Mireya Luis, supieron imponerse sin ser tan altas.
“Efectivamente, en el 1993 se efectuó en Brasilia, Brasil, el Mundial Juvenil y allí fuimos campeonas al vencer a Italia en la final. ¡Tremendo equipo aquel! bajo la égida de Jorge Pérez Vento y Eider George, el hermano de Eugenio, con figuras como Regla Torres, Marlenis Costa, Ana Ibis Fernández, quienes habían sido titulares en los Juegos Olímpicos de Barcelona un año antes.
“Yo había entrado en la selección nacional en enero de 1993, por lo que ya me dirigían Eugenio y Ñico Perdomo.”
¿Cuántos años y principales momentos vividos por ti en el equipo grande?
“Estoy orgullosa de haber integrado la selección nacional por 15 años, haber vivido quizás los mejores momentos del voly femenino cubano porque además de mis dos coronas olímpicas fui tercera en Atenas y cuarta en Beijing.
“Y ¡cómo te recuerdo yo, siempre ahí, con tu micrófono y cámara, saltando a nuestro ritmo! Ese inesperado revés con las estadounidenses en el cruce por el oro y luego la derrota por el bronce. Yo era la capitana por ese entonces y de veras, ¡aún me duele!”
Y en efecto, el CUBA había lucido inmenso en la eliminatoria en Beijing, incluso, había derrotado a las norteñas de manera fácil, pero...
“Chica, nos estudiaron hasta el cansancio. Sabían por dónde atacaríamos, a quién le daban las pelotas para atacar, nuestros desplazamientos ¡hasta nuestros saques los recibían sin fallar!
“Esa derrota nos desmoronó y no pudimos luchar por el bronce contra China. Eso no había pasado en Atenas cuatro años antes, cuando con un elenco joven, renovado, alcanzamos con mucha garra las medallas bronceadas, ganándole 3-1 a Brasil.
“Después de la cita en China me retiré de la selección nacional, aunque reinicié mi accionar sobre la cancha, tres años después, a finales del 2011, en el mismo equipo de la liga rusa, en el que había militado en el 2004.”
Sí, porque Yumilka Ruiz jugó en las temporadas 2004-2005, cuando resultó campeona (fue la jugadora más útil del campeonato con récord de 53 puntos en 4 sets), 2005-06 y 2006 -07 en el club de la liga rusa VC Uralochka-NTMK y después, repitió con el mismo equipo del 2011 al 14, siempre bajo el mando de Nikolái Karpol, destacado DT del seleccionado nacional ruso.
¿Anécdotas de tu vida deportiva más relevantes?
“Quizás sea repetitiva si has entrevistado a algunas de mis compañeras de la misma época pero la bronca contra las brasileñas en Atlanta 96, la reacción, después de perder los dos primeros sets ante las rusas, y vencer 3-2 en Sydney, y la victoria sobre nuestras eternas rivales brasileñas en su tierra, en los Panamericanos de Río 2007 ocupan puestos de interés máximo en mis vitrinas espirituales.
“Como también un hecho menos recordado pero no menos espectacular. Sucedió en 1997, en el Grand Prix de Hong Kong, cuando repetimos la trifulca de Atlanta, con Brasil, y fíjate si aquello fue grande que la FIV (Federación Internacional de Voleibol) convocó a los dos directores técnicos, advirtiendo de que, a partir de ese momento, el menor roce entre jugadoras de uno y otro elencos, una mirada extraviada, nos costaría, a ambas selecciones, la separación por cuatro años de competencias internacionales, incluyendo los Juegos Olímpicos.”
Los Grand Prix, el Torneo los cuatro Grandes y otros certámenes eran menos transmitidos, al menos en vivo, por la TVC, aunque recuerdo aquello. ¿Quién empezó en esa ocasión?
“Le ganamos nuevamente a Brasil y en el momento del saludo se armó la discusión. Yo recuerdo, a la Gato (Idalmis), Ana Ibis Fernández, Mirka Francia por nosotras; Ana Paula, Marcia Fú, Ana Moser, Irma Caldeira, por las brasileñas. Nada, el segundo Atlanta.”
¿Siguieron el consejo, bueno, la orden de la FIV, no?
“Muchacha, después que Ñico nos leyó la cartilla ni nos mirábamos. Nos saludábamos mirando el techo de la instalación.”
Total, yo soy testigo de que al pasar el tiempo, brasileñas y cubanas eran una, tan parecidas, racial y espiritualmente: calientes, fervientes, excelentes jugadoras. El final tenía que ser la amistad.
Yumilka, ¿cómo funcionaban las Espectaculares Morenas del Caribe?
“Nosotros tuvimos el antecedente de aquel equipazo que ganó el Mundial en Leningrado 78, lidereado por Mamita Pérez, Nelly Barnet y Mercedes Pomares; pero años después vino otra camada joven que hizo lo suyo y mantuvo el voly femenino en la cúspide.
“Y era que funcionábamos como una, como un todo único, conducido por Eugenio o Ñico.”
Tu primera experiencia olímpica fue en Atlanta, donde con solo 18 años funcionabas como jugadora de cambio, una muy útil jugadora de cambio diría yo.
“Yo verdaderamente no tenía en ese entonces para ser regular. Entrenábamos mucho, unidas, y aprendí de mis compañeras más experimentadas: Mireyita, Reglita Bell, Magaly Carvajal.
“El banco era un banco de verdad; con cualquiera de nosotras se podía contar, al menos, disposición sobraba. Idalmis Gato y yo éramos las auxiliares; Mirka Francia y Ana Ibis Fernández, centrales, y como pasadoras, Taimaris Agüero y Lily Izquierdo.
“¿Te digo algo? Al regresar de los Juegos algunas veteranas tomaron un descanso o se retiraron: Mireya, la propia Magaly, Reglita, y nosotras nos encargamos de que el equipo mantuviera el nivel.”
Indiscutiblemente que esos años entre 1992 y 2000 un solo equipo mandó en el universo voleibolístico (f): CUBA. Y a propósito, bien difícil nos resultó la cita en el país de los canguros.
“Tan difícil como que comenzamos perdiendo ante Brasil y Rusia (nuestros rivales en semi y final); ahí mismo nos fuimos para el banco de los acusados (una mata que quedaba a la entrada de nuestros dormitorios en la villa olímpica) a escuchar a Eugenio, que estaba 'prendí'o'.
“A partir de ahí, de ese revés ante las rusas, otro equipo entró a la cancha de Sydney, y victoria tras victoria, incluyendo la de Brasil en las semi finales, llegamos a vernos las caras contra las chicas de Nikolái Karpol.”
Yo recuerdo mucho aquel domingo. Al unísono de la final del voly femenino se efectuaban cuatro combates finales de boxeo. Mi colega Carlos Alberto González, quien atiende al voly hace más de dos décadas, estaba con el voly; yo, el boxeo, loca por ver los triunfos de los nuestros, en especial el tercero de Félix Savón.
Al terminar, mi camarógrafo, el Loquillo, y yo nos lanzamos a ver el voly y por el camino encontramos a dos colegas que nos dijeron: 'tranquilos, que ya perdieron los dos primeros sets, no se maten por gusto', y eso nos impulsó más.
Al llegar, empezando el tercer parcial, las cubanas de Eugenio George (aunque el DT era el ya desaparecido Luis Felipe Calderón) reaccionaron y las lágrimas de impotencia de las europeas indicaban que las Espectaculares Morenas del Caribe iban a por su tercer título consecutivo, algo inédito hasta la fecha.
“¿Recuerdas? Aquello tuvo que ver con las palabras de Eugenio, con nuestra decisión de no dejarnos vencer y ¿por qué no? con los Orishas... Karpol no se lo creía: gesticulaba, gritaba; su rostro se enrojecía. (Yo lo conozco bien, fui su pupila en la liga rusa).
“Antes de concluir el juego, la líbero Helena Batutina rompió en llanto; el resto del equipo, Yekaterina Gámova, Liubov Sokolova, Yelena Godina, Yelizaveta Tishchenko y su gran capitana Yevgeniya Artamonova, no entendían lo que pasaba sobre el taraflex australiano.
“Y al final, con la corrida de Regla Torres nos convertimos en trimonarcas olímpicas. Sin embargo, ¿sabes que para mí resultó más espectacular el éxito sobre Brasil en las semi?
“Sencillamente, para mí, fue el juego más fuerte, más reñido, más espectacular de nosotras en esas Olimpíadas. Si perdíamos nos quedábamos fuera del podio. Fueron cinco sets de campana a campana. Estuvimos parejas hasta el tanto siete del take break. Ahí se les acabó la gasolina; nosotras cogimos el segundo aire.”
Y ese Brasil contaba con jugadoras de primer nivel mundial.
“Claro está: Leila Barros, Fernanda Venturini, Ana Paula, Érika Coimbra, dirigidas por Bernardo de Rezende, Bernardinho, quien por cierto nunca pudo ganar con las muchachas y sí fue campeón olímpico con los varones en Río 2016.”
¿Qué caracterizaba a las cubanas; ustedes nunca se cansaban?
“Nos cansábamos, no éramos máquinas. No éramos tan técnicas como las asiáticas ni tan fuertes como las europeas, pero nosotras, junto a Eugenio y Ñico, logramos unir la voluntad y el espíritu caribeño con el físico y una excelente táctica de juego; de ahí, la inolvidable frase del narrador René Navarro, Espectaculares Morenas del Caribe.
“Formar parte de esa dinastía es lo más grande que me ha ocurrido en la vida”.
Yumilka Ruiz, tuviste la oportunidad de enfrentar y ver a grandes voleibolistas. ¿Puedes decirme algunas de ellas?
“Primero, las mías: Mireya Luis, Regla Bell, Regla Torres y Taimaris Agüero. De las foráneas: Yevgeniya Artamonova, Liuba Sháskova de Rusia; Leyla y Mirna (Brasil); Logan , una auxiliar de Estados Unidos (que lo mismo se desempeñaba en cancha que en playa) y jugadoras de Japón y China cuyos nombres son reacios a mi memoria.”
¿Estás de acuerdo con la selección de equipo, DT y atleta del siglo XX según la FIV?
“Mira, nadie entiende que Japón, las niñas magas hayan sido elegidas el equipo del siglo XX pero el DT fue Eugenio y Regla Torres la mejor jugadora; nos merecíamos las tres distinciones pero, al menos, nos dieron dos. Lo que sí te puedo afirmar que nosotras nos enteramos junto a ustedes; o sea, no sé quiénes votaron ni cómo lo hicieron”.
Yumi, ¿equipo ideal cubano?
“Mireyita, las dos Reglas, Bell y Torres; Mamita Pérez, Nelly Barnet, Mercedes Pomares, Marlenis Costa, Magaly Carvajal, Josefina Capote, Lily Izquierdo , Ana Ibis Fernández y Taimaris Agüero. DT: Eugenio secundado por Ñico.”
¿Cuándo regresarán las Espectaculares Morenas del Caribe? ¿La ausencia de un Eugenio George, las deserciones de grandes jugadoras impiden que Cuba vuelva a recuperar la élite?
“Es cierto que siempre un pedagogo como Eugenio hace mucha falta pero creo que, quizás por tratar de equilibrar la fuga de talentos, traer a muchachitas de 14 años de provincias, sin una base, sin conocer los elementos técnicos ni tácticos mínimos, no es correcto. Las pones a encabezar a un seleccionado histórico y, ¿cuáles son las consecuencias? O se lesionan o se van.
“Por ejemplo, talentos como el de la opuesta Melissa Vargas o la central Heidy Casanova, llegadas al equipo con apenas 14 años, ¿dónde están? jugando en el exterior tras desertar. Mientras no se fortalezca el trabajo en la base, se respete la cadena base-cadetes-juveniles-mayores no creo que regresen las Espectaculares. Mira Barranquilla.”
¿No piensas en que las que están en el exterior pudieran ser llamadas a filas?
“Si no desertaron, sí. De lo contrario, no estoy de acuerdo.”
¿Qué hace en estos momentos Yumilka Ruiz?
“Trabajo en el Centro de Investigaciones del Deporte Cubano. Soy máster en Ciencias Deportivas y Metodología del Entrenamiento para la alta competición y estoy haciendo el doctorado en Ciencias.”
Después de intercambiar por más de dos horas con la camagüeyana Yumilka Ruiz pienso, no sé si estarán de acuerdo conmigo, que la espigada ex voleibolista, doble monarca olímpica, titular del Mundial de Japón 98 y de la Copa del Orbe de Japón 99, bien pudiera encaminar su futuro hacia la dirección del equipo al que tantas glorias aportó.
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