El 19 de agosto de 1968, hace casi 50 años, se estrenó en Cuba Memorias del subdesarrollo, filme de Tomás Gutiérrez Alea considerado como uno de los mejores de las cinematografías cubana y latinoamericana, en tanto trascendió el entretenimiento vano y la dramaturgia convencional para discursar, de modo fragmentario y profundo, sobre la necesidad de la memoria y la responsabilidad individual.
Hablamos de memoria y responsabilidad individual porque Sergio, el protagonista de Memorias del subdesarrollo. le pasaba la cuenta a la pequeñez burguesa que lo había rodeado siempre, antes de la Revolución, mientras recordaba el tiempo “perdido”, pasado, irrecuperable.
Pero independientemente de su actitud respecto al pasado, Sergio (interpretado por Sergio Corrieri) es un antihéroe, un hombre que piensa y piensa, y se desgarra en su impotente lucidez, en la soledad y la pesadumbre, atrapado entre un pasado al cual podía mirar solo con ira, y un presente que no le propone los valores ni la seguridad que necesita.
La lucidez intelectual del protagonista analiza críticamente su papel individual no solo ante los valores entronizados por la pequeña burguesía nacional, sino que también en presencia de los rezagos, el subdesarrollo y las inmensas dificultades de todo tipo a que se enfrenta el difícil proceso de cambios.
Sergio entiende, y define, el subdesarrollo como la incapacidad para relacionar las cosas, para acumular experiencias y alcanzar el progreso.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: