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Madrid, 28 ago (EFE).- "Me querías matar con qué, me querías matar con qué, con tu música barata y aquí te traigo cumbé", canta Orishas en el arranque de su primer disco de estudio en diez años, "Gourmet", una proclama de "respeto al paladar" auditivo en tiempos en los que "es más fácil copiar McDonalds que un fillet mignon".
"La música barata está ahí y es necesaria, porque hay mucha gente que la consume, igual que la comida 'fastfood'", reflexiona en una charla con Efe Yotuel Romero, parapetado como en los viejos tiempos por sus compañeros Roldán González y Ruzzo Medina.
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Frente a ese modelo de cocina sonora rápida, Orishas defiende en su quinto disco de estudio un menú de "platos únicos hecho a fuego lento y con alto tratamiento, con mucha investigación de los ingredientes".
"Más que rejuvenecer nuestro sonido, había que alimentar a otra generación, mostrarles el potencial que se podía lograr creando una música auténtica, sin tanta copia", cuentan sobre los objetivos de su vuelta a la actividad.
Este viernes se publicará el resultado, "Gourmet", que llega 10 años después de "Cosita buena" su, hasta ahora, último trabajo en el mercado, y transcurridos tres años de una llamada de madrugada en la que el trío decidió volver a juntar sus caminos.
El secreto de su receta sigue siendo el mismo: "Juguetear con la música urbana, que ha sido el factor fundamental de Orishas desde sus comienzos", a finales del siglo XX, cuando se dejaron fascinar por aquellas casetes de raperos que llegaban con cuentagotas y que les enviaban los parientes que residían fuera de Cuba, donde el "hip hop" era visto aún entonces como "la música del enemigo".
"Nos alimentamos de lo que se está cocinando a nivel sonoro en la calle y lo condimentamos con nuestro salsón, con nuestra guajira y nuestro punto campesino", subraya el grupo, que se reivindica no obstante como "muy cubano".
No hay género que no se pueda maridar con esos ingredientes básicos, "hasta la ranchera", sostienen, y en su nuevo trabajo puede encontrarse, por ejemplo, una aproximación al vallenato colombiano junto a Silvestre Dangond y "un bolero de 2018" llamado "Havana 1957", la canción a la que más vueltas le han dado.
"Sabíamos que ese tema iba a ser un plato increíble, pero al cocinarlo a veces se pasaba de sal, hasta que al final salió. El resultado es el ejemplo perfecto de 20 años de carrera y resume la identidad de la buena música urbana cubana", señalan.
En ella colaboran Beatriz Luengo y uno de sus más prestigiosos compatriotas Chucho Valdés, lo que para el trío ha supuesto "un privilegio". "Somos muy fans de lo que ha creado musicalmente. Para nosotros es como tener a Michael Jackson", presumen.
Las suyas no son las únicas aportaciones externas en un disco en el que también han participado el español Melendi, el italovenezolano Franco de Vita, los noruegos Madcon o su paisana Ana de Armas, que protagoniza el videoclip del primer sencillo, "Everyday".
"Lo importante es que las colaboraciones no son forzadas, sino espontáneas", precisa el trío, que ha dejado para "más adelante" un encuentro musical con Ricky Martin, para el que Romero coescribió la célebre "La mordidita", entre otros éxitos del puertorriqueño.
Podría ser cuando el año que viene Orishas celebre 20 años de existencia con una "sorpresa" que incluirá la edición de "Gourmet" en vinilo y hasta "una botellita de ron" para celebrar una longevidad que achacan sobre todo "a la constancia".
Tras su gira de reencuentro y actuaciones que este verano les han llevado a festivales como el multitudinario Rototom Sunsplash de Benicàssim (este de España), mañana arranca oficialmente el periplo del nuevo disco con una fiesta privada en la que los platos correrán a cargo del chef José Andrés, antes de regresar a Cuba en noviembre para tocar en casa.
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