Abrirán menos círculos infantiles a partir de septiembre en Cuba

Más de 600 capacidades dejaron de asignarse para el próximo curso escolar, debido al deterioro constructivo de esos locales y la insuficiente fuerza laboral que se requiere para garantizar la correcta marcha de los mismos

Círculos infantiles en Cuba Foto © ACN

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Este artículo es de hace 6 años

Desde hace años, alcanzar una plaza en un círculo infantil es una conquista para cualquier madre trabajadora cubana. Se trata de un verdadero triunfo, solo comparable al hecho de que asignen un teléfono fijo o te incluyan en la bolsa de futuros viajes de tu empresa. Algo que en muchas ocasiones solo puedes conseguir moviendo tus más altas influencias o sobornando a las personas adecuadas.

Los círculos infantiles nunca llegaron a abarcar la totalidad de la demanda desde que surgieron en 1961; de hecho, el viejo plan de crear una de esas instituciones por cada municipio de la Isla nunca se logró materializar. Pero de unos años a la fecha cada vez son más escasos en la geografía nacional, y a pesar del decrecimiento de la natalidad en Cuba, solo logran beneficiar a un porcentaje cada vez más reducido de madres.


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Cada año cierran nuevos círculos, de manera temporal o definitiva, debido al estado constructivo de los inmuebles, fallas o roturas en las redes hidrosanitarias, o incluso por no disponer del personal necesario para mantenerlo en funcionamiento. No pocas veces las propias cuidadoras e instructoras docentes deben asumir tareas de limpieza, cocina, lavandería y hasta carpintería, debido a la inestabilidad laboral en esos puestos, algo que en primera instancia obedece a los bajos salarios.

Como parte de sus visitas de rutina a las diferentes provincias cubanas antes del inicio de cada nuevo curso escolar, la ministra de educación Ena Elsa Velázquez —ya con diez años en el cargo—, se mostró alarmada ante la delicada situación que presenta Villa Clara en cuanto a la asignación de plazas para círculos infantiles.

Según se dio a conocer por el noticiero nacional de televisión (NTV), más de 600 capacidades dejaron de asignarse para el próximo curso escolar, debido al deterioro constructivo de esos locales y la insuficiente fuerza laboral que se requiere para garantizar la correcta marcha de los mismos.

Si bien no se ofrecieron detalles respecto al número de círculos que cerrarán sus puertas, ese decrecimiento en más de 600 capacidades corresponde a la matrícula de 13 de esas instituciones educativas, lo que equivaldría a su vez a que se cerrara un círculo por cada municipio villaclareño; no obstante, los mayores problemas se constatan en la capital provincial, Santa Clara.

En no pocas ocasiones los padres se han quejado por la pésima situación constructiva que distingue a muchos de esos centros, y algunos han llegado a solicitar traslados pues temen por la integridad física de los menores. Resulta matemáticamente improbable que la ministra de Educación haya podido visitar más de tres instituciones educativas durante su visita relámpago a Villa Clara.

Si acaso visitó algunas escuelas serían las de mejores condiciones materiales, como siempre suele ocurrir, pues los ministros y visitantes del más alto nivel siempre prefieren constatar “los avances” y no las penurias. Aun así, la evaluación ministerial resultó igual de alarmante. Según el reporte del noticiero estelar el 86.5 % de los centros educativos que iniciarán el curso en septiembre fueron evaluados de “Bien”, lo que implica que el 13.5 % de ellos recibirá matrícula a pesar de una evaluación desfavorable.

Obviamente esa situación no es exclusiva de Villa Clara. El pasado 4 de agosto, el semanario Escambray de la provincia de Sancti Spíritus, abordó el tema en una columna titulada: “Peligro para niños”. El periódico daba respuesta a los reclamos de la madre Zuleika Izquierdo Portal, profesora de la universidad espirituana, y cuyo hijo cursa el “tercer año de vida” en el círculo infantil Isidro Piñeiro del municipio Jatibonico.

En esta institución, según constató Escambray, existe un real peligro para la integridad física de los menores, además de ser insuficiente el número de instructores docentes (uno para treinta niños), y no se disponía de los asientos y juguetes necesarios. Según el rotativo espirituano, no se han acometido trabajos constructivos allí pues se debieron priorizar situaciones más críticas, como la del otro círculo infantil con que cuenta la localidad, además de explicar que este año se dispone de un financiamiento significativamente menor al de cursos precedentes.

En el referido artículo se citaba la promesa de Jorge Rodríguez Álvarez, inversionista de la Dirección Municipal de Educación en Jatibonico: “En el 2019 sí le vamos a entrar con todos los hierros”. Algo similar a lo que declaró la ministra en Santa Clara, cuando llamó a priorizar los círculos infantiles, sobre todo porque su alcance ya es limitadísimo, al beneficiar solamente al 18% de las madres trabajadoras que solicitan una plaza. Pero promesas y proyecciones se repiten año tras año, mientras las instituciones educativas siguen sumidas en un deterioro creciente, y son más las madres trabajadoras que se ven obligadas a pagar el alto costo de una cuidadora particular.

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