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El libro Sóngoro Cosongo, de Nicolás Guillén, fue elegido entre las mejores 100 obras de la literatura universal, una lista elaborada por el importante diario español ABC.
Este poemario fue publicado inicialmente en 1961 en La Habana y se situó en el lugar 61 de la selección encabezada por Don Quijote de La Mancha, de Miguel de Cervantes y realizada cuidadosamente por prestigios intelectuales y artistas españoles.
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En Sóngoro Cosongo Guillén afianza su interés en desarrollar el son como forma poética. El título es una de las obras cimeras de este autor que escribió además otras piezas literarias como Elegía a Jesús Menéndez, Negró bembón, El son entero y La paloma de vuelo popular.
Este libro pertenece a la llamada poesía mulata y salió a la luz tras la publicación por el autor de Motivos del son en 1930, cuya primera edición fue sufragada por el autor con un premio ganado en la lotería nacional. Sóngoro Cosongo fue el libro que consolidó la reputación de Guillén como un gran poeta en la literatura hispanoamericana.
Entre las obras que contiene se encuentra La canción del bongó, Madrigal, Quirino y Caña.
El poemario rescató la influencia de la cultura africana en Cuba y levantó, por su temática mestiza, varias polémicas en el contexto intelectual cubano y la aristocracia de la época.
Los temas abordados por Guillén en esta obra no habían sido tratados con tanta profundidad hasta ese momento en la literatura cubana.
En el propio prólogo del libro su autor escribió: “No ignoro, desde luego, que estos versos les repugnan a muchas personas, porque ellos tratan asuntos de los negros y del pueblo. No me importa. O mejor dicho: me alegra. Eso quiere decir que espíritus tan paniaguados no están incluidos en mi temario lírico. Son gentes buenas, además. Han arribado penosamente a la aristocracia desde la cocina, y tiemblan en cuanto ven un caldero”.
“Opino por tanto que una poesía criolla entre nosotros no lo será de un modo cabal con olvido del negro. El negro -a mi juicio- aporta esencias muy firmes a nuestro coctel. Y las dos razas que en la Isla salen a flor de agua, distantes en lo que se ve, se tienden un garfio submarino, como esos puentes hondos que unen en secreto dos continentes. Por lo pronto, el espíritu de Cuba es mestizo. Y del espíritu hacia la piel nos vendrá el color definitivo. Algún día se dirá: «color cubano»”, agregó el poeta.
Nicolás Guillén nació en Camagüey en 1902 y murió en La Habana en julio de 1989. En 1961 fue elegido oficialmente para ocupar la presidencia de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, cargo que ocupó hasta su muerte.
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