La mayoría de las 493 bodegas de Ciego de Ávila están o en ruina constructiva o incumplen las normas internacionales de seguridad e higiene, pese a que almacenan alimentos subsidiados que cuestan al Estado 119 millones de pesos en la provincia. Ese presupuesto va destinado a los 155.388 núcleos familiares del territorio.
Productos cárnicos, leche, azúcar, huevos, frijoles, vinos y lejías... son almacenados en el mismo sitio y a la misma temperatura. Aunque la situación no es nueva, es ahora cuando la prensa oficialista arremete contra la dejadez. "Es injustificable que quienes tienen el encargo de cuidar esas unidades como se debe, no lo hagan y pongan en riesgo la calidad e inocuidad de los alimentos que allí se guardan, algunos por un mes, otros solo por horas", apunta el periódico Invasor.
El Bodegón, un establecimiento del centro de la ciudad, debería estar cerrado. Sus cinco puertas tienen comején, tiene filtración en la cubierta, el falso techo está a punto de venirse abajo y la nevera murió hace años. “Al no trabajar (la nevera) y no reunir las condiciones higiénico-sanitarias necesarias, cada vez que entran los cárnicos corremos el riesgo de que se echen a perder por falta de congelación”, explica Daisy Rodríguez, la administradora de la tienda.
Sin embargo, el local permanece abierto porque abastece además a los vecinos que acudían a Las Delicias y La Viña, dos tiendas de productos subsidiados que cerraron. El Bodegón no tiene pesa. Lleva años rota y la sustituta de la administradora asegura que el reparto de los alimentos "se hace a suerte y verdad".
La solución que han encontrado para poder vender el pollo, el picadillo y la carne de dieta en buen estado es comprar hielo a los vecinos. Eso sin contar que cuando llueve, la administradora se queda dentro del almacén, moviendo los sacos de un lugar para otro para evitar que se mojen.
Ella asegura además que desde 2016 está previsto arreglar el Bodegón, pero en dos años sólo le han cambiado el piso de una parte del almacén.
La situación del Bodegón no es una excepción. Pasa lo mismo con La Central, ubicada a 100 metros, en pleno centro de Ciego de Ávila. Su administrador, Rafael Quesada, da parte de la existencia de goteras, tras el cambio del techo de madera y teja por fibrocemento. Y eso, a pesar de que las obras tardaron cuatro meses. Su oficina está pegada a un baño en muy malas condiciones.
Pasa lo mismo con La Principal, otra bodega de la ciudad, a la que hace cinco años le cambiaron las puertas y el techo, la pintaron, pero no quedó bien y desde entonces tiene goteras. Su administradora se quejó a Comercio y le enviaron mantas para tapar los sacos.
Por increíble que parezca, la bodega La Principal también tiene la pesa rota desde hace años; los tanques para almacenar aceite están llenos de "herrumbe" o tienen la taza del baño rajada.
A Caridad Viart, una consumidora, le habría gustado hacer sus compras en su bodega de toda la vida: Las Delicias, pero tiene que ir a recoger los mandados al Bodegón, porque a su tienda se le cayó el techo, le robaron los cristales y ahora le han crecido arbustos dentro.
El diario Invasor propone la venta de productos empaquetados para paliar la falta de pesas y recuerda que la Resolución 54 de 2018 del Ministerio del Comercio, en referencia a la Protección del Consumidor, dice que el cliente está en su derecho de recibir productos y servicios que cumplan con los requisitos de calidad y seguridad establecidos.
El subdirector económico del grupo empresarial Comercio, Gastronomía y Servicios en Ciego de Ávila, Danilo Castillo, se justifica diciendo que sólo tienen asignados 10 millones de pesos para dar mantenimiento cada año a todas las entidades del sector. Este año disponen de 4, 6 millones de pesos, de los que sólo 1 millón va la remodelación de las bodegas.
Sobre la falta de sistemas de refrigeración, el funcionario explicó que han comprado 12 nuevas, de manera que ahora hay al menos una funcionando por municipio.
El huracán Irma, añade, provocó daños en 300 de las 493 bodegas de la provincia y en su opinión, sólo le queda por reparar un 20% (60).
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